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Si el lector es de los que todavía no conocen un hipódromo, hoy es el día perfecto para que descubra de qué se trata eso de palpitar con un final cabeza a cabeza. Al otro lector, al que todos los días abre el diario por la sección hípica, no hay que recordarle demasiado. Mañana, en Palermo, se corre el Gran Premio República Argentina (G 1-2000 m), con transmisión en directo por ESPN+; la pista, entonces, estará poblada por los mejores caballos del momento, los más caros, los más ágiles, los más valientes. Se viene, entonces, una de esas fechas turfísticas llamadas a entrar en los libros de historia.
El República se largará a las 17.30, pero antes y después habrá otras pruebas de primera línea. Los caballos más rápidos del país correrán en los 1000 metros del Gran Premio Ciudad de Buenos Aires; milleros de marca mayor arrancarán junto a las vías del tren para resolver el Gran Premio de Las Américas; los potrillos de dos años coparán la cancha para el Montevideo, antesala de la Polla, y cuando la tarde se haga noche un grupo de yeguas se quedarán con todas las miradas.
A esa altura, las redacciones estarán buscando sus mejores títulos, las fotos más vistosas con que ilustrar las crónicas, y los dueños de los ganadores, seguramente, levantando copas.
Los recién llegados al turf tienen que saber que en el Gran Premio República Argentina correrá el mejor caballo de esta zona del continente: Good Report, ganador en La Plata del Latinoamericano y del Ramírez en Uruguay, en enero pasado, además de otras dos competencias. Tiene hinchada y dueños orientales el caballo que nació en nuestro país y monta el brasileño Jorge Ricardo.
Hace diez días, Good Report se tomó un ferry desde Montevideo con la intención de conquistar la cancha de Palermo, donde antes nunca estuvo, y, de paso, dejar mal parado a El Charleta, un caballo que ganó las cuatro veces que corrió y conoce esta pista como el box donde vive.
En total serán quince los participantes dispuestos a galopar sobre los 2000 metros del encuentro, un recorrido nuevo para una competencia que hasta el año pasado se efectuaba sobre 2500.
En lo íntimo, los entrenadores de Good Report y El Charleta hubieran preferido que la distancia se mantuviera anclada, pues sus caballos son de los que se agrandan con cada metro andado, y en menos tiro pueden darles oportunidad a algunos que sólo tienen baterías para moverse en dos kilómetros.
Bizardo Sam es uno de esos, y aquí intentará meter la cuchara, para obtener el gran triunfo con que siempre amenazó; después de perder al pescuezo el Jockey Club, pasó por la enfermería y volvió a las carreras con 8 puntos de preparación. Para la de esta tarde tiene 10.
La invitación para el Gran Premio de Las Américas dice que Global Hunter y Husson saludarán en el disco. Ellos son los caballos más fuertes de la milla sin distinción de edades. Aquél construyó su figura de indomable en el césped; Husson es el campeón de la rodilla lastimada; invicto, para más datos.
Quienes están acostumbrados a ver los ensayos matinales dicen que Global Hunter nunca podrá tener una preparación mejor que la actual. Si fuera por estampa, gana por varios cuerpos, aseguran.
Pero esto no se trata de una exposición, sino de una carrera donde para ganar hay que andar tan rápido como para marcar un récord. Y Husson sabe un rato largo de eso. La única duda radica en su rodilla, que duele o molesta según los días.
Dicen que si en la recta de Palermo, paralela a la Avenida del Libertador, pusieran radares para medir la velocidad, Storm Marcopolo tendría una colección de multas. No dejaría semáforo sin violar este caballo de 500 kilos, ganador, siempre, sin que su jockey le suelte las riendas.
Storm Marcopolo es de la categoría de los supersónicos ; la vez que ganó más ajustado lo hizo por quince metros de ventaja, y hasta llegó a hacerlo por 30. Más aún, si todavía no hizo un tiempo récord para los 1000 metros fue porque nunca se empleó a fondo. En las carreras de velocidad, tiene la vaca atada. Para los entendidos, es la fija del Ciudad de Buenos Aires.
En el Gran Premio Montevideo correrá el potrillo sensación del momento: Cuestión de Honor, que vuelve a las manos de Gustavo Calvente, tras ganar con Jacinto Herrera el Gran Premio Chevalier. Un triunfo lo pondría en el umbral de ser considerado el mejor dos años de la temporada y sería su segunda gran victoria en menos de 25 días.
El potrillo, incluso, estuvo cerca de ser vendido en una cifra importante, pero su preparador cree que todavía tiene tiempo de disfrutarlo antes de decidirse a largarlo, si lo hace.
Antes de acabarse el día, habrá una yapa con el clásico Arturo Bullrich (G 2-2000 m), la carrera para yeguas de la serie. Después, la adrenalina comenzará a bajar. El público de siempre tendrá tela para los comentarios de café, entre semana, y los nuevos, quizás hayan entendido por qué a este deporte se le dice de los reyes.
19 carreras forman parte del programa de mañana en Palermo, un número pocas veces visto en ese hipódromo
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