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Juan Martín del Potro: las precauciones que toma para jugar tres o cuatro años más, con la mira en Tokio 2020
Antes de su debut en Wimbledon, el mejor argentino en el ranking habló sobre su actualidad, a diez años de su primera participación en el All England
LONDRES.- “¿Cómo estoy? Estoy…, justo”. Si hay algo que acompaña al Juan Martín del Potro tenista es la mesura. Probablemente nunca se lo escuchará decir que está para ganar un torneo o dar el golpe en un gran partido. Mayormente utiliza un lenguaje –también corporal– con el que intenta mostrarles lo menos posible a sus adversarios. A una década de su debut en Wimbledon (con 18 años y pelo largo, entrenado por Eduardo Infantino), el tandilense se encuentra en una etapa con “altibajos”, como él mismo lo reconoce en una salita del All England ante un grupo reducido de periodistas, entre los que se encuentra LA NACION. Una molestia en la zona de la ingle y el fallecimiento de su abuelo materno fueron situaciones que alteraron su calendario, que sumado a un comienzo tardío de la temporada (no actuó en Australia) después de la efervescencia por la conquista de la Copa Davis 2016, hicieron que su primer semestre tenístico estuviera deslucido.
“Es feo bajarse de torneos, sobre todo de Queen’s, que era lindo para ir, estaba ilusionado con hacerlo, pero también cuando hay que tomar esas decisiones que no son las mejores pienso en que quiero jugar por mucho tiempo y uno hace el balance. ¿Arriesgar en s-Hertogenbosch y Queen’s o jugar toda la temporada y tres o cuatro años más? Internamente pienso en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 como una meta lejana y quiero estar sano. Cuando ponés todo eso sobre la mesa, la decisión se hace un poco más sencilla. Mis médicos me dijeron que viniera a jugar Wimbledon, que no iba a correr riesgos, total después vuelvo a Argentina a otro pequeño parate antes de ir a Estados Unidos. Por eso vine”, reconoce Del Potro, el 29° favorito en el All England, que este martes debutaría ante el australiano Thanasi Kokkinakis . Y añade: “Espero estar mejor esta semana. Me encantaría estar en buena forma para jugar buen tenis y llegar lejos en este Grand Slam. Todavía siento algo que me molesta durante las prácticas, pero puedo manejar el dolor. Es bueno volver a Wimbledon después de una temporada como la pasada, en la que quedé exhausto”.
En EE.UU., Del Potro tiene una audiencia ávida por saber de él y verlo jugar, pero de éste lado del Atlántico también. El punto de inflexión en su relación con los ingleses fue en sus emotivas batallas frente a Roger Federer, primero, y Novak Djokovic, después, en la lucha por una medalla en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. En Wimbledon 2013, Del Potro alcanzó las semifinales y terminó de encantar a muchos británicos. Algunos periódicos tomaron su apellido para hacerlo jugar con un antiguo personaje de comedia de la TV inglesa, un tal Del Boy. Unos meses después, cuando el tandilense regresó a Londres para jugar la Copa de Maestros, The Sunday Times lo recibió con el título “Del Boy at home in London”. Su popularidad aquí es muy grande.
“Siempre jugué buen tenis en Wimbledon. Tengo grandes recuerdos. A la gente le gusta mi manera de jugar, se siente identificada conmigo. Jugué muchas veces contra Andy (Murray) cuando éramos jóvenes, peleábamos todo el tiempo”, sonríe. “Ahora tenemos buena relación”, aporta el hincha de Boca.
-¿Qué recuerdo tenés de tu primer Wimbledon?
-El otro día caminé por la cancha 16, en la que había jugado contra (Davide) Sanguinetti y cuando me dijeron que habían pasado diez años me sorprendió que fuera tanto tiempo y pueda seguir acá. Al principio este torneo me resultaba tan difícil de jugar y después haber tenido resultados espectaculares, fue un cambio importante en mi carrera. Diez años después vuelvo sabiendo jugar un poco mejor en una superficie que para los argentinos puede ser la más complicada. En ese torneo (2007) perdí con Federer en la segunda ronda. Para mí era venir a tratar de ganar minutos en el pasto. Era como decir ‘Bueno, vamos que es un Grand Slam’. Después, poco a poco le fui dando más interés a lo que era el pasto. Con Franco (Davin, su entrenador durante ocho años) creíamos que mi juego se podía adaptar bien. Le empezamos a dedicar más tiempo, a armar giras más largas sobre el pasto y fue una buena decisión, porque después de la gira sobre canchas rápidas, el pasto es donde mejor me siento para jugar.
-¿Qué expectativas tenés este año en el torneo?
-El problema en la ingle lo sigo teniendo. No hay nada mágico que te haga pasar de algo importante como lo que tengo a que no sea nada. Pero creo que la diferencia entre venir acá y no haber jugado inmediatamente en el pasto después de Roland Garros, fue que me pude hacer todos los chequeos. Ahora con mi kinesiólogo estamos haciendo un tratamiento para lo que tengo y no corro riesgos jugando Wimbledon. Como adaptación, venir a un Grand Slam de una, no es lo mejor, pero es lo que me está tocando. En los últimos dos o tres meses tuve que reprogramar mi calendario y jugar donde podía o me sentía contento y no es lo ideal. Después de aquí tengo muchas ganas de jugar toda la temporada de canchas duras en Estados Unidos y Canadá, después en la gira bajo techo, después en Asia; me gustaría jugar unos diez torneos más en lo que queda del año.
-Sos el 32 del mundo. ¿A esta altura de la temporada esperabas poder tener mejor posición?
-Uno agarra el cuadro de Wimbledon y ve a Djokovic en una supuesta tercera rueda y no es sencillo. La única manera de evitar eso es mejorar el ranking. Pero con todos los altibajos que vengo teniendo y las cosas extra tenísticas que me pasaron, fue complicado. Sigo teniendo ese ranking, que es aceptable a lo que muestra mi juego. El revés lo vengo mejorando y este será, tal vez, un año estable para mí, quizás fuera de lo común de lo que acostumbro en mi carrera. Pero estoy tranquilo y sé que el tenis me va a acompañar cuando pueda acomodar todas las cosas feas que me pasaron. Quiero mejorar mi ranking, pero llevará tiempo. De todos modos para mí es un placer jugar contra los top.
-El revés con slice te sirve mucho más para el césped que para otras superficies, ¿verdad?
-Sí. Pero en los entrenamientos estuve tratando de pegarle más fuerte a la pelota. Acá, cuando te ponés a la defensiva, es muy difícil poder ganar el punto. Después, acá las pelotas se ponen bastante pesadas, se abren bastante, entonces el juego se pone más lento si se puede devolver el saque.
-Murray es el número 1, pero Djokovic, Wawrinka y Nadal pueden serlo después de Wimbledon. ¿Quién es el favorito?
-Creo que Andy puede repertir el título del año pasado. Pero ya que varios puedan pelear por el número 1 del mundo hace que sea interesante. Es un torneo que siempre trae sorpresas en las primeras rondas. Roger y Rafa siguen jugando para hacer historia grande en este deporte y a nadie le importa si Roger es 5 o número 1. Tal vez para él es importante, pero para nosotros y para los fanáticos del tenis no importa. La gente quiere verlo llevarse el trofeo de Wimbledon, como a Rafa, a Novak, a Andy. Son los fantásticos.
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