Un muerto en San Lorenzo-Vélez

La violencia volvió a golpear al fútbol argentino de la peor manera. Esta tarde, antes del partido San Lorenzo-Vélez por la 6ª fecha del torneo Clausura, en el Nuevo Gasómetro, falleció un socio del conjunto de Liniers, identificado como Emanuel Alvarez, de 21 años.

Alvarez recibió un balazo en el tórax cuando se trasladaba en un micro al estadio de San Lorenzo, poco después de que la caravana de más de 40 vehículos con simpatizantes de Vélez descendiera de la autopista Dellepiane, a la altura de La Quemita, un predio deportivo perteneciente al club Huracán.

El reclamo de los hinchas de Vélez, minutos antes de que comenzara el match, provocó que el árbitro Héctor Baldassi decidiera suspender el partido.

La muerte. Fuentes del SAME confirmaron que Alvarez llegó vivo, a las 16.02, al hospital Piñero pero con una herida de bala en la tetilla izquierda. Minutos después, murió de un paro cardiorrespiratorio. Al mismo hospital, llegaron dos hinchas con heridas cortantes.

La muerte del joven de Vélez se transformó en la víctima número 224 que las canchas argentinas se cobraran desde 1939. La anterior había sido un simpatizante el 10 de noviembre pasado, en Mendoza, en el cotejo entre Independiente, de Rivadavia, y Belgrano, de Córdoba, por la B Nacional.

Las versiones. Hasta el momento, la Policía no efectuó ninguna detención en relación con el episodio, a la espera de reunir testimonios. Las versiones sobre el asesinato de Alvarez son diversas y una de las más firmes las dio Eduardo Capucheti, jefe de seguridad de Vélez, quien le dijo a Télam que "no fue un enfrentamiento de barras. Fue un solo balazo. Creo que de un calibre 22".

Capucheti, que acompañaba a los micros en un auto, aseguró: "Lo atendimos enseguida con Bernardo (otro miembro de la seguridad de Vélez) hasta que llegó la ambulancia. Fue una mala suerte increíble. Le dio justo en el corazón. No salía sangre".

El origen del disparo también fue motivo de controversias, ya que una versión decía que provino de la Quemita, otra de una parrilla que estaba en diagonal, otra más hablaba de una zona que está enfrente del predio de Huracán y una última mencionaba a un Fiat Duna, de color blanco.

En la cancha. Sin garantías para que el partido comenzara, Baldassi suspendió San Lorenzo vs. Vélez. La airada reacción de los simpatizantes de Vélez, que rompieron el alambrado, determinó el ingreso al campo de juego de efectivos de gendarmería, los cuales realizaron disparos con balas de goma y lanzamiento de gases lacrimógenos.

“Suspendí el partido, porque no había garantías para jugarlo”, dijo Baldassi.

“Nos dicen que mataron o hirieron a un pibe. Ellos no quieren que se juegue. Así es muy difícil. Hay que pensar primero en la gente y después en el partido”, había dicho Maximiliano Bustos, volante de Vélez. “Nuestras familias están ahí. Si se juega, es para peor. Mejor que no se juegue, porque todo va a terminar mal”, había expresado Hernán Pellerano, defensor visitante, previo a la suspensión.

Más problemas. Luego del partido y cuando los hinchas de Vélez ya dejaban el estadio, se produjeron serios incidentes en la zona de la Quemita (el polideportivo del club Huracán) entre hinchas del club de Liniers y miembros de la policía federal. El enfrentamiento se desarrolló entre un grupo de simpatizantes de Vélez que regresaban del estadio de San Lorenzo y la policía que los escoltaba desde ese lugar.

Otra muerte en Salta. Según informó el diario El Tribuno, de Salta, una joven, de 17 años, llamada Sabrina, murió anoche en el partido en el que por el torneo Argentino B Central Norte derrotó, como visitante, en el clásico, a Gimnasia y Tiro por 2 a 0. La adolescente recibió un disparo de bala en la cabeza antes del cotejo, cuando se dirigía a la cancha junto a su novio y a un grupo de hinchas de Central Norte.

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