Roger Federer festejó en el Miami Open y sigue la cuenta regresiva hacia el récord de Jimmy Connors

Hace algunas semanas, en Dubai, se dio el gusto de celebrar el título número 100 de su carrera. Toda una proeza la de Roger Federer : en los más de cincuenta años de tenis profesional, sólo Jimmy Connors logró alcanzar (y superar) las tres cifras como campeón. El estadounidense, con más de dos décadas en el tour, totalizó 109 coronas. Una cifra que asomaba inalcanzable... hasta que Federer comenzó a sumar conquistas.

En el Miami Open, el suizo derrotó ampliamente en la final a John Isner -el campeón defensor- por 6-1 y 6-4, y celebró su título 101°, que también es el 28° en torneos de la serie Masters 1000 (cuarta vez en Miami) y el segundo de 2019. En un año marcado por la variedad -los primeros 19 torneos fueron ganados por 19 jugadores distintos-, Federer también se convirtió en el primero en celebrar por duplicado. Todo esto, dicho sea de paso, a los 37 años.

También, desde este lunes, volverá a ser el número 4 del mundo. Puede saber a poco para quien estuvo 310 semanas en lo más alto del ranking. Pero, desde hace tiempo, Federer ya no se desvive por regresar a la cima. Sí se preocupó por evolucionar su juego constantemente para mantenerse entre los mejores, y ha cumplido ese objetivo con creces. En un torneo con un fuerte desembarco de la nueva generación (Felix Auger-Aliassime, de 18 años, y Denis Shapovalov, de 19, llegaron a las semifinales), el suizo volvió a imponer su vigencia y a demostrar su tenis incombustible.

Isner, otro de los representantes de la vieja guardia, había sido el campeón en la despedida del Miami Open de Key Biscayne. Esta quincena, en la nueva sede del Hard Rock Stadium, no parecía cambiar demasiado la ecuación. Con la solvencia de su saque, el gigante de Greensboro (2,08m) se abrió paso nuevamente hasta la final con triunfos en sets corridos y casi todos (9 sets sobre 10) en tie-breaks.

"Jugar contra Isner es un desafío", había anticipado Federer, a sabiendas del poder del saque del estadounidense, al que había enfrentado previamente en siete ocasiones, con balance de 5-2 en su favor. Esta vez, el suizo impuso condiciones desde temprano, quebró en el primer game del partido, y volvió a hacerlo en otras tres ocasiones. Más que suficiente: desde el comienzo estaba claro que a Isner se le haría casi imposible quebrar el saque de Federer. De hecho, el estadounidense no tuvo ni una oportunidad de break. El panorama se le complicó más al gigante en el segundo set, con una dolencia progresiva en un pie que redujo a cero sus posibilidades.

Así, Federer alcanzó los 101 títulos. Los 109 de Connors están un paso más cerca. La cuenta regresiva continúa, en una auténtica lucha contra el reloj, también: el suizo cumplirá 38 en agosto próximo. El suizo podría tener mayores chances de igualar al célebre 'Jimbo' si jugara torneos más chicos, pero su esencia, claramente, está en las grandes citas. Una curiosidad: Connors llegó a jugar casi hasta los 44 años, pero su último título lo ganó a los 37, justamente la edad actual de Federer.

En Miami, hace unos días, en una entrevista que le hizo el joven Miomir Kecmanovic, el suizo contó: "Cuando eres joven siempre piensas que va a suceder mañana. Desearía tener tu edad y poder hacerlo todo de nuevo. Estoy un poco triste por estar llegando al final de mi camino en el tour". Pero, al mismo tiempo, y lejos de aburrirse de la alta competencia, el tenis todavía lo entretiene a Federer. Lo suficiente para seguir en la ruta de los récords y las grandes hazañas, para delirio de sus millones de seguidores, que tienen razones para disfrutar de la leyenda suiza.

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