Con alto retorno y mayor riesgo, el dinero va a los mercados de frontera
En su empeño por proveer un mayor acceso a los inversionistas comunes y corrientes al mundo de los altos riesgos y los altos retornos, los gestores de dinero están lanzando fondos dedicados a invertir en los llamados mercados de frontera.
El concepto abarca a países en desarrollo cuyas economías crecen en forma acelerada y ofrecen jugosos retornos potenciales, pero que no alcanzan el escalón superior de las economías emergentes.
American Beacon Advisors Inc., una firma de inversión de Texas que gestiona fondos del orden de los US$55.000 millones, lanzó un fondo mutuo en Estados Unidos que invierte principalmente en deuda soberana de países como Venezuela y Ruanda, cuyo desarrollo económico podría estar un peldaño por debajo de los mercados emergentes como Brasil, India y China. El fondo mutuo invierte en otros países de América Latina como Argentina, Belice, Costa Rica, Ecuador, Honduras, Nicaragua, República Dominicana y Uruguay, y es gestionado por el fondo de cobertura danés Global Evolution.
La gran mayoría de los índices de referencia, los fondos mutuos en acciones y bonos, y los fondos que cotizan en bolsa que se especializan en mercados de frontera incluyen países latinoamericanos, aunque los nombres varían según la clase de activo en los que invierten. Argentina, sin embargo, parece ser un denominador común en todas las listas.
Brasil, Chile, Colombia, México y Perú figuran en forma consistente en los fondos o índices de países emergentes, tanto los que se componen de acciones o ADR, como de deuda soberana.
Los inversionistas particulares en EE.UU. ya tienen la opción de poner su dinero en un puñado de fondos de renta variable especializados en mercados de frontera.
No obstante, algunos asesores de patrimonio advierten que a los pequeños inversionistas les podría ir mejor si colocan su dinero en inversiones más transparentes. La propia American Beacon advierte que el nuevo fondo mutuo sólo es apropiado para las inversiones de largo plazo y que no debería constituir la mayor parte de ningún portafolio. "Los mercados de frontera han tenido un buen desempeño", señala Gene Needles, presidente ejecutivo de American Beacon. "Es algo para agregar a un portafolio que, con el tiempo, producirá retornos atractivos".
Muchos bonos emitidos por mercados de frontera tuvieron mejor desempeño que las acciones y bonos de mercados emergentes, y superaron los retornos en renta fija de EE.UU. y Japón.
Los mayores retornos, sin embargo, están asociados a un mayor riesgo. Para vender la deuda, los gobiernos de los países de frontera deben ofrecer altas tasas de interés. Hace tres semanas, por ejemplo, Paquistán realizó su primera emisión internacional de bonos en siete años y acordó pagar un interés anual de 8,25% sobre la deuda a 10 años. En cambio, el interés de un bono de EE.UU. de vencimiento equivalente es de apenas 2,65%.
La búsqueda de mayores retornos ha llevado a los inversionistas a abalanzarse sobre los mercados de frontera. Los inversionistas individuales de todo el mundo han colocado unos US$614 millones este año en acciones y bonos de países considerados de frontera, todo un récord, según el proveedor de datos EPFR Global. En el mismo lapso, han retirado unos US$35.000 millones de los mercados emergentes.
"Hay una clase de inversionistas que se sienten atraídos por los objetos brillantes y buscan los retornos más altos, por desgracia", dice John DeClue, estratega sénior de la filial de gestión de patrimonio de U.S. Bank. "Cuando la situación se vuelve muy negativa y todos van en busca de la salida, entonces se junta mucha gente frente a la puerta". DeClue recomienda a sus clientes no invertir en mercados de frontera.
Incluso los países pequeños y geográficamente distantes de EE.UU. están sujetos a los altibajos de los mercados mundiales. Ruanda, por ejemplo, vendió en abril de 2013 su primer bono internacional. Pocas semanas después, los precios cayeron y los rendimientos se dispararon luego de que la Reserva Federal insinuara por primera vez que se preparaba a reducir su programa de estímulo.
La posibilidad de una nueva ola de venta de bonos, tal vez desatada por el temor a que la Fed suba las tasas, no asusta a Andrew Keller, director de inversiones de Houston Wealth Strategies, que administra cerca de US$175 millones de individuos y pequeñas empresas. Keller invirtió en marzo US$2,5 millones en el fondo mutuo de American Beacon, llamado American Beacon Global Evolution Frontier Markets Income Fund. El fondo registra un alza de 1,7% desde su inicio en febrero.
Aunque no existe un índice de referencia amplio para los bonos de mercados de frontera, los retornos de las acciones de estos países han sido volátiles. El Índice MSCI de Mercados de Frontera saltó 24% en 2010, pero cayó 18% el año siguiente. Se disparó 26% en 2013 y anota un alza de 11% este año. En cambio, el índice S&P 500, que agrupa a las principales empresas de EE.UU., acumula un incremento de 1,9% en lo que va del año.
Uno de los principales atractivos de los mercados de frontera, en especial en África, es el dinamismo de sus economías, que contrasta con la desaceleración de mercados emergentes como Brasil y Rusia.
Morten Bugge, director de inversión de Global Evolution, señala que la estrategia es menos arriesgada porque el fondo invierte en más de 30 países y no coloca más de 5% del portafolio en un país. "Lo que ocurre en el mercado de Nigeria no se traslada a Ecuador", sentencia.