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Mariano Puerta. El TAS consideró "lamentable" que el ex tenista haya mentido en su defensa por el doping de 2005
Mariano Puerta dejó en ridículo al reconocido Tribunal de Arbitraje Deportivo. El primer tenista de la historia en ser reincidente en casos de doping, reconoció ante LA NACION haber mentido en su estrategia frente al TAS, en Lausana, para explicar cómo ingresó una sustancia prohibida (etilefrina) en su organismo en la final de Roland Garros 2005.
Aquel alegato, en una audiencia realizada en mayo de 2006 e ideado por los representantes legales del jugador, fue efectivo (le redujeron el castigo de ocho a dos años), pero la confesión, quince años después de la definición en el Bois de Boulogne, descolocó al órgano que dirime las disputas deportivas y también a la Federación Internacional de Tenis, que en diciembre de 2005 había considerado que "la evidencia del jugador y su esposa con respecto a la contaminación del vaso del jugador no es confiable".
Puerta, que se alejó del mundo del tenis desde su retiro en 2009 y está radicado en los Estados Unidos desde 2014, le observó a LA NACION que probablemente el TAS no le hubiera achicado la sanción de haber conocido "la verdad". ¿Qué verdad? El ex número 9 del ranking ATP admitió que no bebió de un vaso de su (ex) esposa que contenía gotas de Effortil, una medicación que utilizaba para los dolores menstruales y que contenía etilefrina. Explicó que ingirió pastillas contaminadas realizadas en un laboratorio por un amigo de su preparador físico, Darío Lecman (ex pesista sobre el que había sospechas por varios inconvenientes en sus intentos olímpicos).
Pero, lejos de aclarar la situación, generó más oscuridad, contradicciones e hipótesis cruzadas por los testimonios de los integrantes de su equipo: Lecman, el entrenador Andrés Schneiter y el manager Jorge Brasero. "Se decidió en conjunto ir por ahí. Éramos muchas personas, exitosas en sus rubros. No había tontitos. Fui para adelante. Estaba mi carrera en juego", dijo Puerta sobre la estrategia, según comentó, elaborada por el fallecido Eduardo Moliné O’Connor, vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia durante el menemismo.
En las últimas horas, el TAS reaccionó ante la publicación de LA NACION y, por intermedio de Katy Hogg, oficial de comunicaciones, le hizo llegar un comunicado a este medio, firmado por el secretario general del organismo, Matthieu Reeb. "El CAS (Court Of Arbitration For Sport) se ocupó de este asunto en 2006. Aunque la apelación de Mariano Puerta fue parcialmente confirmada, su segunda violación de la regla antidopaje fue confirmada por el CAS y se impuso una suspensión al jugador. El CAS consideró que la sanción automática de 8 años por un segundo delito era demasiado severa dadas las circunstancias y decidió imponer una prohibición de 2 años".
El TAS, en su fallo de 2006, había evaluado: "En favor de Puerta se considera que ingirió agua, y no vitaminas, suplementos nutricionales, medicamentos o tónicos". Pero hoy, habiendo leído las nuevas palabras del ex tenista nacido en Córdoba, Reeb consideró: "El hecho de que el jugador haya mentido delante del tribunal es muy lamentable". Y prosiguió: "Pero, como parte del procedimiento, tiene derecho a hacerlo, a diferencia de un testigo o un experto. A la luz de la ley suiza, no puede ser sancionado por eso".
El representante de la máxima entidad en derecho deportivo reflexionó sobre lo que puede llegar a ocurrir ahora que se conoció la mentira de Puerta: "La pregunta de si este arbitraje puede reabrirse debe hacerse a la Federación Internacional de Tenis (ITF), que fue la otra parte involucrada en el procedimiento CAS. En teoría, podría haber un procedimiento de revisión basado en nueva evidencia".
LA NACION se contactó con la Federación Internacional de Tenis y la entidad con sede en Londres comunicó: "El artículo llamó nuestra atención sobre este caso. Analizaremos la información y decidiremos si requiere de algún proceder necesario en función de nuestras conclusiones". En diciembre de 2005, durante el proceso judicial, la ITF determinó que el jugador era "responsable por lo que ingiere y cualquier negligencia de su esposa debe serle imputada a él. Debería haber tomado de su botella directamente para evitar cualquier riesgo de contaminación". Al mismo tiempo aceptaba que su rendimiento "no fue potenciado, aun cuando la cantidad de etilefrina en su organismo era demasiado pequeña para haber tenido algún efecto en su rendimiento", y determinado que el castigo era "muy duro", pero que Puerta conocía "los riesgos". Según Ariel Reck, abogado especialista en derecho deportivo, si la causa "no estuviese prescripta podrían investigarlo nuevamente y darle sanción de por vida", pero Puerta ya se retiró hace poco más de una década y ese es otro asunto.
A quince años del doping más escandaloso de la historia del deporte argentino después del de Diego Maradona en el Mundial de 1994, la mentira de Puerta deja un peligroso antecedente para cualquier representante argentino que recurra al TAS. Es, de cierta manera, una mancha que puede prolongarse ante la próxima mediación.
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