Mónaco y un trofeo para sumar confianza

El tenis siempre le ofrece una oportunidad extra al que busca, al que intenta un esfuerzo más. La idea original de Juan Mónaco era llegar a París con bastante anticipación para preparar Roland Garros, el segundo Grand Slam del año, pero las despedidas prematuras en los Masters 1000 de Madrid y Roma generaron un cambio de planes, y pidió una invitación especial para disputar el ATP de Düsseldorf, último torneo de la gira previa al abierto francés, reemplazante de la extinta Copa del Mundo por equipos y reconvertido en un certamen con el mismo formato que el resto del tour. En ese escenario, Mónaco, el que llegó a último momento, recuperó el juego y la confianza extraviados, y sin ceder un set en toda la semana, se consagró campeón, con una victoria por 6-4 y 6-3 sobre el finlandés Jarkko Nieminen en la final.

Este título, el primero de 2013 y el octavo de su carrera, le permitió a Mónaco recuperar dos posiciones en el ranking, con un ascenso desde el puesto 19° al 17°. Con lo hecho en el certamen germano, mejoró su récord en 2013 a 14 triunfos y 11 derrotas, dentro de una temporada irregular, cuyo mejor resultado previo había sido la semifinal en Houston. Si bien los resultados no son tan buenos como en la temporada pasada, cuando llegó al top 10, en las últimas semanas mejoró su rendimiento; vale destacar que el tandilense había sido operado en la mano derecha al final de la temporada pasada y su recuperación demandó más tiempo de lo esperado; de hecho, hasta después de los cuartos de final contra Francia, los únicos éxitos de Mónaco se habían producido en la Copa Davis, mientras que en el tour acumulaba cinco caídas seguidas en primera rueda.

En Madrid, después de un buen triunfo sobre Janko Tipsarevic, Pico perdió con Kevin Anderson en su segundo partido, y en Roma, fue sorprendido por Benoit Paire en el debut; como suele hacer en estos casos, Mónaco redobló el trabajo, pidió un wild card para Düsseldorf, y tras recibir la invitación, se preparó en Manacor, donde se asentó para este tramo de la gira. Ya en el polvo de ladrillo alemán, las victorias sobre Andre Ghem, Tobias Kamke y Guido Pella en el camino a la definición lo ayudaron a sumar ritmo y tiempo de competencia.

En la definición frente a Nieminen, Mónaco impuso su juego luego de un comienzo con altibajos; después de un arranque con quiebres alternados, consiguió el break en el noveno game para cerrar el primer set luego de levantar un 0-30 con cuatro puntos seguidos; con ese envión quebró en el principio del segundo parcial, y luego se mantuvo consistente, casi sin darle oportunidades de recuperación al zurdo finés; Nieminen intentó acortar los puntos y buscar la red en los últimos games, pero Mónaco, muy cómodo en su propuesta, se mostró firme. La definición llegó con otro quiebre y un passing cruzado de drive, luego de 1 hora y 11 minutos de acción.

"Fue un partido muy bueno de principio a fin; estuve muy sólido desde el fondo, con un ritmo de peloteo muy intenso, muy alto; luego, tuve un buen servicio, que era algo que me estaba faltando, creo que en los momentos importantes saqué muy bien", analizó el tandilense, en declaraciones a la ATP. Düsseldorf representa para Mónaco el séptimo trofeo en polvo de ladrillo, su superficie predilecta; el único por fuera de este terreno es el que logró en Kuala Lumpur (cemento indoor), en septiembre pasado.

Más allá de esta conquista, el coqueto Rochusclub de Düsseldorf ya significaba un lugar particular para Mónaco. "Era como jugar en Tandil, porque yo jugué interclubes para este club durante dos años, y luego regresé para jugar la Copa del Mundo por equipos, en la que fuimos campeones (en 2010) y finalistas (2011). Me siento muy cómodo cuando me toca entrar en el court central, conozco a la gente del club, de la organización, al presidente, son muy lindos recuerdos los que tengo... Ya era un lugar especial, y con más razón ahora, que pude ganar un torneo de ATP aquí", contó Pico, que por otra parte ya contaba con otro título con acento alemán, obtenido en Hamburgo, en 2012.

El nuevo objetivo para Pico es Roland Garros, luego de trasladarse ayer a París en tren. En el abierto francés, el tandilense intentará revalidar 180 puntos, que sumó el año pasado al llegar a los octavos de final en el Bois de Boulogne.

"Creo que esta fue la mejor preparación. Tuve una gran semana aquí, pude jugar un par de partidos muy buenos, sobre todo en la final, así que espero recuperarme bien para el lunes -día en el que debutaría ante Gimeno Traver- y mantener este nivel en París. Esto me da confianza y ritmo, que era lo que estaba buscando", agregó Mónaco. La otra misión será evitar despedidas tempranas en Roland Garros después de tener un buen torneo previo, tal como sucedió en 2010, cuando perdió en la primera rueda tras ganar la Copa del Mundo por equipos, y en 2008, luego de alcanzar la final en Pörtschach. Por lo pronto, en Düsseldorf volvió a experimentar buenas sensaciones, a encontrar esos elementos positivos para desarrollar su juego, y a revivir la satisfacción que implica levantar un trofeo de campeón.

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  Son los títulos de ATP argentinos; en 2013 también ganaron Juan Martín del Potro (Rotterdam) y Horacio Zeballos (Viña del Mar)

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