2023 no es lo mismo que 2015: lo más importante de Primer tiempo
Un mismo texto genera varias lecturas. Algunas personas se aproximaron a Primer tiempo –el libro que acaba de publicar el expresidente Mauricio Macri– buscando roña; otras, ratificaciones o información. Yo, señales prospectivas. Encontré varias, muy significativas.
La más importante, que aparece al final del texto, es brevísima y muy contundente: 2023 no es 2015.
Por varias razones. Primero, porque el escenario internacional está plagado de incertidumbres; y segundo, porque en 2023 Juntos por el Cambio aspira a lograr mayorías parlamentarias. Lo primero está fuera del control de la Argentina; sobre la estrategia electoral que permitiría lograr lo segundo, no tengo nada que aportar.
Pero hay un par de aspectos cruciales para que 2023 sea diferente de 2015-2019. Uno se refiere a los objetivos de la política económica, el otro, a los instrumentos.
Varias veces en el texto aparece la idea de que ni la sociedad ni el círculo rojo le demandaron al presidente Macri un cambio económico profundo. Lo cual plantea la siguiente cuestión: ¿debe un presidente hacer lo que cree que tiene que hacer o lo que le reclaman? Arturo Frondizi no libró la batalla del petróleo porque se lo pedía la gente, mientras que Carlos Saúl Menem privatizando, y Fernando De la Rúa, manteniendo la convertibilidad, sí siguieron los deseos de la población.
Delicado equilibrio: un presidente demasiado adelantado a su tiempo probablemente fracase por incomprendido, pero un presidente esclavo de los deseos inmediatos de la población terminará chocando contra la pared.
Delicado equilibrio: un presidente demasiado adelantado a su tiempo probablemente fracase por incomprendido, pero un presidente esclavo de los deseos inmediatos de la población terminará chocando contra la pared.
En el plano instrumental, quienes militan en Juntos por el Cambio tienen un gran desafío por delante, que consiste en darle contenido específico a la grandilocuencia. ¿Qué quiere decir, en concreto, reforma laboral, impositiva, fiscal, etc.? ¿Qué van a hacer para devolverle la credibilidad al sector privado, para que se anime a arriesgar sus capitales?
La energía de Juntos por el Cambio no se puede agotar hoy en planear 2023. Porque algunos militantes tienen responsabilidades ejecutivas y legislativas y porque en octubre próximo renovaremos parcialmente el Congreso Nacional. Pero tampoco nos pasemos al otro lado. Alguien tiene que ocuparse de contestar esta pregunta: “Si en 2023 tenemos la mala suerte de ganar la elección, ¿qué vamos a hacer?” La preparación mezcla datos, monografías, etc., con el desarrollo de una actitud acorde a la vertiginosidad en la que irremediablemente tendremos que vivir.