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Ser o no ser: los que rozaron la gloria le hablan a la Copa Davis por la que ruega la Argentina
Convocados por La Nacion, ex jugadores y ex capitanes sueltan sus emociones frente al trofeo que tanto desearon y que nunca pudieron ganar; de Clerc a Nalbandian y de Junquet a Luli Mancini y Tito Vázquez, voces inundadas de nostalgia
ZAGREB.– Luminosa. Atractiva y traicionera. Para algunos, un motivo de celebración. Para otros, inalcanzable. Como la Medusa en la mitología griega, la Copa Davis –preciado trofeo que la Argentina busca y anhela desde hace décadas y décadas– casi que convierte en piedra a aquellos que la miran. Cuando se la tiene adelante, es difícil no quitarle la vista, no admirarla, no ambicionarla. Mucho más si quien lo hace tuvo la oportunidad concreta de ganarla, dentro de la cancha o desde el banco, y no pudo. Fueron once jugadores y tres capitanes argentinos los que directamente participaron de al menos una de las cuatro finales nacionales de la historia: 1981 vs. EE.UU., en Cincinnati; 2006 vs. Rusia, en Moscú; 2008 vs. España, en Mar del Plata, y 2011 también vs. la Armada, en Sevilla. la nacion los convocó y logró que doce de ellos tuvieran la chance de jugar, de decirle a la réplica oficial de la Davis, cara a cara, lo que sintieran. Hubo situaciones en común: todos se fascinaron al verla, pero se tomaron un respiro antes de transmitirle sus sentimientos. Unos, con mayor facilidad y soltura; otros, con timidez y algo de tristeza. “Difícil, eh”, dice José Acasuso . “Uf… No es fácil verla”, reacciona Juan Mónaco . “Me cuesta un h…, che. Me cuesta arrancar”, confiesa Eduardo Schwank . “Te voy a tocar un poquito”, sonríe Juan Ignacio Chela . Amor y odio, prácticamente en cantidades similares.
“Pensar que a los 14 años soñaba jugar y tenerte en mis brazos y estuve a punto de lograrlo”, le dice al trofeo José Luis Clerc, uno de los tenistas que lucharon contra John McEnroe, Roscoe Tanner y Peter Fleming en 1981. Siempre con chispa y sonriente, Batata se pone serio. “Te vi, te conocí, nos conocimos, pero no te tuve en mis brazos. Añoré toda mi vida traerte a la Argentina y no pude. Y tengo unas ganas de putearte, no sabés. Pero ya te vamos a tener en mi país”, confiesa el ex número 4. Carlos Junquet , que capitaneó a figuras como Guillermo Vilas y Clerc durante la primera final, llegó al estudio de La Nacion con dos “reliquias”: una campera que utilizó en la serie y un bolso que le regalaron en Cincinnati con la inscripción “United States vs. Argentina December 11-13 1981”. “Querida ensaladera de plata, como te decimos amistosamente –le indicó–. Querible, entrañable, esquiva. Hemos estado muy cerca de conquistarte, creo que en la oportunidad que se nos presenta ahora vamos a tener la chance de tenerte por un tiempo importante en la Argentina. Espero que nos ayudes a poder conquistarte.”
Otro capitán, Tito Vázquez , fue muy demostrativo. “Bueno, ante todo, ¿cómo estás? Hace un ratito que no te veo. Básicamente no podría pensar en todo el quilombo que hiciste en tantos años. Un trofeo que quizás empezó como algo amistoso. Lo único que te queda es venir de una vez por todas a la Argentina, acá hay buenos churrascos, un buen vino y es hora de que vengas a conocer el país y quedarte durante un año. Así que este año, si Dios quiere, salgamos campeones”, le expresó a la “ponchera” el conductor del equipo nacional en Sevilla 2011. Chucho Acasuso recibió dos fuertes mazazos en la Copa Davis: en puntos definitivos ante Rusia (vs. Marat Safin) y España (vs. Fernando Verdasco, en 2008). Sin embargo, con el paso del tiempo, el misionero valoró lo alcanzado: “Las dos veces salimos segundos y en algún punto hasta te quise tirar porque obviamente quería el primer puesto, el de campeón, pero hoy, con el correr de los años y con el tiempo, te valoro, te valoro muchísimo. Y aunque tenga las dos copas guardadas en una baulera, porque con tantas mudanzas las tuve que dejar un poco olvidadas, están bien adentro de mi corazón y van a estar siempre entre mis mejores recuerdos”.
