La transportadora Transener informó que tiene dificultades para pagar sueldos
Cammesa le adeuda $11.900 millones y no tiene los fondos necesarios para cubrir sus operaciones
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La empresa de transporte eléctrico Transener informó hoy a la Comisión Nacional de Valores (CNV) que la compañía controlada por el Estado, Cammesa, no le envía los fondos necesarios para cubrir sus operaciones y que eso se traduce en un “desfinanciamiento”. La semana pasada, Transener tuvo problemas para pagar los sueldos de febrero.
La empresa culpa por sus problemas a la demora en los giros a Cammesa -que es la que debe pagarle- tanto al Tesoro, controlado por el ministro de Economía, Luis Caputo, como a las distribuidoras, entre las que se destacan Edenor y Edesur.
Cammesa es una compañía mixta en la cual sus accionistas son los principales actores del mercado energético: las generadoras de electricidad, las transportistas y las distribuidoras. También está representado el Estado, con el 20% de las acciones clase A, lo que lo hace el controlante.
“Por medio del presente, informamos que en el día de la fecha, la Sociedad ha tomado conocimiento de que se ha celebrado una reunión del Comité Ejecutivo de Cammesa, en la que se ha tratado la situación de mora en el pago de parte del mercado eléctrico mayorista (MEM) a sus acreedores, entre los cuales se encuentra Transener. En la mencionada reunión, ante el pedido concreto de precisiones, no se obtuvieron certezas sobre los futuros pagos que aseguren recibir en el mes de marzo al menos el ingreso de una remuneración mensual”, comunicó la empresa.
Transener tiene como accionistas en partes iguales al Estado y a Pampa Energía, la empresa fundada por Marcelo Mindlin. La compañía es la líder del mercado en el servicio público de transporte de energía eléctrica en extra alta tensión.
Desde que asumió el Gobierno en diciembre, Cammesa solo pagó los vencimientos de diciembre y el 50% de enero, que equivale al consumo eléctrico de noviembre (se abona con 45 días de plazo). Todavía adeuda el 50% del vencimiento de enero, el 100% del de febrero y no hay certezas sobre lo que ocurrirá el 15 próximo, tal como contó ayer LA NACION.
“La falta de recursos en Cammesa para atender los compromisos habituales es consecuencia de la demora en los pagos por parte de los distribuidores, que a la fecha han cancelado solamente el 49% de lo adeudado, conjuntamente con la falta de los necesarios aportes del Tesoro Nacional para cubrir los subsidios otorgados”, agregó.
La empresa detalló que, “a la fecha, están pendientes de pago el 50% de la factura de los servicios prestados en noviembre y el total de la de diciembre 2023, por un total de $11.900 millones más intereses, estando próxima a vencer la factura de enero 2024, y sin certeza respecto a los futuros pagos”.
El 95% de los recursos financieros de Transener provienen del pago de Cammesa, contó la empresa para graficar que “este incumplimiento se traduce en el desfinanciamiento de la sociedad”.
La empresa dijo que, si Cammesa sigue sin enviarle fondos, se verá obligada a “mantener los egresos reducidos a un mínimo operativo que solo es aceptable en un muy corto plazo; de mantenerse tendrá impacto en la normal capacidad de atención del sistema de transporte, con el consecuente riesgo operativo”.
Transener sostuvo que notificó al respecto a Cammesa, al ente regulador de la electricidad (ENRE) y a la Secretaría de Energía sobre la actual situación, pero que no recibió certezas. “Por lo tanto, hemos puesto en conocimiento de las autoridades que de no cobrar al menos una transacción completa durante marzo, Transener no podrá cancelar sus obligaciones operativas y salariales en término. La sociedad controlada, Transba, se encuentra atravesando el mismo escenario debido a la falta de pago por parte de Cammesa”, dijo.
Por último, informó que “se encuentra analizando los reclamos administrativos y judiciales que correspondan a efectos de perseguir el cobro de las mencionadas acreencias”.
