Giovanni Mpetshi Perricard, campeón del ATP 500 de Basilea, con un saque fulminante que genera asombro y alcanza récords

Giovanni Mpetshi Perricard impacta. El tenista francés de 21 años y 2,03 metro es una máquina de sacar. Este domingo, en el ATP 500 de Basilea, conquistó el segundo título de su corta y explosiva carrera sin ceder el servicio durante toda la semana (fueron 60 turnos de saque en total) y con un registro final de 109 aces. En la ciudad suiza en la que nació Roger Federer, el jugador oriundo de Lyon venció en la final al estadounidense Ben Shelton (23°) por 6-4 y 7-6 (7-4), tras 1h26m.

Si el tenis de la escuela francesa buscaba ansiosamente una raqueta para el relevo de figuras (en los últimos tiempos se despidieron Jo-Wilfried Tsonga y Gilles Simon; pronto lo harán Richard Gasquet y Gael Monfils), Mpetshi Perricard llegó a tiempo. Enfocado, sin perder el semblante concentrado y con una frialdad apabullante, encarna una aparición fulminante: en enero pasado era 205° del ranking, pero desde este lunes será 31° del mundo.

Su mayor poder está en el saque: lo ejecuta a una velocidad rabiosa. Shelton sufrió servicios a 235 km/h, a 240 km/h, a 242 km/h. Y no sólo los primeros saques del francés fueron a esa velocidad: tampoco economizó fuerza en el segundo. A Shelton sólo le quedó intentar adivinar la dirección del saque y bloquear. En el primer set, incluso, se llevó un pelotazo en la mano derecha que lo dejó doliendo.

“Casi me mato tratando de devolver tus servicios. Has progresado mucho en muchas otras áreas de tu juego. Eres un gran talento. Pasaste del puesto 200 al 30 en el mundo en diez meses, podés estar muy orgulloso de ello”, expresó Shelton, con una mueca simpática, durante la premiación.

Sorpresivo octavofinalista en el último torneo de Wimbledon, esta semana en Suiza el bombardero Mpetshi Perricard logró superar un récord que le pertenecía a John Isner. El francés pasó los 500 aces en 29 partidos en la temporada; el sacador estadounidense lo había logrado en 31 encuentros.

El saque que le hizo doler a Shelton

Otro aspecto destacable de Mpetshi Perricard es que no sólo tiene un furioso saque. A diferencia de otro imponente sacador, como fue el croata Ivo Karlovic, el francés tiene valiosos recursos desde el fondo de la cancha, tanto de drive como de revés (lo lanza a una mano, todo una curiosidad de estos tiempos). “Mi objetivo en el año era ganar un ATP 250 o un 500, pero conseguir ambos es increíble”, se sinceró tras recibir el tradicional trofeo dorado que Federer ganó diez veces (la última en 2019).

El galo, que apenas había disputado dos torneos ATP bajo techo en su carrera, halló en las condiciones de Basilea un terreno ideal para desanudar su potencial. “En esta superficie mi servicio puede ser un gran arma. Pero intento ser agresivo desde la línea de fondo para poner bajo presión a mis rivales”, explicó Mpetshi Perricard, el primer campeón francés en Basilea desde Yannick Noah (1982 y 1987). Además, se encumbró como el primer campeón de Basilea clasificado afuera del top 20 desde que lo hiciera el estadounidense Jim Courier en 1989, cuando era 35°.

Con el avance logrado por su tarea en Basilea, Mpetshi Perricard se convierte en la tercera raqueta de Francia, solamente por detrás del N° 20 Arthur Fils y del N° 18 Ugo Humbert.

Lo mejor de la final de Basilea

Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.

Ir a Canchallena

"Chirola" Scolni. La decisión que cambió para siempre la carrera de un crack del rugby y que 40 años después sigue llamando la atención

Indios Chapaleufú, sangre Heguy. El orgullo de la nueva generación, la emoción de padres y abuelo y una final a la vista

"Está al revés". El linyera anónimo que ayudó al "Mago" del automovilismo a reparar un Torino de TC y hoy es empresario

Conforme a los criterios de

Conocé más

Tito Vázquez. Bohemia, música, por qué Del Potro podía superar a Vilas y la insólita razón por la que no dirigió a Sabatini

Frana, el nuevo capitán. Un mensaje componedor para la Copa Davis: “Que todos los jugadores estén arriba del barco”

Ni villano ni antivacunas. Novak Djokovic, una leyenda imperfecta que se embarra los pies y derrama calidez