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Diego Schwartzman tenía todo estudiado. Sus movimientos, pero, sobre todo, los de su adversario, el alemán Alexander Zverev, para muchos el favorito en el choque por los octavos de final del US Open. En buena parte la victoria descansó en el análisis sobre el adversario y algo de razón debe haber en el concepto.
De eso se desprende en una de las primeras declaraciones del Peque. "Alex pasó muchos problemas con el saque y yo soy fuerte devolviendo. Repasé muchos videos de Alex sacando. Sé que es una de mis armas. Tengo que usarla. A cada rato trato de mejorar... nunca se sabe cuándo la devolución será importante. A pesar de que estaba abajo, siempre pensaba que podía darlo vuelta". Y todo dicho. A cada paso hay mentalidad y planificación.
Quedó a la vista de todos un partido abierto en el que, al principio, dominó Zverev. Luego las condiciones cambiaron hasta que se volvieron insostenibles para el alemán. "Cuando entré en la cancha me esperaba un partido de muchos peloteos, de él sacando fuerte. Me costó un poco asimilar lo que tenía que hacer en el partido. Necesitaba zafar un juego para entrar en el partido", manifestó el porteño.
Hubo más. Mucho más. "Hay que seguir. Respecto de los cuartos en 2017, esa vez estaba todo vendado como una momia y ahora llego más entero, sé lo que tengo que hacer en esta clase de torneos, cómo tengo que alimentarme y recuperarme, hay muchas cosas que cambiaron en mi mente, entendiendo que puedo hacer este tipo de torneos y estar bien preparado. Agradezco mucho el apoyo de la gente, porque sé que no es un momento fácil en la Argentina, ojalá que los haya distraído un poco, que siga así para la próxima rueda y mejoren las cosas allá para que se pueda disfrutar esto. ¿Un sueño? Ojalá que le pueda ganar a Rafa (Nadal)", describo el Peque, aun sin saber el resultado entre el español y Cilic.
Hasta que otra vez, como en un carrousel, resurgió el análisis del encuentro ante Zverev. "Hubo varias cosas durante el partido, había arrancado bien y tuve varias chances. Él cometió muchos errores, sobre todo con el saque, que no es lo normal en él, y por ahí quizás en el primer set me costó entender lo que estaba pasando porque esperaba otro tipo de partido, pero a partir del segundo set empecé a verlo mejor, fui entendiendo lo que tenía que hacer para llevar el partido a mi manera, el tercero lo sufrí un poco, pero después vi lo que tenía que hacer", destacó Schwartzman en declaraciones a ESPN.
Schwartzman, poco a poco, construye un respeto mucho más sólido en el gran mundo del tenis. Así es el circo de uno de los deportes más importantes. Ni que hablar cuando escuchó que la gente vitoreaba su nombre. "Me da vergüenza el Diegooooo, Diegooooo...., pero al mismo tiempo, es un aliento para mi juego. Me da un plus para sacar una energía extra". Solo es cuestión de esperar los próximos resultados. El pequeño gigante ya está entre los mejores del US Open.
Más tarde, y después de su victoria sobre Marin Cilic, Nadal habló sobre lo que espera de Schwartzman: "Lo conozco muy bien, es uno de los jugadores con más talento del circuito. Es un gran desafío para mí y necesitaré jugar muy bien. Estoy feliz por él, porque es un gran amigo y se ha sacrificado mucho para llegar hasta aquí. Yo sé que voy a tener que jugar en gran forma para llegar a las semifinales".
LA NACION