Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.
Franco Davin: sus experiencias en un libro, cómo ve el tenis actual y la exposición en las redes
"Game, Set, Math" (Juego, Set, Matemáticas), un juego de palabras vinculado con la frase habitual al cierre de un partido ("game, set, match"), es el título del libro que Franco Davin describe con su sonrisa característica. El zurdo de Pehuajó, exentrenador de Juan Martín del Potro, Gastón Gaudio y Guillermo Coria, y actual coach de Fabio Fognini, relata allí algunas de sus vivencias y bastante de su método de trabajo, el que lo convirtió en uno de los principales coaches del planeta tenis. Radicado en Miami, Davin habló con LA NACION y contó: "El libro surgió porque tenía ganas de contar las cosas que hacía, sobre todo lo que se hace con un tenista. Y no veía mucho material al respecto, así que empecé a pensar en eso. Dentro de mi equipo está Marcelo Albamonte, que es muy importante; él viene del tenis y eso es una ventaja grande, creo que hacemos un trabajo único. Lo conozco hace mucho, es capaz en lo que hace. Teníamos las estadísticas al principio, pero le dije: esto no lo uso. Buscamos otras cosas. Entonces yo le mandaba lo que veía de cada jugador y empezamos a armar una base de datos; le pedía que me tomara cuestiones específicas de mi tenista, o del rival. Ahí empezamos a ver muchas cosas interesantes. En Miami, Pato (Patricia) Tarabini me dijo de hablar con Pablo del Campo para contarle qué podíamos hacer con lo que teníamos, y él me contestó: tenés que escribir un libro. Y la verdad es que me habían dicho ya un par de veces, pero con la idea de contar intimidades, y no tenía muchas ganas de entrar en polémicas. Después me llamó, hablamos en la Argentina cuando viajé, después él vino a Miami, nos juntamos en los tiempos de la pretemporada, y nos dimos cuenta de que el libro se fue para otro lado. Lo de las matemáticas quedó como un capítulo, y encontramos muchas cosas más para contar. Quedó como yo quería".
–¿Hay vivencias personales?
–No mucho. Es que la etapa como jugador yo no la siento tanto. Si bien cuento que la mejor etapa de un tenista es como junior, la que se disfruta más. En serio, muchos te dirían lo mismo. Pasa que por ahí te das cuenta después… Pero hay un poco de todo. Por ahí hablo de las diferencias entre los jugadores, de la evolución del tenis. Yo siempre trato de que el jugador no copie, de que trate de crecer por sí mismo. Por ahí es difícil mejorar a Federer, pero la idea es que venga algo mejor, como pasó siempre. En su momento, Vilas y Borg mejoraron con el top-spin a los australianos, a los de saque y red los pasaban por arriba, por ejemplo. Cuento esos avances y lo que hacemos para contrarrestar situaciones. En mi caso, lo que empezó con Del Potro: cómo hacer, con alguien de 2 metros y 100 kilos, para competir contra jugadores mejores y con otra estructura física. Ahí es donde entran detalles finos: lo que comés, las horas que tenés de viaje entre los torneos… Ni hablar de cosas específicas, como saber que si sacás a cierta velocidad la pelota te va a venir a cierto lugar. Y por ahí emparejás la velocidad del rival con el anticipo.
–Estás desde hace casi dos décadas en la elite de los entrenadores. ¿Cómo ves la evolución del tenis?, ¿te gusta lo que ves?
–Va cambiando un poco. Ahora está el tema de Internet, lo que hacen los chicos con el teléfono, con las redes sociales. Los veo muy pendientes de lo que hay ahí; terminan un partido y lo primero que hacen es ver lo que se dice, hay mucha exposición…
–¿Era más fácil cuando no había tanta posibilidad de interacción?
–Por un lado, sí, pero también era mucho más duro. Hoy se hacen las entrevistas con un teléfono, y antes había que estar cargando un grabador, el cassette, o hablar a casa por teléfono con una monedita, como hacía yo. Hace unos años teníamos una tarjeta telefónica, con 300 minutos para hablar a la Argentina, y nos parecía algo supersónico, y vos pensabas que era lo máximo. Entonces, por ese lado hay una ventaja grandísima, pero también hay una exposición fuerte, y hay mucha recomendación de mucha gente que te sugiere cosas que te van a dar dinero, pero por ahí el costo es muy alto.
–¿Cuánto cambia el hecho de trabajar con un argentino y uno de otro país?
–Es distinto. Una de las cosas que analizo mucho es lo que pasa con los jugadores que están más o menos entre los 50 primeros y que no viven en Europa ni en los Estados Unidos: y eran tres, Del Potro, Schwartzman y (Alex) De Miñaur. Y no es casualidad. Vos ves que la mayoría de los tenistas juegan, pierden y a la noche están durmiendo en su casa. Ni hablar de las comodidades y las oportunidades que le dan sus federaciones. Yo veo a los chicos argentinos en Roland Garros y se están jugando la vida. Por ahí el europeo o el norteamericano está más acostumbrado a jugar un Grand Slam, un torneo importante; va y viene. Y algo más: al jugador sudamericano le gusta el reconocimiento de su gente. Ninguno se instala afuera, sabiendo que es mucho mejor, y con una posición económica en la que se pueden llevar a la familia o a la gente que quieren. Por ahí te quedás unos meses en Europa o en Estados Unidos, no es tanto. Empezás la gira en Montecarlo, y quedate hasta que termine Wimbledon en Europa, alquilás un departamento y te quedás con tu equipo, traé tus amigos o la familia, que todos estén contentos. Pero eso cuesta hacerlo. No es que no se dan cuenta, ni soy yo el único que se los dice, pero cuesta muchísimo. Y en ese sentido, ya están dando una ventaja.
