Por qué muchos tenistas no quieren vacunarse contra el coronavirus

Cuando la Asociación de Tenis de Estados Unidos anunció el viernes que se exigiría una prueba de vacunación contra el coronavirus a todos los espectadores mayores de 12 años para entrar en las instalaciones del Centro Nacional de Tenis Billie Jean King, se amplió una brecha entre los espectadores y los jugadores que verán en el Abierto de Estados Unidos.

Los adultos en las gradas tendrán ahora aproximadamente el doble de probabilidades de vacunarse que los jugadores en la pista: La WTA dijo que “casi el 50%” de sus jugadores estaban vacunados, mientras que la ATP dijo que sus tasas de vacunación estaban “justo por encima del 50%”.

A pesar de las posibles consecuencias de no vacunarse -enfermedad, por supuesto, pero también incapacidad para jugar y ganar dinero-, los tenistas se han mostrado obstinadamente lentos en la adopción de la vacuna, incluso cuando muchos han perdido oportunidades de jugar en torneos importantes debido a los resultados positivos. Mientras que algunos jugadores se muestran abiertamente escépticos sobre la necesidad de una vacuna como jóvenes sanos, otros simplemente no le han dado prioridad.

El veterano francés Gilles Simon, que fue descalificado del Abierto de Estados Unidos el viernes por “razones médicas”, confirmó en una entrevista con L’Equipe que fue retirado porque no se había vacunado. El entrenador de Simon, Etienne Laforgue, dio positivo por el coronavirus después de llegar a Nueva York, y Simon fue descalificado por ser considerado un “contacto estrecho”.

“No estaba en contra hasta el punto de no vacunarme nunca, sólo digo que no sentí la necesidad o el impulso”, dijo Simon a L’Equipe.

Simon habría seguido siendo elegible para competir en el torneo, con mayores pruebas, si se hubiera vacunado. “En realidad, no tengo mucho miedo al COVID”, dijo Simon. “Mi filosofía básica es: ‘Si te da miedo, te vacunas; si no, no’. Sigue siendo una elección”.

Simon debe ahora aislarse en su habitación de hotel durante 10 días, según las directrices federales y de la ciudad de Nueva York. Simon, de 36 años y clasificado en el puesto 103, lamentó que su habitación de hotel, donde se alojará durante el que admitió que podría haber sido su último US Open, carezca de una buena vista. “Si tu último recuerdo de un Abierto de Estados Unidos son 10 días en una habitación, no es uno que quieras conservar”, dijo.

La tenista de más alto perfil que se ha perdido el Abierto de EE.UU. de este año es Sofia Kenin, quinta en el ranking, quien, a pesar de los decepcionantes resultados de este año, sigue siendo la estadounidense mejor clasificada en cualquiera de los dos circuitos según el sistema de clasificación ajustado a la pandemia. Kenin dijo que había dado positivo a pesar de estar vacunada. “Afortunadamente estoy vacunada, y por ello mis síntomas han sido bastante leves”, dijo.

Muchos tenistas han podido aprovechar los programas de vacunación in situ establecidos por los torneos cuando viajan de gira. La mejor jugadora del ranking, Ashleigh Barty, cuyo país de origen, Australia, se ha retrasado en el despliegue de la vacunación, pudo vacunarse en abril en un torneo en Charleston, Carolina del Sur. Antes de hacerlo, Barty se aseguró de no estar adelantándose en la lista de espera. “Eso era importante para mí, saber que los más vulnerables podían vacunarse primero”, dijo en abril.

El argumento de Simon de que la vacunación debe seguir siendo una opción es apoyado por ambas giras, incluso cuando instan a los jugadores a elegir la vacunación.

Otros deportes han tenido más éxito en conseguir que sus atletas se vacunen. La WNBA dijo en junio que el 99% de sus jugadoras estaban vacunadas. La Asociación de Jugadores de la MLS dijo en julio que “se acercaba al 95%”. Esta semana, la NFL anunció que había alcanzado una tasa de vacunación de los jugadores de casi el 93%. Michele Roberts, directora ejecutiva de la Asociación Nacional de Jugadores de Baloncesto, dijo en julio que el 90% de los jugadores de la NBA estaban vacunados. Este mes, la NHL dijo que la tasa de vacunación de sus jugadores era del 85%, y su sindicato advirtió que los jugadores no vacunados podrían perder su sueldo si daban positivo.

En el tenis, donde cada jugador es un contratista independiente, no hay un sindicato de jugadores que fomente un comportamiento unificado ni un director general o propietario de equipo que fomente la vacunación en beneficio de la competición del equipo. Sin embargo, otros deportes individuales van por delante del tenis: La PGA dijo a principios de este mes que su tasa de vacunación de jugadores era “superior al 70%”.

“Aunque respetamos el derecho de cada uno a la libre elección, también creemos que cada jugador tiene un papel que desempeñar para ayudar al grupo más amplio a alcanzar un nivel seguro de inmunidad”, dijo la ATP en un comunicado. “Hacerlo nos permitirá aliviar las restricciones in situ en beneficio de todos en el Tour”.

La WTA dijo que “cree firmemente y anima a todo el mundo a vacunarse”, y ha establecido el objetivo de que el 85% de los jugadores se vacunen a finales de año. Pero “no exige a los jugadores que se vacunen, ya que es una decisión personal que respetamos”.

Stefanos Tsitsipas, tercer clasificado, causó un gran revuelo en su Grecia natal a principios de este mes después de decir que se vacunaría sólo si se le exigiera para seguir compitiendo. “No veo ninguna razón para que alguien de mi edad lo haga”, dijo Tsitsipas, de 23 años. “No se ha probado lo suficiente y tiene efectos secundarios. Mientras no sea obligatorio, cada uno puede decidir por sí mismo”.

Giannis Oikonomou, portavoz del gobierno griego, dijo que Tsitsipas “no tiene ni los conocimientos ni los estudios ni los trabajos de investigación que le permitan formarse una opinión” sobre la necesidad de la vacunación, y añadió que personas como los atletas que son ampliamente admirados deberían ser “doblemente cuidadosos al expresar tales opiniones.”

Novak Djokovic, que ocupa el primer puesto del ranking, ha atraído el escrutinio por su enfoque de las cuestiones de salud a lo largo de la pandemia, y se ha negado a revelar su propio estado de vacunación. Djokovic dijo que era una “decisión personal” cuando se le preguntó sobre los protocolos de vacunación el viernes. “Si alguien quiere vacunarse o no, es algo que depende completamente de él”, dijo Djokovic. “Espero que siga siendo así”.

Andy Murray, miembro del consejo de jugadores de la ATP, dijo que “va a tener que haber un montón de conversaciones bastante largas y duras con la gira y con todos los jugadores implicados para intentar llegar a una solución” sobre el elevado número de jugadores que se resisten a vacunarse. Dijo que apreciaba los privilegios que la normativa de la ciudad de Nueva York le otorgaba como persona vacunada, como comer en el interior de los restaurantes.

“Siento que estoy disfrutando de una vida bastante normal, mientras que para los jugadores que no lo han hecho, es diferente”, dijo Murray. “Estoy seguro de que se sentirán frustrados por ello”.

Murray dijo que cree que los jugadores tienen un deber con los demás. “En última instancia, supongo que la razón por la que todos nosotros nos vacunamos es para cuidar al público en general”, dijo. “Tenemos la responsabilidad, como jugadores que viajan por todo el mundo, de mirar también por los demás. Estoy contento de haberme vacunado. Espero que más jugadores decidan hacerlo en los próximos meses”.

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