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Tradición y novedad: cómo se llevan el golf y el footgolf
El golf podría tener motivos para mirar de reojo al footgolf, un deporte de no más de diez años de antigüedad que incorpora la técnica del fútbol sobre el fairway, el rough, el búnker y el green, en una cancha real de 18 banderas. Los golfistas aficionados más aferrados a la tradición quizás observen al footgolf como una sátira -por aquello del hoyo de 52 centímetros de diámetro para embocar la pelota Nº 5- o como un extraño injerto entre dos disciplinas. También están quienes creen que un balón impulsado con el pie desde un tee de salida puede ser tan atrapante como una pelotita saliendo disparada con el driver, a la vieja usanza. En cualquier caso, el footgolf no detiene su crecimiento y suma adeptos. Incluso con referentes famosos del fútbol como Roberto Fabián Ayala y Sergio Vázquez, exjugadores del seleccionado.
Enrique Costilla interpreta la llegada del footgolf como un salvataje para su club, el Jockey Club de Santa Rosa, en La Pampa: "Se les explicó a los socios la necesidad de incorporar esta disciplina para paliar los escasos fondos que disponemos; así lo entendieron y hoy compartimos la cancha dos días a la semana; nos tenemos un respeto mutuo". Nora Ventureira, una destacada amateur que representó a la Argentina y actualmente es periodista de Golf Channel Latinoamérica, menciona: "Ante los problemas de los clubes de golf para retener e incorporar socios, el footgolf es una buena alternativa. Se juega según las reglas del golf y podría atraer a hijos y nietos de socios en horarios muertos para el golf, con la idea de buscar un intercambio para el futuro". Nicolás Donya lo observa como una interesante puerta de entrada para las nuevas generaciones: "Me parece muy divertido y tiene gancho, es un buen motivo para inculcarles los valores del golf a los más chiquitos. Pero lo haría en sectores bien distintos del campo". Y el mexicano Marco Farías, que también se desempeña en la señal de golf de cable, apunta: "Hace un par de meses, unos amigos fueron a jugar al footgolf, y a raíz de ello se interesaron por el golf. Lo veo como una buena estrategia para hacer crecer a este deporte al que históricamente se lo tachó de elitista".
"Ante los problemas de los clubes de golf para retener e incorporar socios, el footgolf es una buena alternativa. Se juega según las reglas del golf y podría atraer a hijos y nietos de socios en horarios muertos para el golf", dicen los que están a favor. "El footgolf carece de identidad y se convierte en un pseudodeporte", opinan desde la otra vereda.
De a poco, en un rastrillaje por las redes sociales, empiezan a brotar también las disidencias entre la masa de jugadores aficionados. Tal es el caso de Fernando Isidro: "Para jóvenes y futboleros sería una variante entretenida alguna vez. Pero para alguien más grande como yo, sería condenarme a 'arrastrarme' por la cancha. Y no faltaría alguno que se apareciera con DT y/o barrabravas". Más voces en contra, como la de José Bruniard: "El footgolf es al golf lo que el paddle fue al tenis. Poco a poco va a ir desapareciendo, mientras tanto dará trabajo a médicos y kinesiólogos". Matías Lewin comenta: "Han adoptado lo peor del golf: la pérdida de tiempo, porque para cada tiro miran un montón. Hoy juego al golf en horarios sin gente y la vuelta se hace en tres horas, lo que se convierte en un hermoso deporte para practicar". Según Juan Bazzini, el footgolf "carece de identidad y se convierte en un pseudodeporte", mientras que Federico Bodenmann también ensaya una crítica: "Tal vez yo sea un dinosaurio del golf, pero estoy cansado de ver a muchos jugadores de golf y cada vez menos a golfistas. El footgolf tampoco aporta en este sentido".
Hay miradas imparciales, como la de Andrés Morano: "Soy padre y por mí, que los chicos jueguen al footgolf, al waterpolo, al bádminton o a otro deporte con tal de que los aleje de la PlayStation". Ricardo García dice: "Todo lo que acerque gente al golf me parece bien; de esos futboleros alguno quedará", y Juan Manuel Hernández opina: "No me atrae, pero si suma gente a los clubes, bienvenido". Finalmente, un caso categórico de rechazo es el de Ariel Cerdeiro: "El otro día estaba en el hoyo 18 y aparecieron unos jugando footgolf; no piso más ese club".
El debate entre unos y otros amateurs resulta interminable, ¿pero qué ocurre entre los dirigentes de ambas disciplinas? El primer dato que salta a la vista es la retroalimentación para dos actividades necesitadas de mayor popularidad. Velio Spano, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Golf, explica: "Hay una cooperación mutua entre las dos entidades desde 2015, apoyada en que el footgolf se juega en canchas de golf y que la parte del fútbol está muy arraigada a la idiosincrasia de nuestro país. La llegada de este deporte es importante porque es el ingreso de muchas personas que nunca accedieron a un club de golf y, a través del footgolf, puede romperse esa barrera que a veces es psicológica". Spano también lo evalúa desde la óptica comercial: "Para muchas entidades es importante que utilicen esos momentos ociosos con la cancha vacía para sacarle un provecho económico. Además, el footgolf no afea para nada el campo, es un montaje que se arma y se desarma muy sencillamente".
Javier de Ancizar reflexiona desde su papel de presidente de la Asociación Argentina de Footgolf (AAFG) y vicepresidente de la Federación Internacional: "Gracias al convenio de colaboración mutua, la AAG nos invita todos los años a las jornadas de capacitación para Gerentes de Clubes de Golf y al VISA Open, donde tenemos presencia con algunos hoyos para mostrar de qué se trata nuestro deporte. Este stand en el Abierto nos abre muchas puertas en varias canchas del país, un tema vital para nosotros. Además, trabajamos en clínicas de golf para footgolfistas, de manera de ayudar en ese traspaso de un deporte al otro y, a la vez, mantener vivo el espíritu del acuerdo". Y agrega: "Creemos que el footgolf coopera mucho con la integración entre padres e hijos, para que puedan disfrutar juntos de la misma actividad. De hecho, en los dos mundiales de esta disciplina (Hungría 2012 y Argentina 2016) hubo algunos casos de padre e hijo compitiendo a la par y representando al país".
El circuito y su metodología de competencia
TeamUp, empresa especializada en la organización de eventos corporativos de footgolf, habla de una unión necesaria. "Los clubes de golf ofician como proveedores de la AAFG ya que nuestros circuitos, Buenos Aires FootGolf Tour y Liga Profesional, son itinerantes", dice Maximiliano Mecca, director asociado. Y se explica: "Pagamos un alquiler de cancha para poder hacer nuestros torneos. En 2017 jugamos en Hacoaj, Hebraica, Mapuche, Marinas Golf, El Nacional Golf, Smithfield, Los Alamos Golf y Mitre Migueletes, entre otros".
Una buena convivencia entre las partes
"¿A quién no le gusta el fútbol? Los golfistas se inclinarían por el footgolf de manera recreativa y no lo tomarían en forma tan competitiva", dijo Velio Spano, director ejecutivo de la AAG. "Desde el footgolf tratamos de que todas esas virtudes que tiene el golf también prevalezcan", aseguró Javier de Ancizar, presidente de la AAFG.
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