Tenis y ranking congelado: según un estudio, Federer debería ser N° 76 y Djokovic no estar en el 1°

En julio de 2020, en medio de la pandemia, la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) anunció la revisión del sistema que emplea para calcular el ranking mundial masculino con miras a la reanudación de la temporada luego de cinco meses de inactividad. Durante casi tres décadas. el sistema se basó en tomar los 18 mejores resultados de cada jugador durante las últimas 52 semanas, pero la ATP decidió congelar el ranking a causa de la cancelación y postergación de varios torneos. Eso, a la larga, provocó un desfasaje, con beneficiados y perjudicados.

Al tiempo de aquel anuncio, la ATP hizo una actualización y alargó la protección de la clasificación mundial hasta el último 15 de agosto. Desde la semana del Masters 1000 de Cincinnati, la lista del ranking volvió a funcionar en forma convencional. Un estudio realizado por el portal francés de tenis “Jeu, Set et Maths” demostró, por ejemplo, que si el ranking actual estuviera elaborado únicamente por las últimas 52 semanas el suizo Roger Federer, actual número 9 del mundo y con sólo seis torneos jugados desde Australia 2020, sería 76°.

O que el serbio Novak Djokovic, líder del ranking, sería 2° y el ruso Daniil Medvedev, último ganador del Abierto de los Estados Unidos, estaría en la cima. El español Rafael Nadal, asimismo, caería del sexto al séptimo lugar.

Entre los grandes beneficiados están, por ejemplo, el francés Gilles Simon, actual 99°, que debería ser 202°. O el propio bahiense Guido Pella: esta semana es 80°, pero debería ser 167°. También el australiano Nick Kyrgios, hoy 95°, aunque le correspondería ser 180°. O el suizo Stan Wawrinka, que no compite desde marzo, es 47° y debería estar en el escalón número 128.

Según la publicación “Jeu, Set et Maths”, hay muchos tenistas “perjudicados” y, entre otros, puso el foco en dos argentinos: Sebastián Báez y Tomás Etcheverry, que este año ganaron tres y dos títulos en el Challenger Tour, respectivamente. Según el portal francés, Báez (20 años, actual 143°) debería ser 93°, mientras que Etcheverry (22 años, 136°) debería estar en el puesto 88°. También deberían ser Top 100, por ejemplo, los hermanos Francisco y Juan Manuel Cerúndolo, sin embargo esta semana figuran 103 y 106°, respectivamente.

El Top 10, entonces, debería estar integrado de la siguiente manera: Medvedev, 1° (es 2°); Djokovic, 2° (es 1°); Alexander Zverev, 3° (es 4°); Stefanos Tsitsipas, 4° (es 3°); Andrey Rublev, 5° (posición actual); Matteo Berrettini, 6° (es 7°); Nadal, 7° (es 6°); Casper Ruud, 8° (es 10°); Jannik Sinner, 9° (es 14°); y Hubert Hurkacz, 10° (es 13°). Diego Schwartzman seguiría en la misma posición: 15°.

La queja de los jugadores

Las evaluaciones periodísticas no hacen más que confirmar el argumento de los tenistas que a lo largo del año protestaron por el sistema que eligió la ATP en medio de la pandemia.

El alemán Alexander Zverev, por ejemplo, en marzo último criticó duramente a la entidad cuando era el número 7 del mundo (ahora está 4°). “Soy el mayor fan de Roger Federer, pero no jugó por un año y, a pesar de ello, sigue por delante de mí en la clasificación. En los últimos doce meses llegué a una final de Grand Slam, a una final de Masters 1000 (en París-Bercy) y gané dos torneos (los ATP de Colonia 1 y 2). Hasta ahora el sistema de clasificación utilizado ha sido un desastre”, reclamó.

Y tras su comentario, al mismo tiempo, el ruso Andrey Rublev opinó en una línea similar. “Si tuviéramos el sistema normal, creo que sería el número 4 del mundo. Entonces, ¿qué creés que sería mejor para mí, ser octavo o ser cuarto? Ahora está este sistema, es lo que tenemos. Esa es mi respuesta y opinión”, señaló con ironía.

En esos niveles (el top ten), el ranking puede ser el motivo que le permita a un jugador cerrar un mejor contrato publicitario o un cachet más abultado para ser tentado a jugar en un certamen. Pero para los tenistas que están más alejados de la elite, como en los casos de los jugadores argentinos mencionados, esas posiciones definen el corte de ingreso en los torneos del circuito (por ende, otra realidad económica también).

Muchos de los que tienen un ranking menor al que les correspondería deben jugar clasificaciones para poder ingresar en los torneos ATP o anotarse en certámenes de menor categoría y, por consiguiente, de menor reparto de dinero en premios. Diez puestos de diferencia pueden significar entrar a jugar un Grand Slam o quedarse fuera del torneo. Es por eso que semejante diferencia no pasa inadvertida. No es una simple anécdota. Es el dinero de los tenistas que está en juego.

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