El Arco de Triunfo dio paso a la juventud, con Savater disfrutando de la fiesta hípica

PARIS.- El Prix de l’Arc de Triomphe va por los 94 años. El filósofo Fernando Savater, por los 68 y, desde que acude a las carreras (y de eso hace mucho) sólo se lo perdió tres veces. "Uno por culpa de Franco, que me tuvo algunos meses preso", contaría cuando este cronista lo descubrió en la puerta de acceso a Longchamp, haciendo la cola como todo el mundo. Coco Valle y su hijo Ezequiel, del haras Firmamento, que también vinieron a París para ver el Arco, pueden salir de testigo.

Verlo el domingo por la tarde al dramaturgo, activista, periodista y profesor de español otra vez en el hipódromo como para pedirle opinión sobre el triunfo del británico Golden Horn en la más elegante carrera europea hubiera sido un golazo periodístico. De hecho, Savater ha visto más Derby de Epsom que cualquiera y el caballo era su último vencedor. Pero eran más de 80.000 personas en Longchamp y ubicarlo ascendía a la categoría de milagro.

Savater recuerda haber visto correr en Francia al brasileño Going Somewhere, ganador de un Pellegrini, y anticipa que podría ir a la Argentina para el siguiente. "Estoy por entregar un nuevo libro. Mi editor sólo me ha dicho que espera no sea otra vez de caballitos", cuenta, y ríe.

Golden Horn le quitó parte del brillo a una fiesta en Longchamp que parecía dispuesta para honrar por tercera vez a Treve, ganadora de las últimas dos ediciones de la prueba gala. La yegua de la entrenadora francesa Criquette Head y el propietario qatarí perteneciente a la familia real no pudo con el caballo de origen inglés montado por un jockey italiano, como Frankie Dettori.

Ella, amiga de Coco Valle, estuvo en Uruguay no hace mucho participando de un congreso turfístico. Dettori es el jinete del Salto del ángel, que estuvo una vez en Palermo para correr una favorita del Selección (Cagnotte) propiedad de Ignacio Correas.

Le quitó parte de brillo, pero no mucho. De hecho, los franceses disfrutaron su conquista. Si no había triunfo de Treve, uno de un ganador del Derby de Epsom era lo mejor que podía suceder. El Arco de Triunfo es la más chic de las carreras europeas; es más que eso, es cultura, economía e historia. Es capelinas, champagne y elegancia.

Pablo Piffaretti, el presidente de la comisión de carreras de San Isidro enviado por el Jockey Club a participar en una reunión de IFHA, fue otro de los argentinos que vieron ganar a Golden Horn y perder a Treve. "Se me puso la piel de gallina", contó Virginia Gowland experimentando su primer Arco; es sobrina del entrañable gordo Ricardo Sauze, ex presidente de Propietarios.

Dijo Criquette Head: "Ella fue vencida por un caballo mejor, y punto. Golden Horn tiene 3 años y está en su mejor momento. No estoy de acuerdo con el análisis de algunos que dicen Treve fue perjudicada por el terreno (seco). Quizá, simplemente, fue menos buena que otras veces. Para mí, se trata de una vuelta de página. Así es la vida. Treve fue una aventura increíble y fue capaz de llevar al público a las carreras. Ella siempre seguirá siendo un campeón", dijo la entrenadora. Y es cierto. Chapeau, Treve. O en su caso, capelina.

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