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Gran Premio Jockey Club: Natán perdió en la pista contra El Musical pero los jueces le dieron la victoria en San Isidro y hubo polémica y desbordes
El segundo paso de la Triple Corona fue definido por los Comisarios, que cambiaron el orden de llegada luego de un final de media cabeza y con roces determinantes
- 4 minutos de lectura'
LA NACIONCarlos Delfino
Fue un final con doble suspenso y mucha polémica en el hipódromo de San Isidro. El potrillo Natán se adjudicó este sábado el Gran Premio Jockey Club (G1), segundo paso de la Triple Corona argentina, luego de un desenlace con roces con El Musical y una desventaja de media cabeza al trasponer el disco. Sin embargo, los jueces alteraron el orden y todo concluyó en una mezcla de aplausos, silbidos y algunos desbordes.
El Musical, que había ganado la Polla de Potrillos en Palermo, intentó vencer de punta a punta con Juan Cruz Villagra. Natán, que había sido su escolta el mes pasado, apuró el paso en mitad de la prueba y salió en su búsqueda en la recta final con Adrián Giannetti. Las distancias se fueron achicando y el líder conservó en la meta una pequeña ventaja, no sin antes dejar su lugar por los palos y llegar a golpearse con su rival. El reglamento es claro en el turf: no se puede perder la línea y entorpecer a un adversario.
El Gran Premio Jockey Club
Luego de varios minutos y la revisión de las imágenes, el Comisariato modificó el orden, lo que generó mucho malestar en los que no estaban de acuerdo con la decisión. E incluso, el bochorno de que un grupo de allegados a El Musical fueran a increpar a los jueces y eso encendiera una situación inconcebible. Por eso, la entrega de premios tuvo un marco nunca visto, con un puñado de gente empañando la fiesta por unos instantes con una acción repudiable, que incluyó a una persona arrojando las chapas que estaban en el marcador oficial, otro lanzando golpes y uno rompiendo los ventanales, como modo de protesta. Habrá sanciones fuertes por ello.
Previamente, la fecha entregó otras dos carreras premium, justo en el momento en el que la lluvia dio un respiro en la tarde para disfrutar, además, de las actividades programadas fuera de la pista. En ese contexto, Bamb Craf se quedó con el Gran Premio San Isidro para ratificar la buena decisión de su equipo de buscarle una distancia intermedia en mitad de la temporada, tras probarse en cotejos de 2000 metros.
La amplia victoria del mes pasado en una prueba condicional funcionó de plataforma de relanzamiento. Dio una confianza ilimitada para retornar a los Grupo 1 y Rodrigo Blanco, el jockey que parece tener superpoderes cuando se trata de las competencias más fuertes del calendario, interpretó perfectamente la necesidad de evitar la pelea adelante con Grosso Amor y cambiar el ritmo sólo al llegar a la recta final. Y allí, ningún avance lo inquietó.
El Gran Premio San Isidro
“Correrle a Firmamento es el logro más importante de mi carrera”, destacó el jinete, tras bajarse del caballo. Es la cabaña en la que creció el zaino y lo tiene contratado desde el año pasado. La forma de agradecerle es con triunfos de este calibre, dejando segundo a una celebridad de la categoría, Don Empeño, que lleva diez primeros puestos en su campaña. La vara estaba alta y Bamb Craf la saltó igual.
Enseguida, el potrillo Labrado hizo lo que ninguno había podido en toda la historia del Gran Premio Suipacha (G1): ganarlo invicto. Es el primero en esa condición en obtener la prueba de 1000 metros y en esta oportunidad, con un condimento adicional por lo que implicaba el nuevo duelo con Luthier Blues, que se cansó de tanto perseguirlo y en el final cedió el segundo lugar con Rudy Trigger. Lo que se insinuaba como un desafío entre el más joven del lote y el que arrasó con todo durante doce meses encontró un tercero en discordia llegando al disco.
El Gran Premio Suipacha
“Se me acercó por los 500 metros, pero el mío venía jugando. Luthier Blues es un caballo de otro mundo, pero ahora el rey de la recta es Labrado”, sentenció Wilson Moreyra, cuyos inicios como jockey, en forma amateur, fueron en el hipódromo de Venado Tuerto, la misma pista santafesina en la que es preparada la nueva estrella de la velocidad en el país. Ahora, en esa ciudad sacan pecho por dos hijos dilectos que forman un equipo que hasta aquí es invencible.
Por Carlos Delfino
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