[R][R] BIENVENIDO #GameSETMath! LA FÓRMULA para GANAR tu próximo partido (y no solo en la cancha)!Es el primer libro de #FrancoDavin, una persona que dedicó toda su vida al #tenis, primero como jugador y luego como coach. + pic.twitter.com/6toJTr0shM&— Kel Ediciones (@KelEdiciones) May 20, 2019
–¿Hay chances de que regreses a trabajar a la Argentina, o estás muy cómodo en Estados Unidos?
–Me gusta mucho donde estoy, y creo que vivir fuera de Argentina te abre muchas posibilidades. Entonces se puede hacer otro tipo de trabajo, part-time, o que vengan donde estás vos. Cambia mucho eso. A los jugadores que tuve después de irme del país, era imposible llevarlos a la Argentina. No había manera. Pero si les decía de ir a los Estados Unidos, viajaban contentos, predispuestos. Les gusta, todos han comprado departamentos allá, les gusta ir y es más fácil. Para moverse también, porque yo hago la gira europea, me vuelvo tres días y regreso, y hacerlo desde la Argentina es mucho más difícil organizarlo. La ventaja que se da es grande.
–¿Trabajar con Fognini tiene alguna similitud con otro argentino?
–Sí, puede ser. Él tiene la idiosincrasia de un país parecido al nuestro, y muy fuerte. Es algo que hemos vivido y vemos en todos los deportes. Hace un par de semanas que es Top 10, es el primer italiano en lograrlo en 40 años, desde Corrado Barazzutti en 1978. Y para mí es una satisfacción grandísima. Porque todos me decían: ‘Fabio ya está de vuelta, no tiene más para dar, tiene más de 30 años, está gordo, no tiene ganas’… son lindos desafíos. Y ver que él gana un Masters 1000 (en Montecarlo) y que esté en el Top 10 a mí me pone bien.
–La impresión que a veces deja Fognini es que cuesta motivarlo...
–Puede ser que se vea así. Creo que el problema de agarrarlos cuando los jugadores son más grandes, es que ya vienen con ciertas estructuras que se las podés sacar más fácil cuando son chicos; si son mayores, es más difícil. Entonces, eso que se ve desde afuera es una sumatoria de cosas… y cuando te querés acordar llegás a cuando tenía 14 años. Por ahí la gente ve el resultado final dentro de una cancha, y por ahí son cosas que se han dejado pasar y que es complicado cambiar.
–A propósito de la motivación, ¿qué pensás de un jugador como Nick Kyrgios?
–Es que a mí no me motiva trabajar con un jugador como Kyrgios, sinceramente. No lo conozco tanto, pero ya por ciertas actitudes… Un jugador que dice las cosas que dice, te habla como se ve, no lo noto tan honesto en algunos temas, como cuando dice que el básquet le gusta más que el tenis. Todo ese tipo de cosas lo veo más como una pantalla. No me motiva tanto. Yo disfruto mucho el proceso de trabajo, el cómo se llega a alcanzar un logro.
–¿Por qué creés que los mayores de 30 siguen firmes en los primeros puestos y a muchos jóvenes le cuesta acceder?
–Primero, los que están ahí arriba se cuidan más. Los que tienen 30, 32 años, están muy bien físicamente. Y te viene con una base de un millón de partidos encima. Vos lo ves por ahí a Wawrinka, quizá con algún kilo de más, pero tiene tantos encuentros a cinco sets que te los maneja, y te los juega tres días seguidos, un poco como lo hizo contra Tsitsipas en Roland Garros. Y en Roland Garros estuvo cerca contra Roger (Federer), que si le llega a ganar el cuarto set quizá lo daba vuelta. Entonces ves a un chico más joven, con menos experiencia, y le cuesta más.
Otras noticias de Entrevista Deportes LN
El Capitán América. Pochettino quiere cambiar la historia del Central Park con Messi como socio e inspirado en las mujeres
El restaurante de Djokovic. La estatua del Novak guerrero, un museo de trofeos, la hamburguesa de Kobe y la foto con Maradona
“Teniski Klub Partizan”. El emblemático lugar en el que se formó Djokovic y que lucha contra la crisis, pese a su ayuda
Más leídas de Tenis
Se retiró Nadal. Se va el jugador, sigue la leyenda: Rafa dijo adiós en un día de emociones en la Copa Davis
"Serás eterno”. El emotivo video que reunió a Federer, Djokovic, Del Potro y otras figuras para despedir a Nadal tras su retiro
Después del retiro. Embajador de Arabia, jugar con Federer en el Bernabéu y la pasión por el mar: cómo será la nueva vida de Nadal
Detalles. Argentina vs. Italia, por la Copa Davis 2024: orden de juego, horarios y TV de los cuartos de final