Tío Abel y Última Cuota mostraron lo mejor del turf

La final de la Copa Roberto J. Bullrich entrego la síntesis perfecta de lo que se espera de una carrera: dos caballos luchando todo el tiempo y una definición cerrada. Fue una cabeza en favor de Tío Abel; pudo haber sido también para Última Cuota la victoria por su tenacidad y entrega. 1-2 del padrillo revelación Hurricane Cat y de El Mallín, el haras que los vio retozar.

Tío Abel es uma masa. 520 kilos puestos al servicio de llegar primero. La yegua es una joya. Ganará varios clásicos. Seguro. El caballo tardó menos de veinte segundos en ir a pelearle la punta a la su hermana paterna, que salió chata de las gateras, como le gusta decir a Tony, el martillero cuya firma organiza la fundamental subasta y posterior carrera. Lookeado, otro Hurricane Cat, pero de Vacación, dobló el codo con ellos esta vez sin perder la línea para insinuar meterse en la pelea. Última Cuota recuperó por poco la delantera, pegada bien a los palos al pisar la recta. Tío Abel la corrió de atrás, de nuevo, limándole centímetros a cada salto. El match, del que ya no terciaba Lookeado, se iba poniendo bueno.

Tío Abel pasó por el martillo de Bullrich el primer día de ventas en la subasta de mayo, el año pasado; Última Cuota estuvo en la segunda tanda, lo que demuestra que comparar en cualquiera de las dos turnos puede traer buenos resultados inmediatos. El caballo entrenado por Daniel Cima lleva dos éxitos en tres carreras; la hembra de Sueldo tiene dos primeros y dos segundos. Dicho sea de paso, Sueldo ya compró a la propia hermana de Última Cuota, para correrla la temporada que viene.

Los Cima recibieron trofeos de los Bullrich; Antonio, el rematador, y sus hijas Antonia y Delfina en la prenmiación, y mamá Florencia González Alzaga , de la firma organizadora, como parte de El Mallín.

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