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Australian Open: a Serena Williams se le escapó el sueño del récord, se fue entre lágrimas y dejó dudas sobre su futuro
El revés de Serena Williams se quedó en la red. Con ese envío también se apagó la esperanza de la estadounidense de empatar el récord que persigue desde hace años, el de 24 torneos de Grand Slam conquistados. Y la marca de Margaret Court le queda cada vez más lejos a los 39 años, que serán 40 en septiembre, a la mamá de Alexis Olympia. Máxime cuando en el voluble tenis femenino tiene una adversaria cada vez más fuerte, que no le teme en lo absoluto, aun cuando la reverencie con respeto: Naomi Osaka.
La japonesa le hizo una reverencia oriental, de inclinación de cabeza, antes y después de abrazarla en la red. A sus 23 años, la había eliminado con un incuestionable 6-3 y 6-4 y se había clasificado finalista del Abierto de Australia. Su rival, en la definición de este sábado, será la estadounidense Jennifer Brady (22ª preclasificada), que en la segunda semifinal derrotó a la checa Karolina Muchova (25ª) por 6-4, 3-6 y 6-4. Así, Osaka, la campeona de Australia 2019, surge como gran candidata a levantar de nuevo la copa en el Melbourne Park. La japonesa tiene un récord de 3-0 en finales de Grand Slam.
Como suele suceder cada vez que pierde en un Grand Slam, Serena se dirigió de inmediato a la rueda de prensa. La menor de las Williams no suele esperar para hablar después de una derrota. Y de inmediato hizo su autocrítica: "No diría que estuve nerviosa, no. La diferencia estuvo en mis errores. Cometí muchísimos errores no forzados hoy [24], así que... la verdad, hubo algunas chances que podría haber aprovechado. Podría haber estado 5-0 arriba en el primer set. Pero fallé mucho, sobre todo con la derecha. No sé, antes del partido me sentía bien. Sentía que estaba pegándole bien a la bola, he estado pegando limpio durante todo el torneo".
El resumen del partido
Pero el encuentro con la prensa no duró mucho. Al ser consultada sobre una posible despedida del torneo, respondió: "No lo sé. El público australiano es maravilloso, fue muy lindo recibir esa ovación. Pero no sé si es una despedida. Si alguna vez decido despedirme, no se lo diría a nadie antes..." Y no hubo mucho más. Siguió otra pregunta sobre sus errores, a la que respondió con un "no lo sé, ya terminé", sin poder contener las lágrimas y mientras se levantaba de la silla.
After her semifinal loss to Naomi Osaka, Serena Williams leaves the pressroom in tears.#AusOpenpic.twitter.com/g95Fva006O&— Tennis Channel (@TennisChannel) February 18, 2021
Entre Osaka y Williams se aventuraba un duelo razonablemente parejo. La asiática terminó imponiéndose con más diferencia en el juego que en el favoritismo previo. Y otra vez se interpuso en ese camino de Serena a lo que ésta busca desde 2017. En la final del Abierto de Estados Unidos de 2018 la frustró como local, el día en que la menor de las hermanas Williams protagonizó el papelón de las protestas contra el umpire Carlos Ramos ante su público. Ésa era la tercera final que Serena perdía en pos de igualar a Margaret Court, a quien tiene a tiro desde que venció en un grande por última vez: Australia 2017. Hace cuatro años, cuando tenía 35 y estaba embarazada.
Esta semifinal fue un duelo de estilos similares: tiros potentes y lo más cerca posible de los flejes externos. En ese contexto, ganaría la más precisa. Y no lo fue Osaka en el comienzo; pareció ansiosa, anduvo errática en el saque y quedó 0-2. Pero la japonesa fue de menor a mayor y se recuperó hasta un 5-2, moviendo a su rival con disparos angulados y un 9-4 en tiros ganadores. Tanto más precisa fue que tuvo cinco errores no forzados menos (11 contra 16).
Reverancia de Osaka a Williams
Great recognizes great.Thanks for treating us to that brilliant battle, @serenawilliams & @naomiosaka [R]#AusOpen | #AO2021pic.twitter.com/AedkNya8Rp&— #AusOpen (@AustralianOpen) February 18, 2021
Algo parecido sucedió en el segundo set en cuanto al juego, con la diferencia de que el tramo de debilidad de Osaka duró un game, el octavo: quiebre de Williams, que aprovechó tres dobles faltas. Pero a la ganadora no le tembló el puso; recuperó el control de inmediato y dejó en cero a Serena con tres tiros ganadores; de hecho cerró el partido a todo vapor, ganando los últimos ocho puntos de manera consecutiva. El destino del partido siguió más atado a lo que hiciera Naomi, que nunca le dejó a Serena tomar la iniciativa. Encerrada contra el fondo, forzada a la defensiva, Serena hizo lo que pudo, y muy pocas veces lo que precisaba para quedarse con la victoria.
Y no le deja empardar a Court, sobre todo. Serena Williams sigue siendo una protagonista central del circuito, pero hoy por hoy no es la mejor. Desde aquel victorioso Australia 2017, la ex número 1 perdió cuatro finales mayores: WImbledon 2018 (vs. Angelique Kerber), Estados Unidos 2018 (la citada ante Osaka), Wimbledon 2019 (contra Simona Halep) y Estados Unidos 2019 (frente a Bianca Andreescu). Este jueves perdió por primera vez una semifinal de Melbourne. Habrá nuevas chances de conseguir el esquivo trofeo 24 en el césped londinense o, ya a los 40 años, en el cemento de Nueva York. Mientras se sienta competitiva, está claro, lo seguirá intentando. Pero para Serena los obstáculos del tiempo y sus rivales son cada vez más elevados. Y Naomi Osaka asoma entre lo más consistente del parejo circuito WTA para las próximas temporadas.
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