Hace tiempo que dejó de ser inexperta: de hecho, jugó su primer Grand Slam hace 14 temporadas. Tiene 29 años, ya no integra el top 10 de la WTA y sólo tenía un antecedente en una definición de major: fue hace ocho temporadas, en el US Open. Muy pocos, realmente, veían a Madison Keys, nacida en Rock Island (estado de Illinois), en la final del Abierto de Australia. No tanto por las limitaciones que pudiera tener, sino también por el poderío de su rival en las semifinales: la N° 2, Iga Swiatek. Sin embargo, la estadounidense halló la llave para derrotar a la polaca por 5-7, 6-1 y 7-6 (10-8), en dos horas y 35 minutos, y avanzar a la final del sábado, ante la N° 1, Aryna Sabalenka.