Un plan moderado en cuanto a medallas para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016

Mirar atrás para proyectar hacia adelante. Los Juegos Olímpicos de Río 2016 están a un año de distancia, pero antes de sumergirse de lleno en el plan estratégico, el Comité Olímpico Argentino revisa lo que ocurrió hace un par de semanas. Básicamente, diseña una evaluación final de los Juegos Panamericanos de Toronto, que concluyeron el 26 de julio y que sirvieron para conclusiones importantes sobre rendimiento de equipos y atletas individuales. Recientemente, el staff técnico del Ente Nacional de Alto Rendimiento (Enard) le puso la firma a 36 informes, equivalentes a los 36 deportes que formaron parte de la cita regional en Canadá. En breve, cada federación recibirá un reporte acerca de todo lo bueno y lo malo de sus últimas acciones, además de los objetivos que deberá alcanzar en el corto y mediano plazo. Las situaciones difieren en cada una de ellas: algunas federaciones recibirán el visto bueno; otras, un fuerte tirón de orejas. Y la semana próxima se reunirán los máximos dirigentes del Enard para una mirada y cierre definitivos, ya para poner proa a Río 2016.

Por supuesto, el desafío de unos Juegos Panamericanos no se compara con el de unos Juegos Olímpicos, que son muchísimo más exigentes. Sin embargo, Toronto 2015 fijó una vara bastante más alta que su antecesor en Guadalajara 2011: Estados Unidos y Canadá, líderes en el medallero, acapararon entre los dos un total de 181 medallas doradas, el 49,45% del total de oros repartidos en la cita (366). La supremacía de los norteamericanos (103) y canadienses (78) en lo más alto del podio provocó que la pelea por los primeros puestos fuese mucho más áspera para el resto de las naciones. Ese rasgo hipercompetitivo de Toronto sirvió para dar una idea de lo que les espera dentro de un año a países deportivamente humildes como la Argentina.

Hace bien el Comité Olímpico Argentino en despejar aires triunfalistas para Río 2016. La realidad impone una búsqueda de medallas que se hará muy cuesta arriba. Desde Kuala Lumpur, luego de participar en la reunión anual del Comité Olímpico Internacional (COI), el presidente del COA Gerardo Werthein habló sobre el tema en una comunicación con la nacion: "Prefiero ser cauto; quiero ver donde están parados nuestros deportistas. Tendremos muchos atletas debutantes, más que en Londres 2012, a quienes será difícil pedirles el resultado de una medalla. Me produce una buena sensación la evolución de estos jóvenes, justamente, como en los casos de la tiradora Fernanda Russo o el nadador Santiago Grassi. Y si llegáramos a finales en distintas disciplinas y entráramos en zona de diplomas sería un golazo".

Un día después de la ceremonia de clausura de los Juegos Panamericanos, Werthein mencionó la necesidad de la creación de un Ministerio de Deporte con presupuesto propio. Según el dirigente, este organismo sería "el único camino" para que el país siga creciendo en materia deportiva porque entiende que el Enard no es suficiente. "Lo del Enard es bueno, pero no alcanza. Hasta ahora hicimos lo que se pudo. Sobre todo nos falta infraestructura para nuestro deporte. Y lo del Ministerio es una aspiración importante, sería una señal fuerte para que se convierta en una política de Estado, aunque es un asunto para el próximo gobierno", aclaró. Por ahora, la rueda seguirá girando a través del Enard, la principal usina económica para el apoyo de los deportistas en lo que respecta a giras, equipamiento, asistencia médica y participación en certámenes. Pero con miras a Río 2016 se profundizará en la continuidad y contratación de entrenadores extranjeros y, principalmente, en una mejoría en la preparación física, combinada con un trabajo nutricional específico, aspectos marcados como un déficit en Toronto 2015 por Werthein.

Carlos Siffredi, gerente técnico del Enard, trazó un vínculo entre lo que dejaron los Panamericanos y la expectativa para la cita en tierra brasileña: "La experiencia en los últimos Juegos Panamericanos le sirvió a un tercio de los atletas para su preparación olímpica. Pero Río 2016 será una competencia totalmente diferente: allí, el resultado argentino se contará en diplomas y la ubicación en el cuadro de medallas será relevante solo para cuatro países: Estados Unidos, China, Rusia y el local de turno, Brasil".

Más allá de la cautela, en el COA hay una íntima ilusión por lo que pueda ocurrir en algunas disciplinas. Es el caso del yachting, que viene entregando alegrías plateadas y de bronce en forma consecutiva desde los Juegos de Atlanta 96. Lógicamente entusiasma el seleccionado de fútbol, que vuelve luego de su ausencia en Londres 2012 y tras las medallas doradas en Atenas 2004 y Pekín 2008. También hay una fuerte expectativa con el hockey sobre césped masculino, de enorme crecimiento en los últimos tres años. Y por ahí se espía una chance de medalla en un deporte de combate, con Paula Pareto como estandarte, además de la natación, luego del bronce de Federico Grabich en el Mundial de Kazan. Por otro lado, existe la meta de llevar a la delegación olímpica más numerosa de la historia y superar los 213 atletas oficialmente inscriptos de Londres 1948. En pos de la cantidad, la Argentina ya se aseguró la participación de los dos seleccionados de hockey y de handball, además del de fútbol masculino y del rugby seven, deporte que debuta en Juegos Olímpicos. En cuanto a equipos, se espera la clasificación del basquetbol y voleibol masculinos en los respectivos preolímpicos, el primero de estos mucho más dificultoso.

Comenzó la cuenta regresiva final para la cita olímpica. Y la misión albiceleste busca optimizar recursos frente a exámenes deportivos cada vez más severos.

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