Una carrera que sirve de medida para la Polla

La historia del Gran Premio Jorge de Atucha deja al descubierto que no se trata de un clásico más dentro del proceso selectivo para las potrancas. "Es una carrera dura, donde se necesita una yegua dócil y sana para poder ganarla. Es una buena medida para saber lo que puede dar hasta la Polla, al menos", asegura Juan Carlos Maldotti, que ganó este cotejo en cinco ocasiones, algunas de ellas con ejemplares que venían de correr en 1200 metros.

"Lo hice en más de una oportunidad y me fue bien", agrega el cuidador que mañana pondrá en la pista a Safari Queen, y explica: "Igual, tiene que ver cómo es cada caballo y su genética".

Para Roberto Bullrich, que presentará a la invicta Stormy Kiss, esta prueba "es muy importante porque es la primera vez que se corre sobre 1500 metros y nos acercamos a la distancia clásica de las potrancas, que es la milla, donde van a correr las Estrellas y la Polla".

Desde que se instauró el Jorge de Atucha en 1935, una gran cantidad de sus ganadoras mantuvieron su nombre en primer plano en el segundo semestre. No obstante, el promedio disminuyó en las últimas décadas al establecerse nuevos clásicos en el hipódromo de San Isidro desde su reapertura, incorporarse las Carreras de las Estrellas al calendario y aumentar considerablemente las ventas al exterior.

De las vencedoras del Atucha, diecinueve repitieron en la Polla de Potrancas (las más recientes fueron Miss Nymph, en 1980, Southern Spring, en 1996 y Miss Terrible, en 2002); trece lo hicieron en el Gran Premio Selección (la última, Rosadora, en 1988); seis triunfaron en el Criadores, cinco en el Enrique Acébal, dos (La Mission y Rafale) en el Carlos Pellegrini y una (La Mission) en el Nacional.

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