Rafael Nadal y sólo una victoria para empezar a tomar temperatura

PARÍS.- Para esta versión inestable de Rafael Nadal, cada victoria representa un poco de oxígeno y una caricia para su ánimo. Mucho más si el triunfo es en Roland Garros. El mallorquín inició el camino a su décima Copa de los Mosqueteros superando por 6-3, 6-3 y 6-4 al invitado local Quentin Halys (18 años, 296° del ranking). Amenazado como nunca por el serbio Novak Djokovic, que busca ser campeón por primera vez en Bois de Boulogne, Nadal no brilló y siguió sin soltar el drive poderoso de siempre, pero al menos construyó una cómoda presentación, como para ir ganando buenas sensaciones. Generalmente el español y la mayoría de los tenistas de elite aseguran que no se sienten plenos durante las primeras ruedas de los Grand Slam.

El zurdo de Manacor lució vestido de azul y el número 9 en sus zapatillas -por cada uno de sus conquistas-. Volvió a exhibir tiros mordidos de drive y sin la pimienta de siempre. Es más, enganchó varios golpes que se fueron desviados. Su rostro de incomodidad fue indisimulable, ya que es una falencia técnica que se repite desde hace tiempo y no logra corregir. El defensor del título, que fue ovacionado en el Phlippe Chatrier durante la plomiza y fría tarde parisiense, cometió 26 errores no forzados, 13 de ellos con el drive, un tiro que por momentos parece haber perdido la agresividad de otros tiempos, cuando arrinconaba a sus rivales contra el fondo de la cancha.

Con el triunfo ante Halys, Rafa amplió su récord en Bois de Boulogne a 67, con solamente una derrota -frente a Robin Soderling en 2009, año que Roger Federer aprovechó y fue campeón-. En la próxima rueda, se medirá con el español Nicolás Almagro, que se impuso ante el ucraniano Alexandr Dolgopolov por 6-3, 2-6, 6-4 y 7-6 (6). Cabe recordar que se podría producir un hipotético choque de cuartos de final con el actual número uno del mundo, Djokovic.

Nadal inició su reinado en Roland Garros sin haber ganado títulos en la gira europea sobre polvo de ladrillo, una circunstancia inédita. Su único título en la temporada fue en Buenos Aires, donde ninguna de sus víctimas pertenecían al top 50.

Por su parte, el serbio Novak Djokovic también superó su primer test en un torneo francés, donde aspira a completar sus triunfos en Grand Slam, y sumar a sus vitrinas el único título que le falta.

Djokovic, número uno del mundo, se impuso por 6-2, 7-5 y 6-2 a Jarkko Nieminen, pero el finlandés bien pudo alargar el partido en el segundo set, cuando sacó para llevarse el set.

El serbio remontó, se adjudicó el parcial y terminó derrotando a Nieminen para citarse en la segunda ronda con el ganador del duelo entre el luxemburgués Gilles Muller y el italiano Paolo Lorenzi.

Djokovic llega a París como indiscutible líder del circuito tras ganar todos los grandes torneos que disputó en 2015, el Abierto de Australia y los Masters 1000 de Indian Wells, Miami, Montecarlo y Roma.

El balcánico, doble finalista en París, busca convertirse en el séptimo hombre en completar el Grand Slam en su carrera, después de Fred Perry, Don Budge, Roy Emerson, Rod Laver, Andre Agassi, Roger Federer y Rafael Nadal.

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