Dave Haggerty: delpotrista y ambicioso, el nuevo jefe del tenis mundial

SANTIAGO, Chile.- Cuando el estadounidense Dave Haggerty, nuevo jefe del tenis mundial, escucha la palabra "Argentina" enseguida piensa en Juan Martín Del Potro. "¡Qué jugador! Y qué buena persona...Aquella final del US Open 2009 fue una de las mejores que recuerdo. Quizá lo que le pasó a Juan Martín es que intentó volar demasiado pronto...".

El que vuela ahora es Haggerty, que puso ayer fin a los 16 años del italiano Francesco Ricci Bitti como presidente de la Federación Internacional de Tenis (ITF) en una ajustadísima votación que terminó ganando por 200 a 192 al indio Annil Khanna. El suizo René Stammbach y el español Juan Margets fueron eliminados en la primera rueda.

Haggerty desarrolló su carrera en la industria del tenis, en compañías como Prince, Slazenger, Dunlop, Head o Penn y, a nivel dirigencial, llegó a presidir la Federación Estadounidense (USTA). Ser presidente de la ITF es algo que hasta hace poco no imaginaba, pero la decisión de Ricci Bitti de no seguir en el puesto le hizo pensar en dar el paso. Es un relevo generacional entre el italiano, de 73 años, y el estadounidense, de 58. Coinciden mucho en su visión del tenis, pero Haggerty tiene ideas para recuperar el prestigio de la Copa Davis, ideas que Ricci Bitti no supo, no pudo o no quiso poner en marcha. Instantes después de la elección celebrada en Santiago de Chile, ambos se sentaron junto con La Nacion para delinear el tenis que se viene.

-¿Qué ITF le deja a su sucesor? ¿Va a aconsejarlo en estos primeros pasos?

Ricci Bitti: Dave es desde hoy mismo el nuevo presidente de la ITF, pero por contrato yo estoy obligado a estar disponible un mínimo de tres meses y un máximo de seis para cualquier cosa que necesite. Y ahí estaré.

Haggerty: Yo te lo agradezco? Esta elección fue muy ajustada, lo que quiere decir que hay países con opiniones muy claras. Voy a escuchar a todos.

-¿También a los jugadores que se quejan del formato de la Copa Davis? ¿Qué propuestas tiene para cambiar?

H: Claro que sí. Yo estoy pensando en cambiar el formato de la final, en llevar a los cuatro semifinalistas a una sede neutral en un país elegido de antemano. Pero esto recién sería para 2017, y antes tenemos que estudiar el dinero que un formato de este tipo generaría. Algo está claro: tenemos que incrementar nuestra facturación, la ITF debe generar más dinero.

-El poder en el tenis está muy fragmentado: la ATP, la WTA, los Grand Slam, en cierto modo los jugadores? Y ustedes. ¿Cómo harán para imponerse?

R. B.: Somos lo suficientemente fuertes, más que hace 15 años. Pero hay algo claro: en el tenis, a los grandes cambios no se llega por negociación, se llega por imposición. Wimbledon decidió retrasar una semana su fecha de inicio y lo hizo sin consultar. El US Open, en su momento, tampoco negoció jugar la final en lunes.

H: Es así. Si logramos incrementar nuestros ingresos, seremos más fuertes, tendremos un perfil más alto y, entonces, nos respetarán más. Hay margen, podemos tener más patrocinadores.

R. B.: Vos llegás en una situación mejor que la mía? Cuando asumí hace 16 años, Philippe Chatrier me había dejado sin patrocinador principal en la Copa Davis.

-Muchos de los grandes jugadores renuncian con frecuencia a la Davis. ¿Cómo va a solucionar eso?

H: Voy a hablar con la ATP y para la Copa Fed con la WTA para que armemos un calendario de manera que los jugadores quieran estar siempre. Queremos que la Copa Davis sea tan importante como un Grand Slam, que nadie falte a ella.

-¿Y jugarla cada dos años, como proponen algunos?

H: Sería un cambio muy drástico que afectaría a la tradición y la historia del torneo. Lo realista es una Davis anual con sede neutral para el tramo final. Podríamos también juntar la Davis y la Copa Fed, pero no en una misma semana. Lo imagino más por el lado de ir a una región. A China, por ejemplo: una semana en Pekín con la Davis y a la semana siguiente en Shanghai con la Fed. Por cierto: queremos que el Grupo Mundial de la Copa Fed pase de ocho a 16 equipos. Lo quieren todos, pero no es fácil de hacer.

-¿Mantendrá los puntos ATP en la Davis? No todos los jugadores los ven justos.

H: Son importantes, pero no esenciales.

-¿Qué sabe de la Argentina?

H: He estado varias veces allí. Un país con jugadores de gran nombre, con una carne fantástica y muy buenos vinos en Mendoza.

-Seguramente sabe que Guillermo Vilas está buscando que la ATP le reconozca el número uno del mundo en los años 70 y que la ITF haga lo mismo con el título de campeón mundial en 1977, una distinción que recién comenzó a entregarse en 1978.

H: Lo sé, pero lo del ranking es un asunto de la ATP. Creo que es la federación argentina la que debería llevar el tema a la ATP.

R. B.: Es que a veces tenés suerte y a veces no. La vida es así. El timming también importa. Puede ser que Guillermo lo merezca, pero tuvo mala suerte.

H: Si le diéramos el título de campeón mundial de 1977 tendríamos que ir más atrás también.

R. B.: Si yo fuera Guillermo, en vez de hacer drama estaría feliz de saber que fui el número uno en 1977, aunque no me lo dieran.

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