Pedro Cachin derrotó a Frances Tiafoe en Madrid y avanzó por primera vez a los octavos de final de un Masters 1000: “Volví a confiar en mí”

El cordobés Pedro Cachin, raqueta número 67 del ranking mundial, consiguió un triunfo de alto impacto. Sobre el polvo de ladrillo de Madrid, avanzó por primera vez en su carrera a los octavos de final de un certamen de categoría Masters 1000 al derrotar, también por primera vez, a un jugador del Top 15. El éxito por 6-1 y 7-6 (7-2), en 1h21m, ante el estadounidense Frances Tiafoe (11°), le permite a Cachin dar un valioso salto de calidad en un país, además, que lo cobija desde hace casi una década: desde 2014 está radicado en Barcelona, donde recibió el apoyo y el entrenamiento de Alex Corretja.

Cachin llegó envalentonado al desafío ante Tiafoe (campeón, el mes pasado, sobre el polvo de ladrillo del ATP de Houston). El jugador oriundo de Bell Ville, la misma ciudad en la que nació una leyenda del fútbol como Mario Alberto Kempes, en la segunda ronda de la Caja Mágica madrileña había derrotado al porteño Francisco Cerúndolo (30°), por el mismo marcador que terminó batiendo a Tiafoe: 6-1 y 7-6 (en la primera rueda había superado a Abdullah Shelbayh, 243°, invitado de Jordania). Las condiciones geográficas de la capital español, con unos 650 metros de altitud, se adaptan a su juego. Y así se notó desde el primer momento. Cachin ganó el primer set en, apenas, 25 minutos.

Cachin ya lo tiene estudiado: si saca bien e impacta con firmeza el primer tiro, la altura que hay en Madrid le permiten hacer más daño que en otros torneos sobre polvo de ladrillo. La pelota viaja un poco más rápido y el argentino sacó provecho de ello. No sólo ahora, sino también en el Challenger que se disputa en la ciudad: lo ganó el año pasado y esta temporada llegó a la final (perdió con el ruso Alexander Shevchenko, el mismo que este domingo puso contra las cuerdas a Daniil Medvedev).

Tiafoe, que desde el US Open 2021 tenía marca de 7 victorias y 2 derrotas ante rivales argentinos, ganando los últimos tres encuentros, sufrió la concentración y la efectividad de Cachin, que anotó ocho aces, cometió sólo una doble falta, logró el 63% de primeros servicios y ganó el 81% de puntos con el primer saque (y el 57% con el segundo). Cachin le quebró tres veces el saque a Tiafoe.

Tras asegurarse un premio de 84.900 euros y 90 puntos para el ranking, Cachin irá por un nuevo golpe. Su próximo rival será el alemán Jan-Lennard Struff, actual 65° y exnúmero 29, un jugador alto (1.93m), peligroso y de tiros fortísimos que está recuperando su mejor forma tras padecer distintas lesiones. Llega al duelo frente al sudamericano luego de vencer al serbio Dusan Lajovic (40°), en tres parciales. El ranking más destacado de Cachin, hasta aquí, fue 54°, en noviembre del año pasado; con esta actuación en Madrid ya se aseguró subir, al menos, tres posiciones, hasta el 64°. Va por más.

El resumen del triunfo de Cachin

“Volví a confiar en mí”

Luego de un 2022 muy exitoso, en el que comenzó la temporada siendo el 245° del ranking y lo terminó en el Top 60 (57°), a Cachin le costó dar el salto desde el Challenger Tour (la segunda categoría del tenis profesional) al circuito grande. Sus primeros meses de este año no fueron como soñó. De hecho, desde la gira australiana hasta el Masters 1000 de Miami (fines de marzo) acarreó diez derrotas y sumó sólo dos triunfos. Pero después del torneo estadounidense hizo un clic, rompió su vínculo con el coach que lo acompañaba desde hacía más de dos años (Dante Gennaro), cambió las rutinas, se nutrió del afecto de su familia y, poco a poco, volvió a hallar el camino que necesitaba.

“Creo en los procesos y me encontré con un circuito en el que nadie me respetaba. Me encontré con un circuito más difícil del que me habían comentado -le expresa Cachin a LA NACION, desde Madrid-. Dejé de creer en mí, me sentía el peor del cuadro en cada torneo y vi que en cualquier partido que me tocara me iban a ganar o a hacer partido. A medida que pasaban los torneos, cada vez iba a peor y eso afectaba muchísimo a mi manera de ser y de confiar, de enfrentar los partidos antes de entrar en la cancha. Había perdido energía. Veía que no iba a ganar. Me quitó las ganas. Hice un cambio cuando me vine para Europa. Hasta los torneos de Indian Wells y Miami tenía muy poco para rescatar. Cuando llegué a Europa hice un cambio de entrenador y los cambios que he hecho me llenaron de ilusión. Hoy estoy disfrutando. Me hubiera gustado ganar partidos antes, pero aprendí de lo que pasó”.

“Hoy sigo sin entrenador, pero veía que necesitaba cambiar las rutinas. Ni yo ni él (Gennaro) nos estábamos ayudando, no por temas personales sino por profesionales”, añade Cachin, que este año debutó en el equipo nacional de Copa Davis, en la derrota 3-1 ante Finlandia. “Con Dante habíamos pasado muchas etapas de una y los dos años y medio que estuvimos todo fue para bien. Pero quieras o no, las relaciones se desgastan. No se pueden perder las semanas, el tiempo pasa rápido. Entonces cambié las rutinas y estoy encontrando los resultados. Volví a confiar en mí, a sentir que mi juego hace daño y obviamente es también porque estamos en la etapa de polvo de ladrillo, donde mejor me siento. Al principio del año jugué todo en superficie rápida y ,si no estás acostumbrado, no es fácil”.

El crecimiento en el ranking llevó a Cachin a tener una mayor exposición, algo para lo que -quizás- todavía no estaba preparado. Las expectativas, sobre todo de los otros, aumentaron, y el combo exitista lo hizo tambalear. “Este año sentí que, por momentos, lo que pasó me superó. Mucha gente estaba pendiente de mí cuando hasta el año pasado no era algo normal. Y lo sentí. El circuito te va poniendo en un lugar en el que se te acerca mucha gente y uno capaz que no está preparado. Hubo muchas cosas nuevas para mí. Me ayudó estar con mi abuelo (Alberto) en Miami, también vino mi novia (Paula), vinieron mis suegros y empecé a valorar un poco más las cosas además de ganar o perder”, explica.

Si hay algo que Cachin disfruta es hacer asados. Y le encanta ser anfitrión. Lo fue hace algunos días, mientras se jugaba el ATP de Barcelona: recibió a varios tenistas argentinos en su casa. “Llevo mucho tiempo viviendo en Barcelona, tengo una parrilla como en Bell Ville y me encanta ser anfitrión, lo disfruto muchísimo. Durante el Conde de Godó comimos bastante. Compartir asados te da vida”, sonríe Cachin. En los próximos días dará otro paso en su vida: comenzará a estudiar, a distancia, una carrera universitaria: economía y finanzas. “No me pongo ningún techo, ninguna presión..., pero no quiero ser un tipo pasivo en los tiempos libres y sentí que era mi momento. Ojalá que pueda hacerlo bien. No me pongo un objetivo de tiempo, sino que lo haré para darle acción al coco en los tiempos libres. Pero nada que me genere un estrés a la hora de competir”, apunta y sueña con seguir pisando fuerte en Madrid.

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