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Juan Martín Del Potro y la chance del último baile en Nueva York: “Todos los días me levanto pensando en mi último partido en el US Open”
La Torre de Tandil dice que si bien su cuerpo y su físico no envían señales positivas, está haciendo todo el esfuerzo para despedirse del gran público en el último Grand Slam del año; confirmó que la próxima semana estará en una exhibición en China
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Juan Martín del Potro sigue hablando en público como un tenista profesional. Sabe de sus limitaciones físicas, pero un sueño es más poderoso que cualquier dolor: estar nuevamente bajo las luces y frente al público que lo vio consagrase en el US Open 2009, cuando tenía apenas 20 años, nada menos que una batalla épica frente a su amigo Roger Federer.
En estos días, comparte su tiempo, conocimientos y motivación con grupos de chicos en situación de vulnerabilidad en una clínica de tenis en la ONG Aldeas Infantiles SOS Argentina. Se trata de una de las actividades realizadas en el marco de una campaña de la empresa de logística internacional DHL Express, cuyo lema es “Nunca te rindas”, algo que el extop 3 conoce bien de cerca. Además, confirmó que la semana próxima viajará a China para jugar el Torneo Internacional de Maestros de Tenis de Hangzhou 2023, una exhibición en la que se medirá con el ruso Marat Safin y los españoles David Ferrer y Carlos Moyá.
En un breve contacto con los medios -algo que Del Potro no hace desde su presencia en el Gran Premio de Miami de F1 el mes pasado-, y después en una entrevista abierta con el periodista Diego Leuco, el medallista olímpico y jugador clave de la victoria en la Copa Davis 2016 habló de las redes de contención de un tenista, de la superioridad del Big Three, de los dolores y sus deseos íntimos a poco más de dos meses del inicio del mayor que lo convirtió en una superestrella.
Su encuentro con los chicos
“Esos momentos me llenan el alma de amor. Los deportistas tratamos de devolver todo lo que recibimos y transmitir valores, y por eso queremos que otros se sumen al deporte y tengan contención. En mi opinión, deporte y educación son dos pilares fundamentales para lograr oportunidades en la vida. Me sale natural Grand Slam con los niños y dar el mensaje de “nunca rendirse”. Ojalá que mi carrera sirva para ir por ese gran sueño que todos debemos tener. Conocí una chiquita de 4 años que, mientras le firmaba autógrafos a otros chicos, me pidió un marcador rojo y me dibujó un corazón en el brazo, que será mi primer tatuaje. Fue un momento increíble”.
Djokovic, Alcaraz y la semifinal de Roland Garros
“Alcaraz era favorito y después de dos sets se acalambró por completo y no pudo continuar con el partido. Entonces ahí uno tiene que ir más allá de lo que muestra la TV, porque pasaron otras cosas físicas, psicológicas, relacionadas con la presión. Que un chico de 20 años no haya podido jugar más de dos sets refleja un mensaje más profundo. ¿Cómo se puede contener a una persona que pasa semejante presión? Es difícil, porque no hay mucha gente que pase por esas situaciones. Para mi el tema emocional es fundamental y por eso es clave la contención de la gente cercana, la familia y los amigos. Cuando se termina el tenis, es lo que queda”.
Dos momentos de su vida deportiva y personal
“El momento de la victoria del US Open supera todo, sobre todo cuando vemos que los grandes los siguen ganando siempre los mismos (Nadal, Djokovic, Federer hasta el retiro). Eso le da mucho más valor a lo que conquisté, ganándole a Rafa y a Roger. Entre lo malo puedo contar seguramente las lesiones que tuve, sobre todo la última en la rodilla, que hasta hoy me sigue ganando y repercute en la vida diaria. Tengo que sacar armas de vida (no deportivas) que tal vez son las que tengo menos entrenadas, porque siempre me dediqué al tenis. Este desafío es un poco diferente al resto. Sin embargo, no me rindo. Hoy veo Roland Garros y quisiera seguir jugando, pero tengo que escuchar mi físico y respetar que el cuerpo me diga que tengo que mirar para otro camino. A veces no le hago caso, porque el US Open de este año puede ser un nuevo objetivo, y en esa lucha diaria y constante estoy. Mi físico y mi cabeza me dicen una cosa, pero mi deseo interno y voluntad me llevan para otro lado”.
La capacidad de resiliencia
“Con el tiempo algunas cosas toman más valor y resultan más llamativos los logros. Algo que me caracterizó, producto de mis dolores, es mi capacidad para sobreponerme a esas situaciones límite. Ahora veo a Dominic Thiem, que está 100 del mundo hace más de un año intenta volver y no puede. En seis meses, yo pasé de no tener ranking a estar 11 del mundo. Hoy recuerdo eso y pienso lo difícil que era, sin embargo lo conseguí. También veo que Djokovic sigue ganando, incluso no jugando tan bien. Cuando Murray y Wawrinka están sanos, tienen un nivel mejor que el resto. Yo me siento parte de esa camada y me da mucho orgullo pensar que pude estar a la altura y competir mano a mano. El nivel de esa época era superior al nivel medio de hoy.
