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Un zarpazo glorioso
En una de las máximas hazañas del rugby argentino, los Pumas batieron a Irlanda por 28 a 24, luego de ir en desventaja por 21-9, y se clasificaron para jugar el domingo por los cuartos de final ante Francia; Albanese, autor de un try espectacular, y Quesada, los tantos.
LENS, Francia.- Imposible no contar la épica victoria de los Pumas desde el genuino costado de la emoción. Ya habrá tiempo para darle espacio y rigor al análisis; ahora se impone dejarse llevar, exclusivamente, por el torrente de pasiones que despierta el increíble triunfo de los argentinos por 28 a 24 ante Irlanda.
En un partido parejísimo y siempre con los irlandeses arriba en el tanteador, empiezan las imágenes del thriller en el Stade Felix Bollaert, en la gélida noche de Lens...
Con 15 eternos minutos finales. Con la zambullida de Diego Albanese que concreta en la bandera el único try del angustiante duelo; el try más importante de los últimos años del rugby argentino. Con el golazo vital de Gonzalo Quesada para pasar a ganar -por primera vez en la noche- por 25 a 24. Con la conmovedora determinación de los Pumas que ven a su adversario confundido y no lo perdonan. Y fuerzan otro penal, para que la puntería de Quesada siga aumentando la diferencia. Ahora, Irlanda necesita un try...
De repente, el árbitro asistente, el australiano Peter Marshall muestra un cartel indicando ¡seis! minutos de descuento. Tiempo extra desmedido que tiene mucho de guiño cómplice con los irlandeses; tampoco parece una casualidad que, presenciando el partido, estuviese toda la plana mayor de la International Board y del comité de Copa del Mundo.
Los jugadores argentinos, ajenos a las suspicacias y posibles componendas organizativas, repiten con sensacional esmero lo que estuvieron haciendo a lo largo del torneo: tacklean como endemoniados, desparraman irlandeses y, a puro coraje, hacen vibrar a los hinchas franceses que los adoptan como propios.
Pero Irlanda tiene su oportunidad (con un penal a favor, que debe jugar para llegar al try) y cuenta con un árbitro, Stuart Dickinson, terriblemente cruel con las coronarias ajenas. Los seis minutos de descuento se transforman en ocho, aunque parecerán más. Los irlandeses le apuestan al line con 14 hombres, una rareza admitida por el reglamento. Y apelan al empuje de todos para ver si pueden quebrar la resistencia de los Pumas, que aguantan una y otra vez, pero no hay fuerza que pueda doblegarlos. Porque bancan los que están adentro, los suplentes, Grau y Sporleder con sobretodo puesto, Alex Wyllie en la platea y tantos otros argentinos, que allá en las lejanías de nuestras pampas se sienten uno más de esos bravos muchachos que, con camiseta de rugby, encarnan el no pasarán.
Y no pasan... Y se acaba el partido. Un choque cuyo desarrollo queda minimizado por el altísimo voltaje del telón. Con una leve supremacía irlandesa durante 65 minutos (llegaron a ponerse 21-9 apenas se inició el segundo tiempo), con un cuarto de hora final que mostró la mejor síntesis de los Pumas en la competencia. Por agresividad y juego; por voluntad de triunfo y recursos. Por figuras de un rendimiento sobresaliente (Martin, Ledesma, Allub, Fernández Lobbe) y por dos socios que planificaron, se juramentaron y motorizaron la idea de atacar siempre: Pichot y Arbizu. Por el try que armaron los backs, sí, los backs.
Pintaba para derrota (por la solidez de Irlanda) y se convirtió en hazaña; no se entendió el cambio de Felipe Contepomi por Corleto (Quesada pasó a ser fullback por primera vez en el seleccionado, aunque ya lo había hecho en Hindú, en 1992, ante el CASI y Banco Nación), pero a Wyllie le salió un negocio redondo, porque el mellizo Contepomi y Martín Scelzo -el otro refresco- sencillamente la rompieron.
Pero por sobre todas las cosas hubo un equipo de leones. Con mayúsculas. Para derrotar a Irlanda y al establishment, que imaginaba el partido del domingo entre irlandeses y franceses, en Dublín, con el signo pesos titilando en sus ojos. Para romper todos los pronósticos y dejar a la Argentina entre los ocho mejores seleccionados del Mundial.
Las claves del triunfo
- Como ante Samoa, a los Pumas les tocó ir en desventaja y supieron mantener la calma y la disciplina para torcer el rumbo del partido. Los ingresos de Felipe Contepomi y Scelzo fueron muy beneficiosos.
- Habían prometido soltarse más en ataque y eso se vio en varias maniobras picantes, en las que combinaron forwards y backs.
- No se falló en la jugada decisiva, en el try de Albanese. De un scrum en cinco yardas se sorprendió con los backs y, entre Contepomi y Camardón, cubrieron el ancho de la cancha con dos pases bárbaros para el remate de Albanese.
- La puntería de Quesada resultó nuevamente vital; el gol por el try de Albanese fue decisivo y lo convirtió desde una posición difícil.
- Tackles y más tackles, garra, voluntad ganadora y actuaciones individuales para guardarlas en la memoria: Martin, Fernández Lobbe y Ledesma.
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