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La historia de superación de Juani Carnevale que lo llevó a pelotear con su ídolo Rafa Nafal
A sus 8 años, ya pasó siete veces por quirófano por diferentes inconvenientes físicos; tanto sufrimiento tuvo su premio al poder conocer a su ídolo y ahora proyecta una carrera en el tenis
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Un deportista como Rafael Nadal, por su constancia, dedicación, fortaleza, talento y múltiples hazañas logradas, suele demarcar no sólo una distancia con sus competidores, sino también con sus fanáticos, que justamente parecen admirarlo porque alcanza todo aquello que en apariencia es imposible ¿pero qué sucede cuando Nadal es una inspiración para poder superar todos los obstáculos que se presentan en la vida? Pruebas de ello puede dar Juan Ignacio Carnevale, el niño de 8 años que vive en Cañuelas y superó innumerables dificultades a su corta edad hasta poder cumplir un sueño, nada más ni nada menos que pelotear con el mayor ganador de Grand Slams de la historia en su última visita a Buenos aires para una exhibición con Casper Ruud.
¿Suerte o un premio al esfuerzo? A saber, desde bebé Juani debió superar diferentes dificultades físicas. Primero reflujo con vómitos y a los dos años sufrió una quebradura de radio. Superados los primeros obstáculos, le realizaron los controles médicos para comenzar la etapa de jardín y ahí le detectaron que tenía el 10% de visión en un ojo. No le quedó opción que usar un parche durante un año para recuperar la visión, primero de un ojo y luego del otro hasta emparejar la vista.
Su madre Eulogia Negri contó a LA NACION que cuando tenía cinco años se quebró en un cumpleaños saltando en una cama elástica y eso no fue todo, ya que le detectaron un tumor óseo en el humero izquierdo. Como consecuencia, estuvo enyesado desde el cuello hasta la cintura dos veces, porque hubo una segunda fractura. El tumor estaba localizado cerca del cartílago de crecimiento y para que no afectara el brazo fueron desplazando el tumor con varias microcirugías en las cuales le inyectaban corticoides hasta que el tumor ya estuvo lejos de dicho cartílago de crecimiento. Por fin, mediante una nueva cirugía se le extirparon y le hicieron relleno con banco de hueso, a lo que volvió a estar enyesado nuevamente. En medio de ese proceso, la familia contrajo covid durante la internación en el Hospital Italiano.
A pesar de haber pasado por unas siete cirugías, Juani, un interesado también en los idiomas, las artes y también los temas vinculados a la economía por el trabajo de sus padres, vivió el proceso con una sonrisa y siempre optimista. Así transitó el colegio a distancia hasta que en julio de 2021, y para hacer algo de actividad física, agarró la raqueta con un amiguito y empezaron a darle al frontón.
Aunque el periplo médico de Juani continuó este año, en junio de 2022, ya que contrajo una atelactasia, definida medicamente como un colapso completo o parcial del pulmón entero o de una parte (lóbulo) del pulmón. “Le ocurrió porque quedó con el sistema inmune un poco bajo por el tema de los corticoides para el brazo”, explica Eulogia.
Pero a todo Juani se sobrepone. Y por eso entrena tenis de manera regular, una hora diaria, en la Attitude Tennis Academy de Canning, la que le dio las primeras armas para jugar torneos interclubes para el country La Providencia. En ese contexto fue seleccionado por la Asociación Argentina de Tenis y convocado para participar en la exhibición y clínica de Rafael Nadal en el Parque Roca.
“Cuando recibí el mail fue el día más feliz de mi vida, lloraba de la emoción. Y haber jugado con Rafa Nadal fue una experiencia inolvidable. Cuando empecé a jugar al tenis soñaba con algún día conocerlo, pero no me esperaba poder jugar con él un ratito”, le contó Juani a LA NACION mediante un video enviado por whatsapp, con una soltura y una madurez sorprendentes para un niño de 8 años.
Su familia la completan su padre Juan Manuel Carnevale y su hermana Isabella, de 12 años. Viven en La Martona, el club de campo ubicado en Cañuelas y allí son vecinos durante los fines de semana del marplatense Horacio Zeballos. Juani suele salir a dar vueltas en bicicleta a propósito para cruzárselo y charlar un buen rato de tenis, un deporte que se le metió en la cabeza y en el resto del cuerpo. Y que, luego de la experiencia vivida junto a un gigante como Rafa Nadal, difícilmente ya pueda soltar.
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