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Dio el zarpazo en Roland Garros
Gastón Gaudio dio el batacazo en la final del Abierto de Francia: venció a Guillermo Coria, obtuvo el título y mañana quedará noveno en el ranking de la ATP; un argentino logra un certamen de Grand Slam después de un cuarto de siglo
En los trillados análisis de los comentaristas deportivos suele escucharse la frase "el fútbol da revancha". Luego del zarpazo del Gato Gaudio en la final de Roland Garros, podrá decirse que en el deporte blanco también hay tiempo para el desquite.
Gastón Gaudio tuvo su partido soñado: venció en la final del segundo Grand Slam del año a Guillermo Coria por 0-6, 3-6, 6-4, 6-1, 8-6, consiguió el trofeo más anhelado -el que siempre deseó de chico- y sepultó los fantasmas que lo persiguieron desde la caída del equipo argentino en Copa Davis en las semifinales frente a España del año 2003.
Un partido infartante
El encuentro decisivo de la edición 2004 del abierto parisino parecía encaminado hacia el santafesino, quien con su amplitud de variantes técnicas dominaba en los dos primeros parciales.
El 6-0 y 6-3 de los dos primeros segmentos daba a las claras la sensación de que al Mago no podía escapársele el torneo.
Sin embargo, inoportunos calambres y una distensión en el cuádriceps empezaron a complicar a un Coria, que perdió una chance clarísima para pasar arriba en el tanteador, cuando estaban 4-4 en el tercer set y perdió su saque.
Entonces, Gaudio se puso arriba 5-4, luego sentenció el segmento a su favor y se produjo la ´bisagra´ del partido apenas comenzado el cuarto set: Coria solicitó la asistencia del cuerpo médico, a partir de dolores en sus piernas.
Así, el santafesino prefirió reservar las escasas energías que le quedaban para el quinto parcial (el cuarto, prácticamente lo regaló con un 1-6 de apenas 30 minutos).
De esta forma, el quinto y último capítulo fue a suerte y verdad. Ninguno de los dos pudo imponer el ritmo sobre el otro y el físico menguado de Coria no le permitió a Gaudio establecer diferencias claras.
Es que el Gato empezó a padecer con esos indisimulables y todavía no solucionados totalmente ´bajones´ anímicos, que hicieron parejo un encuentro que a esa altura amenazaba con tomar un camino definido.
Así fue que tanto uno como otro fueron conservando o quebrándose el saque hasta que Coria estuvo 6-5 arriba y dispuso de dos match points para liquidar el cotejo.
Pero el santafesino, fiel a su estilo, no reguló, no jugó pelotas para ingresarlas solamente dentro del cuadro y se arriesgó permanentemente.
Dos reveses que apenas se fueron afuera le impidieron al ´Mago´ quedarse con el premio que había soñado.
Por el contrario, en los últimos games, Gaudio encontró cierta estabilidad, prefirió ´pasar la pelota´ por encima de la red y así se encontró con un triunfo, que a partir de mañana lo dejará entre los mejores diez del planeta tenístico.
El logro de Gaudio
Gaudio se convirtió hoy en el tercer tenista de la historia de Roland Garros en levantar dos sets en contra en una final desde que empezó la era Open.
Antes lo había hecho el estadounidense Andre Agassi, que en 1999 dio la vuelta a la final contra el ucraniano Andrei Medvedev, y el checo Ivan Lendl lo hizo en 1984 contra el estadounidense John McEnroe.
Contra todos los pronósticos que lo daban como favorito al tenista de Venado Tuerto, el Gato no se dejó doblegar por las estadísticas (Coria había perdido sólo un partido en lo que va del año en polvo de ladrillo), demostró amor propio, y -con esta conquista- logró ubicarse entre los diez mejores jugadores del mundo.
El tenista de Temperley, demostró un gran nivel en todo el torneo, pero a medida que avanzaba su nivel iba creciendo de la mano de la confianza que le otorgaban los triunfos.
Gaudio se convirtió además en el primer campeón no cabeza de serie en Roland Garros desde que lo hiciera el brasileño Gustavo Kuerten en 1997.
En toda la era de Abiertos a habido sólo nueve finalistas no cabeza de serie, de los cuales ocho resultaron campeones.
Ceremonia con acento argentino
Luego de una final ciento por ciento argentina, el broche de oro tuvo también los colores celeste y blanco. En la ceremonia de premiación los organizadores decidieron que se pusiese el Himno Nacional y que se izara la bandera de nuestro país, un hecho que no tiene precedente en ningún torneo anterior de Roland Garros ni de Grand Slam.
La Federación Francesa de Tenis (FFT) eligió además a Guillermo Vilas para que entregue el Trofeo de los Mosqueteros al vencedor.
Vilas, que con su victoria en París en 1977 era hasta ahora el único argentino que había levantado la Copa, declaró que había pedido entregar el trofeo en esta edición, en la que el ganador fue un compatriota.
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