Roland Garros 2020: con acceso limitado para el público y dividido en zonas independientes
LA NACION
La Federación Francesa de Tenis anunció una serie de medidas con miras a Roland Garros, el Grand Slam que se jugará desde el 21 de septiembre próximo luego de ser suspendido en su fecha habitual, en mayo, por la pandemia de coronavirus.
Se limitará la capacidad de los tres estadios más importantes. El court central, el Philippe Chatrier, con lugar para 15.000 personas, sólo permitirá cinco mil espectadores. Lo mismo el Suzanne Lenglen (tiene lugar para 10.000 personas). Mientras que el nuevo estadio Simonne-Mathieu, con 5000 butacas, tendrá habilitadas únicamente 1500.
Los estadios se dividirán en tres sitios independientes y los espectadores sólo tendrán acceso a la zona del court correspondiente a la entrada numerada.
En las canchas numeradas, los grupos de espectadores que asistan juntos, compuestos por un máximo de cuatro personas, podrán permanecer sentados uno al lado del otro. Caso contrario, deberá haber un asiento libre de cada dos.
A diferencia del US Open, habrá torneo de clasificación, pero se disputará a puertas cerradas.
Para "garantizar la salud y seguridad de todos", el uso de máscara será obligatorio para todas las personas mayores de 11 años, en cualquier circunstancia. Se intensificará la limpieza y desinfección de las diferentes áreas. Se instalarán dispensadores de alcohol en gel por todo el complejo.
Los jugadores, su equipo y todas las personas acreditadas que trabajen en el torneo estarán sujetos a un estricto protocolo biológico antes y durante toda la duración del torneo.
Todos los jugadores deben alojarse en uno de los dos hoteles oficiales que ofrece la organización del torneo. Los espacios y servicios para los jugadores se adaptarán a las condiciones de salud vinculadas a la crisis del Covid-19.
Los días sin partido, los jugadores solo tendrán acceso al centro de entrenamiento Jean-Bouin. No podrán asistir a Roland Garros.
Todas las ruedas de prensa se organizarán por videoconferencia.
La FFT aumentó el premio en la etapa clasificatoria, con una dotación superior al 27% en comparación con 2019. Los perdedores de la primera ronda de calificación recibirán un cheque de 10.000 euros; esta decisión se tomó al entender que los jugadores que participan en este tramo de la competencia han sido los más perjudicados por la pandemia.