Cuatro viejos conocidos en las semifinales de Wimbledon, pero uno es sorpresa

LONDRES (De un enviado especial).- Wimbledon promete un viernes de gran tenis con unas semifinales a las que llegaron cuatro viejos conocidos, aunque uno de ellos sea sorpresa: el francés Richard Gasquet.

Si el suizo Roger Federer y el britanico Andy Murray se medirán en el partido que los británicos esperaban ansiosos desde que dos semanas atrás se conociera el sorteo del cuadro masculino, el serbio Novak Djokovic y Gasquet lo harán en otra que incluye el ingrediente de lo inesperado.

Prefiero no recordar mucho aquella final olímpica, porque Andy me dominó como no lo había hecho ante (Federer)

"Realmente quería ganar, los cuartos de final con Stan eran un partido enorme. Quería ganar, esto es una victoria increíble para mí", dijo Gasquet, con el sudor cubriendo aún su rostro, tras imponerse 6-4, 4-6, 3-6, 6-4 y 11-9 a Stanislas Wawrinka.

El triunfo de Gasquet impidio la reedición de la final de Roland Garros entre Wawrinka y Djokovic, ganada por el suizo. Definido por la BBC como "el partido de los reveses hermosos", Gasquet y Wawrinka no defraudaron en su duelo de revesesa una mano en la cancha 1 del All England Club.

Con el frío cayendo sobre las tribunas y la luz amortiguándose, Gasquet celebró cayendo al césped sobre la espalda. Es su tercera semifinal de Grand Slam, pero la anterior en Wimbledon le quedaba ya demasiado lejos, 2007. La segunda fue el US Open 2013.

Conozco muy bien a Roger y nos llevamos muy bien, compartimos entrenamientos y demás, pero el viernes va a ser algo distinto, obviamente (Murray)

Un par de horas antes, el torneo más prestigioso del mundo había confirmado que tendrá la semifinal más esperada de la quincena, un duelo entre Federer y Murray.

Ambos llegaron a él tras imponerse en una fresca tarde en Londres con frecuentes interrupciones por la lluvia. Federer, siete veces campeón, batió al francés Gilles Simon por 6-3, 7-5 y 6-2, en tanto que Murray, campeón dos años atrás, derrotó al canadiense Vasek Pospisil 6-4, 7-5 y 6-4.

Inastantes más tarde, ya con la lluvia alejada y el sol colándose entre las nubes en el court central, Djokovic venció 6-4, 6-4 y 6-4 al croata Marin Cilic, último campeón del US Open.

Federer y Murray no se miden en Wimbledon desde 2012, con la curiosidad añadida de que aquel último choque fue en el All England Club, aunque sin el trofeo de Wimbledon en juego.

Aquel verano europeo fue especial, porque Wimbledon abrió sus puertas dos veces: para el tradicional torneo, primero, y para los Juegos Olímpicos, luego. Federer derrotó a Murray en la final de Wimbledon y el británico se tomó revancha en el choque por la medalla de oro.

"A los dos nos gusta recordar aquel verano. A mí no tanto lo de los Juegos...", dijo Federer, que tiene entre ceja y ceja su octavo título en Wimbledon, que sería el décimo octavo de Grand Slam.

"Pero yo gane Wimbledon, él los Juegos, probablemente los dos hubiéramos aceptado eso de antemano. Prefiero no recordar mucho aquella final olímpica, porque Andy me dominó como no lo había hecho antes".

Federer elogió a Murray: "La gente se olvida de lo duro que es volver de una operación de espalda, y él lo hizo".

Murray, que ganó su partido unos minutos después que el suizo y ya con el techo del cout central cerrado, tiene claro que el partido del viernes es especial: "Conozco muy bien a Roger y nos llevamos muy bien, compartimos entrenamientos y demás, pero el viernes va a ser algo distinto, obviamente".

Observado por el príncipe William y su esposa, además del futbolista David Beckham, Murray demostró que se siente cómodo sobre el césped del All England.

"Más allá de lo que sucediera en el resto del año, siempre jugué aquí mi mejor tenis", recordó Murray, semifinalista de Wimbledon por sexta vez y otra vez con la presión de todo un país sobre sus hombros. El tenis británico esperó 77 años a que uno de los suyos ganara Wimbledon. El escocés lo logró en 2013, pero ahora le piden más.

También se le pide más -desde siempre- a Gasquet, un talento de proporciones que con 9 años apareció en la tapa de la revista francesa "Tennis Magazine" señalado como futuro número uno del mundo.

No lo fue, no jugó siquiera una final de Grand Slam, pero a los 29 años está demostrando que en el tenis de hoy hay más tiempo que antes para llegar a la cima: más de un tercio de los cien primeros tienen 30 años o más.

Gasquet confía en estar en la definición del domingo y ya tiene en la mira la semifinal.

"Claro que va a ser un partido durísimo, todos lo saben. Es el mejor jugador del mundo", dijo cuando se le preguntó por Djokovic.

"Pero voy a dar lo mejor", añadió. Y lo mejor de Gasquet no es poco.

sf/fc/jp

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