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En 2015, el ATP de Buenos Aires puede ser reubicado: ¿qué efectos negativos tendría?
Tras el impacto por la deserción de Nadal, el torneo porteño lucha con la competencia brasileña en el calendario 2015; apuesta a la tradición argentina y la relación con la ATP
Luego de varias jornadas verdaderamente irritantes, cesó la lluvia en Buenos Aires y regresó la calma en el ATP porteño . Los courts del Baltc ya no lucieron gigantescos charcos ni redes recogidas, y el sonido de los golpes a las esferas amarillas fue la mejor música para oídos acostumbrados al diluvio.
En las oficinas de los organizadores también hay mucha actividad. Asumido el impacto, al menos en lo emocional, por la ausencia del número 1 del mundo, Rafael Nadal, la atención se concentra en distintos focos, pero todos conducen al mismo: presente y, sobre todo, futuro del certamen. Hace unas horas se anunció el calendario de 2015 y el torneo más importante de la Argentina corre riesgos de ser reubicado en otra semana, la última de febrero, lo que resultaría sumamente perjudicial porque competiría con dos ATP de categoría 500 y de mayores recursos económicos, Acapulco y Dubai, donde no suelen faltar los top. Todo comienza por la presión de San Pablo, el otro torneo que no tiene fecha definida para 2015 y que ahora está situado en el período indeseado. Buenos Aires y el ATP paulista figuran para el año próximo en las semanas del 9 y el 23 de febrero.
Miguel Nido, propietario de la Copa Claro , contó que por la confección del calendario hubo reuniones durante el Abierto de Australia. En Melbourne se discutió y se resolvió que se esperaría hasta el torneo de Miami (desde el 19 de marzo), aunque más probablemente hasta Montecarlo (a partir del 13 de abril), para que la junta de directores bajara el martillo. Por lo pronto, mañana arribarán a Buenos Aires el director ejecutivo y presidente de la ATP, Chris Kermode, y el director ejecutivo de las Américas, Mark Young. Estarán inspeccionando cada detalle del torneo, y continuarán la gira por el ATP 500 de Río de Janeiro (la semana próxima) y el ATP 250 de San Pablo (desde el 24 del actual). "El presidente de la ATP es quien tiene la decisión final del calendario. Young ha estado aquí. San Pablo quiere un cambio. Su historial no es muy bueno organizando el torneo [N. de la R.: varios tenistas se quejaron de las canchas], pero están dispuestos a poner más plata para tener la segunda semana de la gira. Nosotros vamos a pelear a muerte. Si fuéramos a la semana de Dubai
Acapulco sería mucho más difícil traer a un Rafa, a Ferrer. Nuestra actual semana es mucho mejor", reconoció Nido.
El torneo de San Pablo es propiedad de Octagon Tennis, una firma con sedes en Estados Unidos y Europa, que tiene por clientes a los certámenes de Cincinnati, Valencia y Rotterdam. Además, el campeonato paulista posee como promotor a Koch Tavares, una firma fuerte de eventos deportivos en el continente.
Este año, en el ATP porteño hubo remodelaciones en diversos sectores. Fue una decisión acertada y necesaria, tomada por la promoción que tendría la llegada de Nadal pero también por la renovación que el certamen quiere exhibir por esta situación que, hasta ahora, no es conflictiva pero sí incómoda. Nido confía en que la tradición del tenis argentino prevalecerá ante las tentaciones económicas que ofrecerá Brasil, un país con menos historia de raquetas. "Nunca me confiaría. Habrá que pelear. Pero tenemos un historial y una relación con la ATP distintos a los de San Pablo. Si la ATP decide darle a Brasil las mejores dos semanas de la gira [también cuenta con el torneo de Río de Janeiro], estaría decidiendo que el mercado de América del Sur fuera sólo ese país, y creo que sería un error. La Argentina sigue siendo un mercado muy importante para el tenis, al margen de sus problemas económicos. Hay que estar preocupados, porque cuando no lo estás se puede fallar. Estoy confiado, pero no creo que no pasará nada. Estoy preparado para actuar si se tomara una decisión que nos perjudicara. He hablado con varios jugadores y cuando venga el presidente de la ATP saldré a comer con él y le diré todo lo que pueda", afirmó Nido.
No son jornadas sencillas, está claro. "Empezamos con una semana difícil, por la ausencia de Nadal, luego con el mal tiempo... Pero es positivo el apoyo que hemos recibido de nuestros patrocinadores. Es la satisfacción del trabajo hecho durante 14 años", reconoce el empresario. Conocedor de lo que pretende San Pablo desde hace varios meses, Nido hizo las gestiones necesarias por tener una estrella como Nadal para que el certamen nacional gozara de una mayor promoción. Pero a último momento la figura del mallorquín se desmoronó y el golpe se sintió en las entrañas. "Cuando Rafa se lesionó en Australia y supimos que no era una contractura normal y corriente que en dos o tres días estaría bien, empezamos a dudar un poco. Yo sé que Rafa hizo todo lo posible por venir a Buenos Aires y quería estar. El impacto que genera la ausencia de jugadores como él o Roger (Federer) en cualquier torneo es fuerte. Puedo contar la experiencia de Miami del año pasado, cuando Rafa no jugó y tuvo un impacto económico grande. Acá, el problema fue en la venta de entradas, porque todavía nos quedaba el 50 o 60 por ciento. Se sumó el gasto que hicimos en la grada tubular, que si Rafa no venía no la hubiéramos montado; en la cantidad de empleados para un predio en el que esperábamos tener entre 80 y 85 mil personas. Ahí sí fue donde afectó", añadió Nido a La Nacion.
Los organizadores confían en que el vacío que dejó Nadal no afectará a la imagen del torneo. Ni tampoco en la renovación del contrato con el auspiciante principal, la empresa de comunicaciones Claro, que vence tras esta edición. "Mi expectativa es que lo vamos a renovar –dijo Nido-. Se han tenido conversaciones. Acabamos de firmar nuestros derechos internacionales por cinco años y tenemos solidez. Me siento bastante confiado para dónde vamos y el año que viene trataremos de montar un torneo aún mejor". Naturalmente, la asistencia del mejor jugador sobre canchas lentas de la historia hubiera resultado un gran impulso. "Poder tener a Rafa, Roger, Murray o Djokovic te da un aire, porque de verdad tú miras cuántos ATP 250 juegan estos jugadores y lo hacen en uno o dos al año. Que el año pasado Rafa haya jugado tres de los cuatro torneos en América latina menos Buenos Aires, había generado una gran expectativa este año. No se pudo, pero el camino continúa", concluyó quien encabeza el torneo porteño, un evento que luchará en los escritorios por no perder su favorable ubicación en el circuito ante un mercado más sólido financieramente.
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