David Nalbandian se pasó muchísimos años de su carrera tratando de ganar la copa. Se volvió una obsesión. Con 26 series disputadas, era el único –Juan Martín del Potro lo igualará ante Croacia– en jugar tres finales: 2006, 2008 y 2011. “Espero que de una vez por todas, después de tanto sacrificio y de tanto tiempo que estuvimos esperando, se pueda lograr este título a nivel nacional. Lo único que le falta al tenis argentino sos vos. Ojalá que el grupo de chicos te puedan traer a la Argentina y tenerte dentro de la vitrina de todos los títulos que han conseguido todos los tenistas. Ojalá te podamos tener en casa”, le pidió el unquillense. Pico Mónaco, que en el estadio La Cartuja de Sevilla sufrió una paliza ante su amigo Rafael Nadal, narró: “Me genera mucho. Me da hasta muchas veces bronca por no haberla defendido mejor, hice todo lo que pude, siempre le di el 100% más allá del resultado, lo viví con una pasión increíble en cada sorteo, cada partido, cada compañero. Me brindé a cada capitán, a cada integrante del equipo y me deja tranquilo. Me genera pasión, amor, nostalgia, bronca, millones de adjetivos que le puedo poner a esta copa. Ojalá que este año se pueda dar, así la miro sólo con la mirada ganadora”. Eduardo Schwank, que en 2011 ganó el punto de dobles junto con Nalbandian, se pone tenso al ver la copa. Desvía la atención diciendo que ya no le entrará la camiseta que alguna vez utilizó en la Davis y trajo para la producción, pero finalmente se anima, se abre: “Me cuesta arrancar. Es difícil hablarle. Hola copa. Me generaste muchas alegrías, muchos momentos muy lindos de mi carrera. Creo que lo más importante fue tenerte, fue verte, haberte jugado. Hoy estoy supercontento de haber representado a mi país. Fue un orgullo. Espero que muchos chicos lo puedan lograr. Ojalá que Argentina alguna vez te tenga con nosotros como campeones”.
Alberto Mancini cuenta con nueve series jugadas en la Davis. Pero en la competencia su figura tomó mayor resonancia como capitán. Condujo a los equipos albicelestes en las finales de 2006 y 2008. Cuidando cada palabra, Luli llegó a Buenos Aires desde Rosario, se sentó frente a ella y le dijo: “La verdad que me generaste muchas alegrías como jugador, como capitán; muchas frustraciones, muchas amarguras. Y creo que ya es momento de que te vengas por lo menos prestadita por un tiempo a casa. Creo que estamos cerca; ésta va a ser la vez”. Ricardo Cano , número 41 del ranking en 1976 e integrante del equipo argentino que actuó en 1981 en EE.UU., agregó: “Le podría decir que lamentablemente no la pudimos ganar hasta ahora. Si alguna vez la traen para la Argentina será muy bueno para el deporte argentino”. Otra pieza de aquel grupo que lideraban Vilas y Clerc es Eduardo Bengoechea , 21° del mundo en 1987. “Por haber representado al país en más de una oportunidad y estar en el equipo, a uno se le eriza la piel de tener esta copa adelante y por haber estado tan cerca de obtenerla. Es uno de los logros más grandes que un deportista profesional puede anhelar, tanto como ganar un Grand Slam. Para mí, la Copa Davis es todo. Es una de las cosas más importantes que me han sucedido”, dijo Bengoechea, al que no es usual encontrarlo en Buenos Aires, ya que pasa muchas semanas en Uruguay.
“Me siento un poco loco hablando con vos”, le declara Chela, protagonista en Rusia (perdió con Nikolay Davydenko) y quinto jugador en Sevilla. Y, fiel a su estilo, utiliza el buen humor: “Pero muchas veces te odié, otras te amé, por supuesto. Yo creo que nos complicaste tanto la vida a los argentinos porque sos una ensaladera y no una parrilla. Seguramente si fueras una parrilla te hubiéramos ganado varias veces. Pero no pierdo las esperanzas. Tengo dos de finalista en mi casa, es decir que tengo buena relación, te tengo a la vista. Pero tengo la esperanza y mi corazoncito para que podamos tener de una vez la de campeón”.
“¿Cómo anda copita?”, sonríe Calleri . Actualmente diputado nacional por el partido Unidos por una Nueva Alternativa, el cordobés disputó los puntos de dobles en 2006 y 2008 junto con Nalbandian y no logró festejar. “Pensar que te tengo en casa, sufrí tanto, tristezas, alegrías, viajes, compartir con mis compañeros y la verdad que fue una motivación de mi vida como tenista el poder tenerte. La de 2008 fue dura, la verdad que estuve un mes sin dormir. Pensar que estuvimos tan cerca de poder tenerte acá, en la Argentina. Pero se dio una serie muy rara, triste, y soñar un mes más con vos y sin poder dormir le sumó tristeza. Me parece que éste es el momento para que la Argentina te traiga, te traiga a este país tan lindo. Dejá de pasear por Europa, por Estados Unidos, que has ido tantas veces. Es hora de que vengas para América del Sur. Esperemos que en noviembre te tengamos acá”.
Masiva respuesta
Tres capitanes y nueve jugadores aceptaron el juego. La historia la escriben las personas, y la historia de la Argentina en las finales de la Copa Davis la escribieron, entre 1981 y 2011, tres capitanes y 11 jugadores. LA NACIÓN convocó a todos ellos, sólo Guillermo Vilas y Juan Martín Del Potro faltaron en la producción. Del Potro explicó sus razones a LA NACIÓN (ver columna), en tanto que Vilas, en medio de un apretado calendario de viajes y la noticia de su renovada paternidad, se excusó de participar. Tampoco están grandes ex jugadores como Gastón Gaudio o Guillermo Coria. ¿La razón? Ninguno de ellos integró un equipo finalista de la Davis.
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