Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.
La historia de amor entre Juan Martín del Potro y Río de Janeiro: por qué es la ciudad más importante de su carrera
El tandilense decidió que el final sea en Brasil, en donde disfrutó de un momento único, en sintonía con el US Open y la Copa Davis
- 5 minutos de lectura'
Se abrazó con Andy Murray, hablaron unos segundos y se largó a llorar. Juan Martín del Potro está en la cúspide, luego de una derrota. Toca el cielo con las manos, a pesar de haber quedado tendido, de rodillas, luego de jugar con el corazón en la mano, a puro martillazo. Delpo se cuelga, emocionadísimo, la medalla de plata de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, tras trastabillar frente al británico por 7-5, 4-6, 6-2 y 7-5. Suena el himno y el tandilense se conmueve como pocas veces en su vida, el 14 de agosto de 2016.
Años antes, consigue lo que (casi) nadie: es un pibe cuando le gana a Rafael Nadal y a Roger Federer, se cae sobre el cemento, de frente a la eternidad y consigue el US Open 2009. Meses más tarde de las noches estrelladas de la ciudad maravillosa, en Zagreb, logra el sueño imposible: la Copa Davis, una competencia de equipos, pero que nada habría sido posible sin sus demoledoras derechas.
Y Delpo, ahora mismo, mientras se emociona porque ve cerca el final después de haberlo intentado todo, cree que su despedida definitiva -ojalá que no, ojalá que haya espacio para un nuevo milagro- puede ser en el ATP de Río de Janeiro, luego de su rúbrica en Buenos Aires. Depende de su rodilla, de su muñeca, de su cabeza. Pero es su deseo: volver a ser feliz en Río de Janeiro, como aquella noche estelar. Como aquella semana de ensueño, una de sus tantas resurrecciones deportivas.
“Yo necesitaba tomar una decisión para afrontar este torneo y el que viene que es Río, que es de los lugares donde fui muy feliz con el tenis. Quiero estar ahí presente”, cuenta, ahora. “De no haber sido un torneo como este y todo lo que tenía lindo por vivir, el mensaje sería el final ahora mismo, sin poder ponerme la vincha, sin entrar a la cancha y sin darme esa oportunidad.
“He tenido en carne propia muchos mensajes negativos de cosas que no podía lograr, de que no creían en mí, de que era una locura, sin embargo me sobreponía a todo eso. No cierro la puerta a que me vuelva a pasar, es con lo que más ilusión tengo, porque amo el tenis. Hoy tengo que ser honesto para no dar un mensaje equivocado, antes mandaba menajes alentadores y motivantes que no iban acordes a mi realidad, hoy siento que tengo la necesidad de decir otra cosa y lo transmito”. A carne viva, Delpo viaja en el tiempo.
“Tampoco descarto seguir consultando médicos hasta que tal vez alguno me diga ‘Tal vez tu problema pasa por otro lado’, como pasó con (Andy) Murray, que pudo volver a jugar, o con Pablo Andújar, que es mi amigo y tuvo cinco operaciones, o muchos otros tenistas que han pasado por esto. Un día las cosas cambian y todo pasa a ser para mejor”. El británico, desgastado en lesiones y que lo sigue intentando, siempre lo tuvo como su referente, en la cancha y en la vida.
“Alguien como Del Potro es un mejor ejemplo. Tuvo grandes obstáculos en los que perdió mucho tiempo. Estuvo cerca de retirarse y regresó a competir por los grandes torneos”. Murray y su cadera. Delpo y su rodilla. Uno y otro, lo intentan hasta el final. Y Andy hasta llegó a la final de Sydney, días atrás.
Río no es solo un partido, el final. El argentino ensayaba su regreso al circuito seis meses después de otra cirugía y todo era incertidumbre. Y la alegría pasó a ser frustración, luego del sorteo: en la primera etapa quien era 145° en el ranking del ATP debía citarse con el N°1 del mundo, Novak Djokovic. En dos horas y 27 minutos de juego, y a estadio lleno (extraño para un partido de primera rueda) ganó por 7-6 (4) y 7-6 (2). Más tarde, superó a Rafael Nadal...
Le puso palabras a tanta adrenalina. “Me enorgullece mucho que me hablen de la inspiración que provoca mi recuperación y eso es algo que me llevo como tesoro de 2016. No tuve en el box el clásico equipo de trabajo de cualquier jugador, pero sí tuve atrás a una gran familia, a los amigos de siempre y especialmente a los que desde cualquier rincón de la Argentina me hacían llegar sus fuerzas. Este año que terminó para mí en el circuito ATP tuvo un momento muy especial, la mejor semana de mi vida: los Juegos Olímpicos de Río. Aquella noche después de la ceremonia del podio no me quería ir del estadio. Quería que ese momento durara para siempre”, contaba, años atrás.
Así fue cómo construyó una de sus últimas vueltas, milagrosas, doradas. “Desde Río volví a disfrutar del tenis. Aprendí a disfrutar por todo lo que me tocó sufrir. Fue la semana más linda de mi vida, no sólo por el resultado sino por lo que se generó con el correr de los partidos, con el compartir con los otros deportistas, hasta algunos brasileños terminaron hinchando por mí”, decía.
Ahora, cuando el último raquetazo se aproxima, nada mejor que sentirse contenido, arropado. El mensaje es maravilloso, a pesar del inmenso dolor: para Delpo esa medalla plateada -la que algunos desprecian por no ser el campeón-, representa la mejor postal de su carrera. Casi como ganarle al Gran Roger en el Ashe, casi como lograr la maldita, esquiva Ensaladera...
Otras noticias de Juan Martín del Potro
Ni villano ni antivacunas. Novak Djokovic, una leyenda imperfecta que se embarra los pies y derrama calidez
“Es un ejemplo para todos”. El emotivo discurso de Djokovic que hizo llorar a Delpo en su partido de despedida
"Lloro, pero estoy feliz". Del Potro se quitó la capa de superhéroe para siempre: su tesis sobre resiliencia merece un premio académico
- 1
Jeta Castagnola: el crack que no puede verse en los videos, su lado sensible y lo que será jugar con “el mejor polista de la historia”
- 2
Dibu Martínez y un partido especial ante Manchester City: pase de billar en el primer gol, discusión acalorada con Grealish y Haaland y saludo navideño
- 3
Bundesliga: Eintracht Frankfurt pateó 34 veces al arco y tuvo un jugador más 70 minutos, pero perdió con Mainz 05 tras los bloopers de su arquero
- 4
Simeone, De Paul, Álvarez, Molina: el Asadito mecánico del Atlético de Madrid cocinó un triunfo histórico en Barcelona