Juan Martín Del Potro y Gabriela Sabatini en el US Open: “noche mágica”, emocionante ovación y el simpático problema técnico

Nueva York y el US Open representan mucho para Gabriela Sabatini y Juan Martín del Potro. Son la ciudad y el certamen que los energizó y encumbró hasta convertirlos en leyendas del deporte de las raquetas. Gaby ganó el Abierto de los Estados Unidos en 1990, al vencer a la estrella alemana Steffi Graf en la definición. La Torre de Tandil sacudió los cimientos de Flushing Meadows en 2009, al derrumbar en la final al maestro suizo Roger Federer, que llegaba al torneo neoyorquino con cinco títulos consecutivos. Desde sus respectivos retiros, en 1996 y 2022, Gabriela y Juan Martín regresaron al US Open en varias oportunidades, pero pocas veces vivieron una emoción como la de anoche, en la que formaron un doble mixto durante la bautizada “Noche de Leyendas”.

“Noche mágica. Querido amigo, que enorme placer haber compartido ese lugar tan especial con vos y volver a verte jugar. Te admiro y te quiero, gracias”, escribió esta mañana la mejor tenista argentina de la historia, en sus redes sociales. Cuando Gaby ganó el US Open el estadio Arthur Ashe todavía no existía (se inauguró en 1997): su triunfo ante Graf fue en el antiguo court Louis Armstrong. Por ello, además, haber jugado en el estadio de tenis más grande del mundo (con capacidad para 24.000 espectadores) fue un motivo de cosquilleo para Sabatini.

El posteo de Sabatini

“Es increíble hasta donde llegó todo esto. Es un match a beneficio, es una semana en la que el US Open hace muchos eventos y la idea era divertirnos un poco, pasarla bien. Y para mí, estar en Nueva York y jugar junto a Juan Martín es lo más lindo que me puede pasar”, expresó, en ESPN, Sabatini, que tiene sus gustitos y rutinas gastronómicas cuando visita Nueva York (toma helado y chocolate caliente en los lugares de siempre).

“Te quiero Gaby. Gracias por una noche inolvidable en nuestro lugar soñado”, respondió Del Potro, el tenista argentino más trascendente de la historia después de Guillermo Vilas, en el posteo de Sabatini en Instagram. Número 3 del mundo en 2018, ganador de 22 títulos (y trece veces finalista, incluida la de Flushing Meadows 2018, perdida ante Novak Djokovic), doble medallista olímpico (bronce en Londres 2012 y plata en Río de Janeiro 2016), y figura y campeón de la Copa Davis 2016, el tandilense volvió a sentir el cariño del público neoyorquino.

Del Potro jugó el US Open por primera vez en 2006, cuando era el 114° del ranking (perdió en su debut ante el colombiano Alejandro Falla). Y volvió a competir sobre el cemento de Nueva York en nueve temporadas, la última en 2018, cuando llegó a la final. En 2016, el año de su regreso al circuito después de superar múltiples cirugías de muñeca izquierda, Del Potro perdió en los cuartos de final con el suizo Stan Wawrinka, pero el público le regaló una de las ovaciones más emocionantes de su carrera. Delpo no pudo contener la emoción y lloró en sus últimos instantes sobre el court central. Por todo ello, volver a jugar en el estadio que lo encumbró como figura fue un hecho muy emotivo para el extenista que el 23 de septiembre cumplirá 36 años.

Del Potro y Sabatini se midieron ante dos exnúmeros 1, el estadounidense Andy Roddick (campeón en 2003) y la danesa Caroline Wozniacki (finalista en 2009 y 2014). En un momento, Delpo protagonizó un largo punto contra Wozniacki, mientras Roddick -todos los jugadores tenían micrófonos incorporados-, parado junto a uno de los postes, le decía a la danesa “no le juegues más a la derecha”. Más allá de que no suele jugar con frecuencia, Sabatini exhibió su jerarquía eterna. El encuentro terminó con triunfo de los argentinos por 11-9. “Es impresionante este estadio, es muy grande, es increíble jugar aquí”, describió Gaby tras el partido.

Hubo un momento simpático que quedó registrado en la transmisión de TV. Fue durante la entrada en calor, cuando Del Potro tuvo un inconveniente técnico con su aparato y le dijo a Gabriela: “Me quedé sin micrófono”. Enseguida, Gaby se preocupó: “¡No! ¿Funciona?”. Y Juan Martín acotó: “Creo que funciona, pero para la TV”. Pero enseguida continuaron con la entrada en calor y se dispusieron a comenzar la exhibición que terminarían ganando.

Una parte de las ganancias de la venta de entradas se destinará a la Fundación USTA, el brazo filantrópico de la Asociación de Tenis de los Estados Unidos. La fundación “ofrece oportunidades de tenis y educación a los niños a través de la red National Junior Tennis and Learning (NJTL) de la organización, programas de desarrollo basados en el deporte para jóvenes desfavorecidos del país”.

Resumen del partido en Nueva York

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