Carlos Alcaraz en la cena de los campeones de Wimbledon: sin baile, gritos de “guapo”, el discurso de “un chico normal” y cuándo volverá a jugar

Carlos Alcaraz, el chico maravilla del tenis, sigue elevando su figura. La cinematográfica consagración del español en Wimbledon, el certamen de tenis más prestigioso del mundo, al derrotar en la final a una leyenda como Novak Djokovic en cinco sets, lo ubica en un sitio de honor y, de la mano de ese nuevo estatus, llegan los flamantes compromisos, claro. Tras las casi cinco horas (4h43m) que duró la definición ante el serbio en el centre court del All England, Carlitos atendió decenas de obligaciones y llegó pasadas las 23 de Londres a la tradicional cena de los campeones, una suerte de última función que glorifica y engalana a los tenistas que, en cada categoría, llegaron a la cima.

En el sitio de la fiesta, un salón situado en el Wimbledon Park, contiguo al All England Club, se dieron cita los representantes del tenis británico y los campeones de todos los trofeos de Wimbledon de esta temporada, encabezados por Alcaraz, obviamente, que estuvo acompañado por los miembros de su familia y por los integrantes de su equipo de trabajo. El murciano entró en el salón antes de la medianoche, siendo el último invitado en llegar. Es que después de terminar la final ante Djokovic, debió pasar por la ceremonia de trofeos, recibir la protocolar felicitación de los príncipes de Gales, recorrer el club con el trofeo y, de la mano del presidente de la institución (Ian Hewitt), intercambiar unas palabras con el rey Felipe VI. Por último, atendió a los medios de comunicación. Para cuando la cena debía comenzar, a las 20.30, Alcaraz todavía no había pasado por la rueda de prensa. Mucho menos por el vestuario para cambiarse. Mientras tanto, los familiares y los miembros de su equipo accedieron a los vestuarios del court central para vestirse con trajes prestados por el torneo.

La familia de Alcaraz llegó a la cena una hora antes que el tenista, que siguió atendiendo compromisos y que, a su arribo, recibió unas indicaciones protocolares para saber qué hacer. Le entregaron la copa de campeón, que instantes antes había sido exhibida junto al Plato de Venus de la checa Marketa Vondrousova para que los invitados se fotografiaran. Con el trofeo en las manos, Carlitos vio a la distancia cómo en las pantallas gigantes se proyectaba un video con los mejores momentos de su torneo. Se le escaparon algunas sonrisas. Después, según describió la agencia EFE, enfiló para su mesa y en el camino entre el público se escuchó algún “guapo, guapo”. Dejó el trofeo y se sentó junto a los suyos para disfrutar de la cena. A diferencia de otras ocasiones, por lo ajustado del programa, no hubo baile con la campeona (Vondrousova). La velada, ya con Alcaraz en su silla, comenzó con Hewitt dando un discurso de agradecimiento, en el que destacó la visita de Roger Federer al torneo.

Durante la gala, Vondrousova contó que ya tiene decidido el tatuaje que se hará junto con su entrenador por el título ganado en Wimbledon al vencer a la tunecina Ons Jabeur. Y Alcaraz habló, una vez más, sobre su triunfo ante Djokovic: “Fue una locura. Remontar un 6-1 a Novak es algo que no te puedes creer. Lo hace más especial ganar a una leyenda de nuestro deporte”. También hizo una mención especial para sus padres (Carlos y Virginia Garfia) y para su entrenador, el Mosquito Juan Carlos Ferrero, a quien describió como “un segundo padre”.

Mientras Alcaraz apuraba sus últimos minutos en la fiesta, todos los asistentes hicieron una fila para tomarse una foto con él. Desde el campeón local en dobles masculino, Neal Skupski, hasta el joven campeón del evento en silla de ruedas, el japonés Tokito Oda (17 años). Nadie se quedó sin el recuerdo con el jugador que, desde este lunes, comenzó su semana número 29 en la cima del tour.

¿Cuáles serán los próximos pasos de Alcaraz?

“Volveré a Murcia a sentirme un chico normal de nuevo”, sentenció el chico maravilla que, difícilmente, pueda volver a pasar inadvertido. Ganador de doce títulos (el US Open 2022 fue su primer grande), regresará esta noche a El Palmar, la pequeña localidad de Murcia en la que nació. Se tomará unos pocos días libres ya que desde el jueves, en Niza, participará de la nueva versión de la Copa Hopman, una competencia por naciones y mixta, a la que ya se había comprometido.

Alcaraz tiene previsto hacer pareja con su compatriota Rebeka Masarova (72°). Se enfrentaría el viernes con el belga David Goffin y, el sábado, con el croata Borna Coric. La final es el domingo. Dicho evento se juega sobre polvo de ladrillo y es organizado por la Federación Internacional de Tenis (el torneo no reparte puntos para el ranking ATP).

Luego sí llegará su preparación para la gira norteamericana sobre superficie dura, en la que planea competir en los Masters 1000 de Canadá en Toronto (desde el 7 de agosto) y de Cincinnati (13 de agosto), y en el US Open (28 de agosto al 10 de septiembre), obviamente, donde tratará de defender el título obtenido el año pasado ante el noruego Casper Ruud.

Clasificado para el Masters

Con el título en Wimbledon, Alcaraz se convirtió en el primer jugador clasificado para las ATP Finals. El español jugará el torneo de Maestros por segundo año consecutivo. El certamen de cierre de la temporada se disputará del 12 al 19 de noviembre, en el Pala Alpitour de Turín.

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