Tomás Etcheverry le ganó a Andy Murray en un partidazo y avanzó a los cuartos de final del torneo de Basilea

Sobre la rápida superficie sintética del ATP 500 de Basilea, Tomás Martín Etcheverry se regaló uno de los triunfos más destacados de su carrera. El jugador platense, en duelo por la segunda ronda, se impuso a Andy Murray por 6-7 (5-7), 6-3 y 6-2, en una electrizante batalla de 3 horas y 7 minutos de juego, y avanzó a los cuartos de final, etapa en la que espera al ganador del cruce que este jueves disputarán, cerca de las 13 de nuestro país, Sebastián Báez y el dinamarqués Holger Rune.

El certamen suizo vivió un gran duelo generacional entre los 24 años de Etcheverry, que está a punto de cerrar una muy buena temporada, ya afirmado en el nivel ATP, y Murray, que a los 36 años acaso no sea el mismo que llegó al número 1 del ranking en 2016, pero de todos modos, desde el puesto 40° del mundo, siempre da batalla.

Aun cuando juega con un implante por una severa lesión en la cadera, Murray se las ha arreglado para estirar una carrera que parecía terminada hace poco más de dos años. Pero el escocés volvió a la actividad y mostró buenos rendimientos: este año llegó a la final de Doha y ganó un par de challengers sobre césped, en Surbiton y Nottingham, y otro torneo del mismo nivel en Aix-en-Provence, en Francia. Con eso le alcanzó para ingresar en el Top 50, y desde allí sigue dando grandes batallas. Como la que protagonizó el jueves contra el ascendente Etcheverry, al que le había ganado en marzo pasado, en el Masters 1000 de Indian Wells, por un score similar: 6-7 (5-7), 6-1 y 6-4.

Sin embargo, a diferencia de lo sucedido sobre el cemento estadounidense, Etcheverry tuvo esta vez su desquite. Elaborado con mucho esfuerzo, claro, con la certeza de que nada le iba a resultar sencillo contra un adversario experimentado, con mucho talento y capacidad, aun sin el resto físico de otros tiempos. Así, el argentino y el británico construyeron un partido intenso, cambiante, muy entretenido.

Para Etcheverry, Basilea es un torneo en el que muestra una recuperación, después de dos derrotas en el estreno en los torneos de Shanghai y Tokio. En una temporada con dos finales ATP (Houston y Santiago de Chile) y los cuartos de final de Roland Garros como mejores actuaciones, el jugador entrenado por Wally Grinóvero apunta a cerrar la última gira del año de la mejor manera.

Más allá del arranque adverso, en el que cedió por poco el primer set, se mantuvo en el partido y empezó a cambiar el curso del encuentro en un segundo parcial de alto vuelo, en el que se sobrepuso a varios puntos de quiebre. Después de un séptimo game muy largo, consiguió sostener (5-2) y encaminó definitivamente el partido de su lado. Así, consiguió su sexta remontada en la temporada, ya que había ganado otros cinco encuentros después de ceder el primer parcial.

El tenista platense se medirá este viernes, en busca de las semifinales, contra el vencedor del cruce entre Sebastián Báez (29°) y Rune (6°), máximo favorito del torneo, que se enfrentarán este jueves (transmite Star+). Báez se presentó el miércoles con una victoria sobre el australiano Christopher O’Connell (61°) por 6-7 (3-7), 6-4y 6-3. El ATP 500 de Basilea se realiza sobre superficie dura y reparte premios por un total de 2.345.955 euros.

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