Miriñaque en el Pacific Classic: el campeón argentino que cumple un sueño y le corre a la adversidad

María Cristina Muñoz asegura que la primera vez que fue a Del Mar, uno de los hipódromos de California, se corría el Pacific Classic, una de las carreras premium de los Estados Unidos que suele tener una bolsa de premios de un millón de dólares. Se juró, íntimamente, alguna vez tener un caballo entrenado por ella en la prueba. Ni imaginaba, eso sí, que la posibilidad se concretaría la semana siguiente a recibir la preparadora el Pellegrini del Año, la máxima distinción del turf local, y su tordillo Miriñaque, el título del mejor de la temporada 2019 en la Argentina.

Ahora ambos, la cuidadora y el último ganador de la Polla de Potrillos y el Nacional, están del otro lado del continente, a la espera del desafío de este sábado (a las 22.30 de nuestro país) en condiciones atípicas. Esos 2000 metros en la pista de arena no tendrán espectadores en las tribunas, por la pandemia del coronavirus, y las recompensas serán de la mitad de lo que repartió ese clásico desde que fue instaurado en 1991. Es como haber ido a jugar un Mundial de fútbol y quedar en "el grupo de la muerte": entre los rivales estarán Maximum Security, uno de los mejores del mundo con nueve primeros en once salidas, incluyendo un paso triunfal por Arabia Saudita, y el vencedor de la edición pasada, Higher Power.

Los participantes

"Estoy dedicada exclusivamente a Miriñaque, que está muy bien y eso me da tranquilidad. Es un gran desafío y una gran responsabilidad, con la confianza de todos sus propietarios", sostiene Muñoz, que en vísperas de una carrera importante prefiere no entrar en detalles y evaluaciones. Cábalas, le dicen. María Cristina rompió el molde el año pasado: a los 45 años se convirtió en la primera mujer cuidadora en ganar una carrera de la Triple Corona argentina en 135 años. Y lo hizo dos veces: al principio y al final.

Heredó el oficio de su abuelo y su padre en Concepción de Uruguay, Entre Ríos, donde ella se crio en un stud. Su madre fue jockey en las cuadreras. Los caballos forman parte de su vida desde siempre, en distintos roles. En plena pandemia, se animó a la patriada y preparó el terreno para la llegada de su campeón, mientras dejaba a otros 20 ejemplares en Palermo a cargo de Carlos Gutiérrez, su mano derecha.

El Pacific Classic sólo tuvo tres ganadores extranjeros en su historia y dos de ellos fueron argentinos: Gentlemen (1997) y el invicto Candy Ride (2003), cuyo récord de pista se mantiene. El otro, Missionary Ridge (1992), un británico. La prueba no registra casos de caballos que hayan vencido sin tener antecedentes en los Estados Unidos. De hecho, los triunfos de caballos argentinos en su debut en el hemisferio norte son la excepción y no la regla, en cualquier tipo de categoría. El tiempo de aclimatación suele depender de cada animal, aunque el libreto promedio recomienda varios meses.

Miriñaque, el caballo con más corazón que físico, fue segundo en el Carlos Pellegrini en diciembre y repitió el puesto en el Latinoamericano del 14 de marzo, en la última fecha que pudo concretar el hipódromo de San Isidro. Lleva casi tres meses en suelo californiano, tras una cuarentena obligatoria en Miami. El domingo pasado, su último ejercicio con miras al estreno norteamericano fue transmitido en directo por el circuito cerrado de Del Mar y al público a través de Youtube una hora antes del comienzo de la jornada.

El último ejercicio fuerte de Miriñaque

Hay entusiasmo, sí, pero le corre a la adversidad. Va por la épica en un cotejo en el que 16 veces –dos por duplicado– hubo argentinos en las gateras, incluidos otros dos ganadores del Nacional: Roman Rosso, cuarto entre siete en 2018, y For the Top, último en 2019.

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