Por la hazaña

PARIS.– Año tras año Roland Garros se preocupa –o tiene la suerte– de ser distinto entre los torneos de Grand Slam. Será por cómo lo vive la gente. Será por el polvo de ladrillo y sus interminables maratones. Será por el encanto de París. O será, si se permite otra mirada, porque hay algo que hace que el tenis argentino se sienta como en su casa.

Por segundo año consecutivo, Roland Garros tendrá a un jugador de nuestro país en la definición de la prueba masculina. Desde las 15 (las 10 de la Argentina, ESPN transmite desde las 9.30), Mariano Puerta, de 26 años, la sorpresa del certamen, el hombre que resurgió de las cenizas y está viviendo sus mejores días como profesional, se enfrentará con el español Rafael Nadal, el mejor jugador de la actualidad sobre superficies lentas, encuentro del cual surgirá un nuevo ganador del abierto francés y el ganador de un cheque por 880.000 euros; el vencido recibirá la mitad de esa suma.

Y otra vez, un argentino en la final. Como hace 52 semanas, con esa inolvidable definición, por primera vez disputada entre argentinos, y que tuvo, en medio de tanto drama, a Gastón Gaudio como vencedor de Guillermo Coria; o las cuatro ocasiones en las que Guillermo Vilas, el patriarca del tenis en nuestro país, fue protagonista del domingo más importante sobre el polvo de ladrillo parisiense. Que tuvo el pico, en 1977, con su victoria ante Brian Gottfried, aunque no pueden soslayarse sus contiendas con los suecos Björn Borg (1975 y 1978) y Mats Wilander (1982).

La historia de Puerta fue repasada en los últimos días. Bien diferenciada, sus tiempos se marcan desde su arribo a la final de juniors en París, hace diez años hasta la operación en la mano izquierda, en 2001. Desde entonces, el cordobés deambuló por torneos no tan importantes y vio cómo su ranking descendía sin freno. En febrero de 2003, un control antidoping en Viña del Mar le dio positivo y en enero del año siguiente recibió una suspensión hasta julio de 2004. Engordó 15 kilos, se deprimió y después de un intenso trabajo de un grupo de colaboradores, emprendió el regreso al tenis. Viajó por lugares insólitos –un periplo que comenzó en Uzbekistán e Irán–, hasta que dio el primer aviso en Buenos Aires, cuando cayó en la final con Gastón Gaudio. Tras cinco años sin títulos, festejó en Casablanca. Y ahora, su mejor actuación en un Grand Slam le permitirá ubicarse entre los seis mejores en la Carrera de los Campeones y cerca del undécimo lugar en el Ranking de Acceso.

Nadal dejó el lugar de promesa para convertirse en la irrupción más sorprendente del tenis en los últimos tiempos. Con 19 años cumplidos anteayer, el mallorquín acumula cinco títulos sobre polvo de ladrillo en esta temporada y es el único que puede igualar la marca lograda por Thomas Muster, zurdo como él, hace diez años: ganar en un mismo año, Barcelona, Montecarlo, Roma y Roland Garros, los cuatro torneos más importantes de Europa. Y además, una victoria ante el también zurdo Puerta, le permitiría igualar a Mats Wilander, quien se impuso aquí en su primera participación, en 1982. Con una seguidilla de 23 éxitos consecutivos, Nadal, ya se convirtió, junto con Andre Agassi (1988), en el teenager con más victorias seguidas en el circuito. No podrá, eso sí, equiparar a Michael Chang, el ganador de Grand Slam más joven de la historia, con 17 años y 109 días, aquí en 1989.

Nadal, ante la mirada del rey Juan Carlos, que vendrá especialmente a París a presenciar el partido, podría convertirse en el séptimo español ganador aquí, detrás de Manuel Santana, Andrés Gimeno, Sergi Bruguera, Carlos Moya, Albert Costa y Juan Carlos Ferrero. Puerta, con el apoyo de los suyos y sin tanto ruido, espera anotar su nombre detrás de Vilas y de Gaudio.

Pero, por sobre todo, habrá un ganador de habla hispana, algo que se produjo en cinco ocasiones en los últimos cinco años. Nada más como dato para certificar el poderío de la Argentina y de España. Las dos potencias sobre polvo de ladrillo que hacen que Roland Garros sea distinto a cualquier otro torneo de Grand Slam.

Las claves

Nadal es el favorito

Nadal saldrá a jugar el partido de su vida. Desde su explosión, en Key Biscayne, y luego de la seguidilla de triunfos en Barcelona, Montecarlo y Roma, carga con el favoritismo de triunfar en Roland Garros.

Puerta: nada que perder

Puerta llega como punto, con un gran porcentaje en su contra. En cierto modo, puede ser algo beneficioso, porque todas las miradas estarán puestas en el español. Y no han sido pocas las oportunidades que ese favoritismo jugó en contra.

Dos zurdos con potencia

¿Qué pueden ofrecer estos dos zurdos? Potencia, una virtud que caracteriza a ambos finalistas; variedad de ángulos y efectos, sumada a dos estilos de juego abiertos y de ataque.

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