El legado tenístico y su marca personal
“El drive y el juego basado en la potencia siempre fueron mi ventaja y mi seña particular. La velocidad de juego era superior al resto, pero también me hacía cometer errores en puntos importantes donde el resto de los top no fallaban y marcaban la diferencia. En la final de Roland Garros se notaba que a Casper Ruud le faltaba velocidad para vencer a Djokovic. Porque a Nole no se le puede ganar ni físicamente ni desde el fondo de la cancha. La única manera era sobrepasarlo en velocidad y sostener ese juego durante cinco horas, algo muy complicado de lograr. Rafa te transmitía una sensación de que no importaba el resultado, él ganaba. Y nosotros los veíamos así. Nunca cambiaba su gesto, aún cerca de perder. Nole, que es más temperamental, tiene sus momentos más débiles en las primeras rondas donde está más desconcentrado y siente más presión de tener que ganar y ser el mejor”.
Sentimiento argentino y el espíritu olímpico
“Hay que aprender a sufrir para después disfrutar mucho más el logro. La bandera argentina significa una responsabilidad muy grande porque nosotros somos pasionales, no aceptamos un mal resultado. Yo todo eso lo puse en el lado bueno del mensaje. Cuando me exigían, me iba a dormir pensando que pasaba porque sabían que podía lograrlo. Me sale naturalmente decir que gané dos medallas olímpicas, una de bronce y una de plata, porque no gané el oro. Quiero dejar otro mensaje que es ese espíritu olímpico, que lo pude vivir, porque colgarse esa medalla es un enorme logro. Lo que importa es eso, no el ruido y las luces de colores. Las medallas las tengo colgadas, junto con la copa del US Open y la réplica de la Davis”.
El individualismo de los tenistas
“Estamos solos desde muy chicos y por eso esa experiencia es lo que define nuestras vidas deportivas. En el tenis hay diferentes niveles, y el que está arriba tiene privilegios de jugador top, que nadie le regaló, se lo ganó. No es lo mismo entrenar en la cancha 25 que en el court central, y eso marca diferencias. Es el premio al mérito, al sacrificio, por eso está bien visto. En 2009, después de ganar el US Open, me lesioné la muñeca. Y estuve más de un año sin poder volver. En 2011 llegué al Australian Open, el primer Grand Slam que jugaba tras la operación, y le pedí a mi entrenador que solicitara el auto de la organización, que es algo que siempre nos daban a quienes estábamos arriba en el ranking. El tema es que ya no tenía ranking y entonces le contestaron a mi entrenador que el colectivo hacia el estadio partía cada media hora. Obviamente me subí al bus con mi raquetero y mi bolso como el resto de los otros 100 jugadores normales, fuera del top.
Los teloneros del Big Three (Federer, Nadal y Djokovic)
“Al principio te ganan con la camiseta, por respeto y por trayectoria. A mi me costó muchos partidos descolgar el póster de la pared. Pero después sabía que tenía un arma que a ellos no les gustaba: el juego potente. Cuando estaba derecho, en ese punto tenía mi oportunidad de ganar. Pero lo difícil era sostener ese mejor día durante una temporada completa, en semifinales y finales. Aprendí mucho mirando a los grandes, viendo cómo se manejaban con la prensa, con los fans, en el vestuario, en la organización de sus rutinas. Hice toda mi carrera al lado de ellos y pude crear una relación más cercana, además del tenis, porque son personas normales, igual que nosotros. Pero también tienen un talento único: poder aplicar una fuerza mental superior al resto. Y hay cuestiones extratenísticas. Vos mirás el banco de Nole y están Tom Brady y Mbappé, y en el de Ruud el tío, el primo y el amigo. Con Murray, Ferrer, Wawrinka y otros nos sentimos los teloneros del Big Three. Crecimos juntos, nos potenciamos y vivimos esta era del tenis liderada por ellos. Los acompañamos de la mejor manera posible en el tour y nos hicieron mejores deportistas y personas. Es un orgullo haber compartido estos años de carrera”.
Las asignaturas pendientes y la chance del last dance en el US Open
“Volvería a elegir esta carrera, este tiempo y los mismos jugadores. No tengo en mente un partido que me haya generado angustia por no haber ganado. La final del US Open que perdí contra Nole en 2018 me dejó un buen sabor porque no era el favorito y caí contra él. Con relación al US Open de este año es más un deseo personal de pisar la cancha por última vez, de poder entrar y hacer un juego digno para coronar mi carrera. La verdad es que mi salud y mi físico me están enviando mensajes que no son compatibles con mi expectativa. Pero todos los días me levanto para poder satisfacer mi deseo de poder entrar a esa cancha. Después si el cuerpo me dice que no me acompaña, lo voy a escuchar y respetar. En este proceso no escucho a nadie decirme ‘no lo hagas’. Todas las mañanas me levanto, voy al kinesiólogo, hago la dieta, me doy el masaje. Y lo haré hasta que anuncie si juego o no. El cuerpo dirá”.
Esa maldita rodilla y las lesiones
“Vengo sufriendo hace bastante con el dolor porque ya pasé por varias cirugías. El cuerpo habla y hay que escucharlo, aunque me estoy haciendo el desentendido por el deseo de estar en el US Open. Pero los otros jugadores de mi generación también quedaron tocados. Nadal tiene un problema en el pie, Murray una cadera de metal, Roger se retiró por un problema en la rodilla, Wawrinka también tuvo lesiones. Jugamos muchos torneos en el año, los partidos son muy largos, y el tenis tiene muchos intereses en juego. Tuvimos muchas discusiones entre los jugadores sobre la exigencia del tour, pero la verdad que no se puede acortar el calendario para jugar menos. Hay muchas diferencias entre un top 10 y un top 100. Muchos necesitan jugar para mantenerse en el tour”.
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