Eduardo Schwank: “Siento que tengo una deuda en singles, todavía puedo dar algo más”

Protagonizó varias series por la Copa Davis; en el circuito, llegó a ser el 48º del ranking, alcanzó dos veces la tercera rueda en Roland Garros y fue finalista de dobles en el abierto francés. Hoy, Eduardo Schwank tiene 29 años y quiere volver al circuito. Anhela ser otra vez un jugador competitivo, diez meses después de un accidente en el que sufrió varias fracturas; para colmo, la recuperación se hizo más larga de lo planeado. En todo este lapso de ausencia inevitablemente pensó en el adiós a la raqueta.

Se dedicó a la academia (Schwank Tennis Center) que tiene en Roldán, en las afueras de Rosario, y a su papel benéfico en la Fundación Estar. Pero quiere darse una oportunidad más como tenista, y esta semana, en el Sport Social Club de Villa María empieza a jugar una serie de Futures –la menor de las categorías del circuito profesional-, con la misión de reencontrarse con ese jugador que estuvo cerca del Top 50, y que daba lo mejor de sí en la Davis. "Estoy un poco ansioso por saber cómo puedo llegar a sentirme, pero también estoy tranquilo, entrenándome fuerte durante muchas horas. Me faltan partidos, pero la última semana me sentí listo para competir. Obviamente está la incertidumbre por el tiempo sin jugar por los puntos, pero en este momento me conformo con no sentir dolores", le cuenta Schwank a Cancha Llena, horas antes de su estreno frente a Tomás Reche. Si le va bien, podría empezar una gira por Europa a mediados de junio. Pero primero verá cómo se siente físicamente, además de esperar la compañía de los buenos resultados.

Hace dos años Schwank se operó la muñeca derecha; a fines de julio pasado, luego de ser eliminado en el ATP de Gstaad, recorría la montaña con la bicicleta cuando sufrió un accidente. "Me comí un pozo en bajada y salí volando; caí sobre mi lado izquierdo. Me rompí el escafoide de la muñeca izquierda, el cúbito, el radio y la clavícula", explica Schwank. Y agrega: "Tenía planeado volver en diciembre. Ya había hecho un mes de pretemporada de físico, pero cuando arranqué con el tenis no podía pegar el revés, me dislocaba el codo. Empecé a ver médicos y me operé otra vez el 16 de enero. Fue difícil, porque ya tenía lista la cabeza para volver a competir cuando me dijeron que tenía que esperar tres o cuatro meses más".

-En ese momento, ¿pensaste en dejar el tenis?

- Y… sí, en enero se me pasó por la cabeza largar. Fueron duros los primeros meses. Ya había estado un tiempo parado, con dudas. Después arranqué la gira del año pasado por Europa, en la que me estaba sintiendo bien y justo me pasó esto, y pensé que era una señal para largar. Pero ahora siento que tengo la energía suficiente para volver. Además, tampoco encontré nada fuera del tenis como para dejarlo, aún tengo la adrenalina del deporte adentro.

- Ahora, ¿cuáles son los objetivos?

-Al principio pasa más por lo físico, también por prepararme mentalmente, pero a largo plazo quiero volver al nivel ATP que tenía, a volver a jugar Grand Slams y torneos importantes. Si no puedo estar en ese nivel, no estaría dispuesto a hacer tanto sacrificio. Llegué a estar 48°, pero eso ahora lo veo lejos. De acá a fin de año quiero ponerme a punto, jugar mucho, ganar ritmo y partidos para hacer una buena pretemporada, y en 2016 sí, tratar de volver al Top 50.

-En tu caso, arrancás desde cero literalmente, sin puntos.

-Es difícil. Si lo miro así, todo el sacrificio para volver se hace más pesado, pero voy día a día, concentrado en cada entrenamiento, dando el ciento por ciento en cada partido y con humildad. Si vengo a un Future creyendo que voy a ganar fácil, seguro me iré en primera rueda. Hay que meter sacrificio y pelear cada punto. Esa será la base para volver a mi nivel.

-¿Te deja alguna enseñanza haber estado tanto tiempo sin jugar?

-Sí, te hace ver la realidad, el laburo cotidiano de la gente. Traté de hacer muchas cosas, y ves cómo nosotros –los tenistas- estamos en un círculo de hoteles y viajes, y vivimos en una nebulosa. Cuando estás en un lugar fijo te das cuenta lo que vale todo. Lo que imaginamos que pasa cuando estamos de viaje no es la realidad, y eso te motiva a volver y a no cometer errores en tu carrera.

-A vos te iba muy bien en dobles, fuiste 14º del ranking. Orsanic –el capitán de la Copa Davis- dijo que no había especialistas en dobles de nuestro país en el tour… ¿Pensaste en dedicarte sólo al dobles?

-Puedo ser un jugador competitivo en dobles, pero siento que tengo una deuda en singles, que todavía puedo dar más. Voy a jugar las dos cosas cuando esté bien de físico, y si en alguna se abre un poquito el panorama y marco una diferencia de ranking, y tengo la posibilidad de hacer algo importante, tomaré una decisión. Pero quiero apostar un poco al singles, sin descuidar el dobles, que muchas alegrías me dio.

-¿Por qué te sentís en deuda en singles?

-Creo que en los años que estuve jugando nunca llegué a competir al ciento por ciento. Sentí mucha presión, o yo mismo me puse mucha presión, y eso no dejaba fluir mi juego. Hoy, con la experiencia de los años, con el trabajo de mi psicólogo –Fernando Vázquez- creo que puedo lograr algo más.

-Hay varios jugadores que consiguieron su mejor ranking después de cumplir los 30 años. ¿Son una motivación para volver?

-Sí, claro, son casos que tomo en cuenta. Hay jugadores que por experiencia o por otras cuestiones tocaron el tope después de los 30, como Charly Berlocq, que tiene su mejor etapa ahora; o Pablo Cuevas, que estuvo lesionado dos años y volvió en un nivel increíble; Machi (González) también estuvo un año afuera, con muchas dudas, y hoy está Top 100. Todos son ejemplos que me fortalecen, que me sirven para ver cómo trabajan. La satisfacción para ellos es diferente a lo que puede lograr alguien de 20 o 25 años, que puede tomar subir en el ranking como algo más cotidiano. Ojalá pueda hacer algo parecido.

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