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El triste final en Bruselas no debe opacar una gran temporada
Hace un año, la Argentina esquivó la caída a segunda con un sufrido 3-2 ante Israel; ahora estuvo a punto de entrar en la final
BRUSELAS.- Tan cerca y tan lejos... Una vez más, la Copa Davis se alejó de la ilusión argentina. La derrota por 3-2 frente a Bélgica clausuró la temporada 2015 para la formación liderada por Daniel Orsanic . Sobre la pista sintética del Forest National, la Argentina ofreció cuanto tenía, pero no fue suficiente. Le tocó despedirse contra un adversario superior, que aprovechó la ventaja de la localía -como tantas veces lo hizo nuestro equipo-, que eligió la superficie que más le convenía, y además contó con David Goffin , número 15 del mundo, en plena forma. A pesar de las adversidades y de las limitaciones, la Argentina volvió a quedar dentro de los cuatro mejores de la Davis -lo alcanzó diez veces en los últimos 14 años-, un mérito enorme que, a los ojos resultadistas estrictos, queda soslayado por el hecho de no alzar la Ensaladera.
Hay una certeza: este equipo no tiene nada que reprocharse en la derrota. La Argentina se preparó a conciencia. Pero Bélgica también lo hizo, a sabiendas de que estaba ante la oportunidad histórica de volver a la final de la Davis después de 111 años. Y tendrá su cita con Gran Bretaña, luego de revertir la cuenta en la última jornada. La Argentina había logrado un triunfo vital en el dobles para quedar 2-1, pero el panorama se dio vuelta en el último día, porque Goffin derrotó a Diego Schwartzman , reemplazante del agotado Leonardo Mayer , por 6-3, 6-2 y 6-1, y Steve Darcis, en el punto a todo o nada, superó a Federico Delbonis por 6-4, 2-6, 7-5 y 7-6 (3). Por supuesto que la caída caló hondo en el equipo nacional porque se estuvo cerca del triunfo, pero antes de la serie estaba claro que sería un fin de semana de cruces parejos y resultados cerrados, con margen mínimo para alguno de los dos lados; en esos detalles, Bélgica hizo las cosas un poco mejor. La Argentina no sufría una caída de este estilo, tras quedar 2-1, desde 1998, cuando perdió por 3-2 en el repechaje de ascenso ante Eslovaquia, en Buenos Aires.
"Hubiera dado cualquier cosa por llegar a la final, pero estoy orgulloso de este equipo. Goffin y Darcis jugaron mejor, nos ganaron bien. Tanto Diego como Fede lo dieron todo y no nos alcanzó, pero pese a la bronca del resultado deportivo estamos tranquilos de que pusimos todo lo que teníamos", consideró el capitán, todavía con los ojos humedecidos; poco después, se saludó con su predecesor Martín Jaite , que desembarcó en Bruselas como comentarista de TyC Sports.
El primer rival de la Argentina en el Grupo Mundial 2016 se definirá en el sorteo que se hará el miércoles próximo, durante la Asamblea de la Federación Internacional de Tenis (ITF), en Santiago, Chile. El equipo nacional será, por lo pronto, uno de los 8 cabezas de serie para la primera rueda.
Hace doce meses, la Argentina esquivaba la caída a segunda con el ajustado 3-2 a Israel en Sunrise. Con una formación casi idéntica -entró Schwartzman, sparring en aquella serie, en lugar de Horacio Zeballos-, y sin un top 20, estuvo a pocos games de estar en la final. "El balance es positivo, ganamos buenas series y en la que nos tocó perder lo dejamos todo. Los jugadores han tenido resultados muy buenos, algunos incluso por encima de su nivel, lo cual significa que se han potenciado bien, pero hay que seguir trabajando. Y lo mismo diría si hubiéramos ganado", agregó Orsanic.
Pero, sobre todo, en este ciclo se generó dentro del equipo una alquimia especial, lejos de las rispideces de otros tiempos. Tal como había sucedido después de los triunfos ante Brasil y Serbia, apenas concluyó el último punto, y a pesar del dolor por la eliminación, el plantel hizo un círculo dentro de la cancha; Orsanic habló y agradeció a los jugadores por todo lo vivido este año. El ex doblista fue consecuente con lo que impulsó desde que asumió la capitanía, respecto de la idea de transmitir valores éticos. Su contrato finalizará a fin de año, pero seguramente renovará el vínculo, al igual que su función de director de Desarrollo, un punto neurálgico para la Asociación Argentina de Tenis (AAT), que lo tiene como uno de los pilares de esta gestión. "Esto es un proceso que no depende estrictamente de resultados, es un trabajo que para dejar una marca hace falta tiempo. Hemos dado lo mejor este primer año y llegamos aquí, se dejó todo en cada serie, y creo que lo que se está transmitiendo es fuerte a nivel grupo y equipo; eso debe trascender los nombres de jugadores o capitanes", le dijo a la nacion. Mayer, uno de los referentes de la formación, consideró: "Va a seguir todo igual, por este camino. Se puede ver el vaso medio lleno, porque pasamos momentos difíciles como haber estado 1-2 con Brasil y nos levantamos, y después ganamos un buen partido contra Serbia. El grupo está muy bien".
En cuanto al futuro del plantel, no se esperan grandes cambios. Queda mucho tiempo -casi seis meses- hasta la próxima serie, por lo que habrá que ver cómo siguen las carreras de Leonardo Mayer, Federico Delbonis, Diego Schwartzman y Carlos Berlocq y cómo llegarían a esa cita. Con más razón, es imposible que ahora haya certezas sobre la posible participación de Juan Martín del Potro o Juan Mónaco en el bautismo copero de 2016.
Dentro de un contexto especial, la Argentina tendrá bastante tiempo para dejar atrás la pena por esta caída y empezar a prepararse nuevamente para esa obsesión centenaria llamada Copa Davis.
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