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Hi Happy, en una tarde de sábado de grandes caballos
El potrillo de La Providencia encontró férrea resistencia en Le Blues, al que doblegó con luz en una lucha espectacular, para imponerse en el Gran Premio Jockey Club y seguir invicto
La recta final del Gran Premio Jockey Club era un infierno de gritos y el cielo esperaba en el disco. Hi Happy, el mejor potrillo en pista de césped, pugnaba por desactivar la esperanza de que apareciera el crack capaz de pelear por la Triple Corona, que nació cuando se vio asomar al frente a Le Blues, un héroe de la resistencia que parecía consciente de que en eso le iba la gloria más grande.
En la tarde del sábado de San Isidro en la que los mejores no defraudaron; en la que Sassagoula Springsempezó a aprender lo que es conmover, y Todo Un Amiguito rindió con un 10 su centésimo examen en esa materia, Hi Happy ganó el Jockey Club ante el ganador de la Polla de Potrillos. "Se puso bravo, pensé que iba a ser más fácil", admitió Altair Domingos, el último eslabón brasileño –nació en la Argentina, pero su familia emigró cuando él tenía 7 meses– en la cadena que rodea al hijo de Pure Prize y que comienza con el haras La Providencia, sigue en la misma caballeriza y continúa en Pedro Nickel Filho, el cuidador. El jockey habla de ese tramo decisivo en el que medio hipódromo empujaba a dos potrillos, y del espejismo que se le apareció cuando pasó al frente y se imaginó en un final cómodo.
"Perdió con todos los honores", comentó Alfredo Gaitán Dassie, con esa mezcla reconocible de amargura y de orgullo por Le Blues, al que entrena. "El otro caballo es grandote, tiene una brazada larga; hace en una lo que el mío, en dos" añade, pero niega que el suyo se hubiera sentido intimidado, o se hubiera cansado; mucho menos que no se hubiera adaptado al césped.
Victor Security tomó la punta apenas se acomodó desde la suelta externa. En la redonda, se le preguntó a Carly Etchechoury cuál de los miembros de su yunta (el otro fue Le Chatelier) mostraría el camino. "¿Y a vos qué te parece?", respondió mientras aquél estaba a punto de entrar en la cancha, con la monta de Jorge Ricardo, reconocido especialista en ese menester.
Y lo trajo cómodo el carioca (casi 25s los 800 m y 48s59 los 800), seguido por Le Blues, Sarónico Island y Hi Happy. "En las anteriores vino lejos, pero había que venir más cerca ahora, corriéndole al de Gaitán", sigue Altair.
Lo que parecía fácil para el puntero cambió en el derecho de las tribunas. Su soltura se esfumó como la diferencia que había marcado. Le Blues y Hi Happy asumieron el rol que todos esperaban. El dirigido por José Aparecido Da Silva (brasileño, para variar) llegó a sacar un cuerpo, por dentro y al favorito le costó varias de esas kilométricas brazadas doblegarlo.
No darse por vencido es una cualidad de los buenos; Le Blues se esmeró por demostrar que lo es. Sólo a 50 metros del disco podía tenerse certeza de que Hi Happy, tan grande o más, seguiría invicto. Las palmadas de felicitación de Domingos llegaron a su pescuezo ya con la meta encima, no antes. El caballo de La Providencia demostró que es mejor aquí.
Besitos, del que Roberto Pellegatta dijo a La Nacion en la semana que lo probaba en el césped tras dos decepciones en Palermo, pensando en que le vendría bien por ser un caballo liviano, terminó tercero, en una gran actuación. Cuarto, Café El dante, que también se iniciaba en pasto y quinto Sarónico Island, en otra reválida del triunfo en la Polla de La Plata.
Pedro Nickel está en la Argentina desde principios de año. Había dejado su zona de confort, San Pablo, para radicarse en Uruguay, pero estuvo pocos días allí. La muerte de José Martin Alves lo trajo a San Isidro impensadamente. "Gané todo allá", dice con el trofeo del Jockey Club en brazos. "No cambié mi forma de trabajar, lo que fue diferente para mí fueron las canchas. Conozco los caballos desde enero, es decir que casi empezaron conmigo", relata. Y tiene una forma particular de referirse a su colega, que denota respeto. "El caballo de don Gaitán es muy bueno, teníamos que estar atentos a él".
Gaitán Dassie, acostumbrado a las grandes victorias, ayer quedó segundo ante dos colosos, Hi Happy y Sassagoula Springs (con Nashville Texan). No le tocó medirse con Todo Un Amiguito, el otro gigante de la tarde. Ante semejantes caballos de carrera, los puestos de escolta saben a gloria.
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