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Santiago Lange, el luchador que no deja de soñar
Medallista olímpico y referente del yachting mundial, superó un cáncer de pulmón y piensa en Río
Santiago Lange transita el Náutico San Isidro como su hábitat natural: vivió en su barco, amarrado en el club que por estos días alberga el Campeonato Mundial de 49er, durante muchos años, y llegó a la cita con La Nacion con la raqueta de squash en la mano. No es un momento más en su carrera. En la vida. "Tengo que recuperarme físicamente para llegar a los Juegos Olímpicos de Río. La operación de pulmón fue hace apenas 50 días", arrancó el hombre que ya es leyenda olímpica. Así, con una tranquilidad que va en sintonía con la humildad de los grandes, el ganador de dos medallas de bronce -Atenas 2004 y Pekín 2008- en la Clase Tornado junto a Carlos "Camau" Espínola, contó su lucha, ésa que va más allá de una Copa América o la vuelta al mundo, sus ocupaciones como profesional por fuera del olimpismo.
"Hace un tiempo que me venía enfermando seguido, sobre todo en los viajes, porque por mi trabajo en los barcos de competición voy a Europa como 12 veces al año. Eso motivó que me sometiera a chequeos. Fue cuando los médicos me recomendaron extraer el pulmón que estaba afectado por un tumor", confiesa Santiago.
-Pero vos no fumás...
-No. Es rarísimo. Fue lo primero que me preguntaron los médicos.
La enfermedad no amedrentó a Lange, que en estos días disfruta de ver a sus hijos, Klaus y Yago, ambos tripulando unos de los 49er argentinos que hoy estarán definiendo el Mundial de la clase, y que seguramente obtendrán una de las plazas para Río en las aguas de San Isidro. "Quiero dejar en claro que ésto, el Mundial, es algo único y lo tenemos acá en la Argentina. La 49er es la Fórmula 1 de nuestro deporte, son barcos extaordinarios, rápidos y que requieren una destreza excepcional", afirma Lange, que a los 54 años decidió cambiar el Tornado y pasar a la clase Nacra 17, un catamarán más pequeño. Junto con la rosarina Cecilia Carranza terminaron 2os en el Mundial disputado en Santander y se clasificaron a los Juegos.
La generación de Lange, con Espínola como máximo estandarte (dos medallas plateadas en Atlanta 96 y Sidney 2000 en windsurf, además de los dos bronces junto al sanisidrense en Tornado) puso la vara muy alta. "Por todo lo que me pasó este año -dice-, veo difícil que logremos una medalla junto a Ceci Carranza en Nacra 17, pero creo que el equipo en general está obligado a conseguir algún podio en Río". Lange sabe que sus palabras pesan y lo dejó en claro. Daniel Bambicha, preparador físico, entrenador y coordinador del equipo argentino y que está hace años junto a Lange, definió al ejemplar navegante: "Santiago es un ser especial, que vive en el gimnasio, con la bici, entrenando todo el tiempo. Es el resumen perfecto del espíritu olímpico".
Mientras sus dos hijos pelean con los mejores del mundo, Lange se desvive en explicar el potencial argentino. Le cuesta entender cómo es que nuestro país tiene tanto potencial a pesar de no haber contado con el apoyo estatal correspondiente, aunque aclara las bondades del Enard, "que es muy bueno y fue un gran aporte a los deportistas". Mate tras mate, el más veterano de los que correrán en la Bahía de Guanabara el año próximo explicó: "En Europa llaman a los constructores navales nuestros, también entrenadores y estrategos. Tenemos una marca registrada en el mundo del yachting, y eso que la mayoría, como Camau, Lucas Calabrese, Juan De La Fuente o Javier Conte, eramos unos locos que hacíamos el camino a los golpes".
Para Lange, que admite que podría hacerse cargo de un trabajo a largo plazo en todo el país, siendo un meticuloso planificador y excelso nauta, lo que sobra aquí son los clubes y el material humano: "Tenemos algo que no es común en el resto del mundo". Mostrando su fibra, Lange redobla el compromiso y demuestra que no hay imposibles, que el corazón y la tenacidad pueden más que la razón. La proa de su catamarán ya mira hacia el Pan de Azúcar. Pura pasión.
Dos parejas argentinas van por la clasificación
El Campeonato Mundial de 49er, organizado por el Club Náutico San Isidro, que otorga plazas para los Juegos Olímpicos de Río, tendrá hoy un cierre a pura emoción, con la definición tras seis días de dura competencia. Disputadas ayer cuatro regatas de la Flota de Oro del Mundial, en la clase 49er, Yago y Klaus Lange están terceros, con 67 unidades. Primeros marchan los neozelandeses Peter Burling y Blair Tuke, con 33, mientras que Vicky Travascio y Sol Branz se ubican 13as en la versión femenina y también con altas chances de entrar en la Medal Race, que se correrá hoy. En esta definición, los 10 primeros compiten en una regata más corta, de doble puntaje y que define los podios.
Ambos binomios nacionales tienen altas chances de obtener la plaza para los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016.
fc/gs
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