3 opciones para invertir 300 mil pesos
Ladrillos, oro, bonos de países de bajo riesgo… Sobran las recomendaciones de inversión para las personas acaudaladas, pero poco y nada se habla de las necesidades de quienes tienen un capital pequeño y no pueden invertir en activos con barreras de entrada prohibitivas, donde se exigen montos importantes para entrar.
Si sos de los que lograron generar un excedente de hasta 300.000 pesos y estás buscando un destino conveniente para ese capital, te recomiendo seguir leyendo la columna de hoy con consejos y explicaciones.
¡Comencemos!
1) Criptomonedas estables
Las stablecoins (criptomonedas estables) son criptoactivos atados por lo general al valor del dólar en una relación de 1 a 1, aunque hay algunos que replican el precio internacional de otras divisas como el euro, la libra esterlina o incluso el real de Brasil. A diferencia del bitcoin, que suele experimentar fuertes oscilaciones en su precio de mercado, las criptomonedas estables prácticamente no sufren cambios respecto de su moneda de referencia, lo cual genera tranquilidad a corto y mediano plazo.
En el exchange Binance (el más grande del mundo en volumen operado) se pueden invertir hasta 2.000 BUSD (Binance USD, una stablecoin regulada en EE. UU. y emitida por la empresa Paxos) al 10% anual y con pago de intereses diarios.
¿Por qué decimos que se puede invertir “hasta” 2.000 BUSD (equivalentes a unos 580.000 pesos al tipo de cambio “blue”)? Sucede que el mismo exchange es el que pone ese tope por inversor para colocaciones a tasa alta. Para montos mayores, el interés desciende al 2% anual.
En concreto, con esta inversión, un ahorrista puede transformar sus pesos en dólares cripto auditados por organismos gubernamentales de los EE. UU. y quedar a salvo de una eventual nueva devaluación. Además, recibe un 10% anual de intereses que se pagan también en moneda dura, con lo que los ahorros crecen considerablemente, más aún si se los mide en pesos.
El único requisito para acceder a esta inversión es abrir una cuenta en Binance, lo cual demanda apenas unos minutos.
2) Adelanto de consumo corriente
Seguramente, la generación del excedente mensual que te permitió reunir más rápido o más despacio los 300 mil pesos implicó privarte de consumos deseados y tal vez algo innecesarios.
Sin embargo, privarnos del consumo no siempre es la mejor estrategia. Sí, leíste bien: con una inflación superior al 7% mensual, también puede resultar conveniente adelantar compras necesarias en un comercio mayorista.
Abrir la mente respecto del dinero implica comprender también que consumo y ahorro no son términos antagónicos. Argentina es un país especial (en el caso de los precios, por razones negativas). Por lo tanto, adelantar consumo corriente se convierte en una excelente alternativa para ahorrar dinero almacenando productos que, probablemente, en unos meses cuesten mucho más.
Si contamos con el espacio suficiente en nuestros hogares como para almacenar alimentos y otros productos, conviene cortar con el hábito de comprar lo justo y necesario y planificar compras para los próximos 6 meses en alimentos no perecederos (revisando siempre la fecha de vencimiento), artículos de limpieza e higiene personal, entre otros.
Al realizar las compras en supermercados mayoristas, donde se suelen ofrecer descuentos y promociones con tarjetas de crédito, el ahorro puede ser superior al 50% en algunos productos.
Para detectar las mejores ofertas, debemos averiguar primero cuáles son los precios de referencia de cada producto y evaluar, al mismo tiempo, qué artículos pueden presentar mayor inercia inflacionaria en los próximos meses.
Dicho esto, vale una aclaración fundamental: no todo adelanto de consumo necesario es conveniente. En el rubro tecnología (celulares, tablets, computadoras, televisores y más), apurar una compra puede resultar perjudicial. Por un lado, todo producto tecnológico adquirido antes de tiempo tenderá a depreciarse por la aparición de modelos más nuevos y mejores. Por el otro, la garantía sobre el producto correrá desde el momento en que lo compremos, por lo que puede que, cuando empecemos a usarlo, haya caducado, especialmente si demoramos mucho tiempo en ponerlo en funcionamiento.
3) Fondos Comunes de Inversión de Commodities
Un Fondo Común de Inversión (FCI) está conformado por los aportes (cuotapartes) de un grupo numeroso de personas que buscan obtener mayor o menor rentabilidad a partir de un riesgo determinado. Los FCI son administrados por profesionales que invierten en distintos instrumentos financieros, cuyo detalle es público y podemos conocer antes de suscribir a la inversión.
En Argentina, los más difundidos son los FCI que invierten en plazo fijo, bonos, acciones, obligaciones negociables (bonos de empresas) y commodities.
Los bancos y agentes de Bolsa cuentan con menús parecidos de FCI. Cada inversor elige el fondo o los fondos que mejor le sienten en función de sus expectativas y preferencias sobre riesgo y retorno esperado.
Una vez seleccionado el FCI, debemos suscribir las cuotapartes del fondo que queramos tener en nuestra cartera en base a la cantidad de dinero que estemos dispuestos a invertir en ese fondo. Todo se hace con pasos simples en el home banking.
Luego, podremos monitorear en la página del banco el rendimiento diario, calculado por el mismo administrador del fondo.
Los montos mínimos exigidos para suscribir cuotapartes suelen ser muy bajos: están en el orden de los 1.000 o 2.000 pesos, lo que habla de un acceso muy democrático a este tipo de inversiones.
Dentro de las opciones existentes, los FCI de commodities representan una interesante oportunidad de inversión, puesto que implican una cobertura contra la inflación a nivel local y global. Por supuesto, tiene sus vaivenes a causa de la variación de precio de las materias primas en el mundo. En lo que va del año en Argentina muestran una suba superior al 50% en pesos.
Lo cierto es que todo ahorrista debe analizar la posibilidad de diversificar su inversión suscribiendo varios FCI con perfiles diferentes, a fin de reducir el riesgo de perder el capital. Esta estrategia no tiene un costo adicional.
Conclusión
¿Y si hacemos un mix de las tres alternativas presentadas? Puesto que ninguna exige montos mínimos de entrada o los montos que se exigen son muy bajos, distribuir nuestro dinero en cada una de ellas podría ser una jugada inteligente, sobre todo si tenemos en cuenta lo cambiante del contexto económico y político local e internacional.
Lo cierto es que, más allá de la estrategia que se plantee, lo importante pasa por saber que todo capital, por pequeño que sea, puede ser invertido en algún instrumento financiero y ningún monto en pesos tiene por qué ser abandonado en una caja de ahorro a la espera de que la inflación lo devore.
Invertir nos permite no solo proteger nuestro capital de la suba de precios, sino también adquirir experiencia en el mercado y estimular cada vez más el ahorro para generar ingresos pasivos y fortalecer nuestra salud financiera.
¡La seguimos la próxima semana!
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