“Es importante mencionar que la situación crítica a la que se ve expuesta la sociedad corresponde a menos del 2% del total de los costos del MEM que administra Cammesa, o sea unos US$20 millones mensuales y representa aproximadamente $150 pesos en la factura de un cliente residencial”, concluyó la carta firmada por José Santiago Refort, responsable de Relaciones con el Mercado.
El inicio del conflicto
La determinación del ministro de Economía, Luis Caputo, de sentarse sobre la caja del Estado y reducir al máximo las transferencias comenzó a inquietar al sector eléctrico, que se mantiene en funcionamiento hace más de una década gracias a los aportes del Tesoro.
El gobierno de Javier Milei se propuso romper con esa dependencia estatal y anunció un fuerte aumento de tarifas de electricidad. Sin embargo, la transición hasta que comiencen a regir los nuevos valores tensionó al extremo al mercado, que opera en una alarmante fragilidad hace años, sin stock de reserva.
Debido a la decisión política del kirchnerismo de pisar tarifas e intervenir el mercado eléctrico, el Tesoro Nacional se convirtió en un amortiguador de los desbalances del sistema. Todos los meses, aporta la diferencia de dinero entre lo que cuesta generar la electricidad y lo que pagan los usuarios residenciales de todo el país (no es un problema solo del AMBA).
El vehículo para cubrir dicha brecha es Cammesa, una compañía privada que está controlada por el Estado. La compañía solía recibir dinero del Tesoro y de las empresas de distribución eléctrica (entre las que se encuentran Edenor, Edesur y Edelap), y con ello pagaba el costo del transporte y la generación eléctrica.
En diciembre, la compañía obtuvo $396.825 millones por parte del Tesoro, el 81% de lo que había solicitado para cubrir sus costos ($492.634 millones). Desde entonces, el ministro de Economía cortó el flujo. Durante enero y febrero, Cammesa no recibió asistencia del Tesoro y comenzaron los problemas en el sector.
Recién la semana pasada, la Secretaría de Energía solicitó que se haga una transferencia de $140.000 millones, cuando el pedido de asistencia de Cammesa había sido de $884.000 millones.
“La cobranza se está poniendo cada vez más complicada, acercándose a valores récord de demora, y no vemos un panorama cierto y claro”, dijo con preocupación en reserva el gerente de una de las generadoras eléctricas.
Estas empresas cobraron por última vez el 15 de enero pasado la mitad de lo que correspondía por la energía generada en noviembre. Desde entonces, no recibieron ningún pago más, acumulándose una deuda con todas las empresas generadoras de electricidad de más de $1 billón.
La situación se volvió crítica porque coincidió con el agravamiento de otro desbalance del mercado, en el cual el Tesoro también solía intervenir con ayuda financiera.
ucede que las empresas de distribución eléctrica se encargan no solo de que cada hogar tenga electricidad, sino de emitir las boletas, recaudar el dinero y pagarle a Cammesa una parte del costo de generación electricidad. Sin embargo, debido a que las tarifas de las distribuidoras tampoco se actualizaron durante varios meses, las empresas se empezaron a quedar cada vez más con el dinero que le correspondía a Cammesa para cubrir sus propios costos salariales y de mantenimiento del servicio.
Cammesa, por lo tanto, se quedó sin sus dos fuentes de ingresos, pero con varios pendientes de pago, que encima se dispararon tras la devaluación de diciembre, ya que es un sector en el cual el 60% de los costos tiene contratos en dólares.
Al 29 de febrero, Edenor transfirió solo 15% de la energía consumida en diciembre, que venció el 8 del mes pasado; Edesur, el 17%, y el grupo DESA (dueña de las distribuidoras bonaerenses Eden, Edes y Edelap), apenas el 2%.
El año pasado, Edenor ya debía $73.700 millones a Cammesa; DESA, $57.740 millones, y Edesur, $33.400 millones, aunque no son las únicas en rojo. En total, todas las distribuidoras del país adeudaban $305.650 millones (US$380 millones) al 29 de diciembre pasado.
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