Tenis femenino: Lourdes Carlé, antes de la universidad y el profesionalismo

María Lourdes Carlé llamó la atención desde pequeña, incluso cuando la raqueta que empuñaba era casi más grande que ella y lucía dos colitas en el cabello. Nacida en Daireaux, provincia de Buenos Aires, y formada en la escuela tandilense de Marcelo Gómez y Mario Bravo, se alimentó de la competencia desde muy chica. Campeona de single Sub 16 en el tradicional Orange Bowl en diciembre de 2015 y presente en la mayoría de los cuadros principales de los Grand Slam desde 2016, Carlé (cumplió 18 años en febrero pasado) atraviesa por su última temporada como junior. Se acercan tiempos de cambios para la admiradora de Caroline Wozniacki y Simona Halep: en agosto seguirá su desarrollo deportivo y académico en la Universidad de Georgia, aunque sin despojarse del deseo de ser parte del tenis profesional en el futuro inmediato. De todos modos, tendrá un último certamen como junior: los Juegos Olímpicos de la Juventud . Allí, será una de las mejores raquetas. Y tiene un anhelo: "ganar una medalla".

"Representar al país va a ser increíble. El solo hecho de pensarlo ya me emociona. Además, al ser en Buenos Aires, me vendrán a ver amigos y familiares, algo que no suele ser habitual en el circuito", dice Carlé. La competencia tenística, además, se jugará en el emblemático Buenos Aires Lawn Tennis Club, lo que le añadirá un matiz especial. "Nunca jugué en la cancha central del BALTC, aunque sí pude entrenar en otras del club. Además, que los Juegos sean sobre polvo de ladrillo es buenísimo; creo que me va a ayudar, me siento cómoda ahí. Voy a cerrar la temporada con ese torneo", apunta la jugadora que desea competir en single, doble y doble mixto, tal como lo hizo el año pasado en Santiago, en los Juegos Sudamericanos de la Juventud (ganó la medalla plateada en single y doble mixto con Sebastián Báez, y la de oro en dobles en pareja con Andrea Farulla).

Carlé ya proyecta ir a ver otros deportes en sus momentos libres ("Aunque no conozca bien las reglas"). "Lo que se vive en los Juegos es distinto a todo. Hay un ambiente muy amistoso entre todos los atletas. Voy a jugar tratando de disfrutar", aporta Carlé. Si bien comenzará a cursar en la universidad estadounidense en agosto, antes de la cita deportiva en Buenos Aires, sabe que luego de esa competencia llegará realmente otra etapa en su vida. "Georgia es muy grande, el nivel tenístico es muy alto y me va a ayudar entrenarme con chicas de esa categoría todos los días. Mi prioridad sigue siendo el tenis, quiero jugar torneos profesionales, Pero mientras tanto viviré una experiencia nueva, que me va a ayudar a madurar. Voy a estar jugando, entrenando, estudiando marketing o sports management, con muchas cosas en la cabeza a la vez y eso hace bien a la cabeza. No es siempre todo tenis, tenis, tenis. La idea es estar un semestre y después irme a jugar a profesionales", agrega Carlé, que ya ganó dos títulos Women’s Circuit: en São Jose Dos Campos, en marzo, y el de San Lorenzo, el año pasado.

Diestra, impulsiva y con ganas de progresar, Carlé fue top ten en juniors y está entusiasmada con lo que le ofrecerá el futuro. "No puedo creer que se me esté acabando la etapa junior. Siempre jugué ese tipo de torneos, aprendí mucho y será raro no jugar ITF en 2019. Tengo mucho por aprender. El profesionalismo será duro como toda transición, pero hay que estar bien de la cabeza".

Sabatini, una inspiración

Gabriela Sabatini y David Nalbandian serán parte del programa Athlete Role Models (ARMs) del Comité Olímpico Internacional (COI). Los extenistas, al igual que el resto de los deportistas seleccionados por las distintas federaciones, pasarán al menos cinco días en Buenos Aires durante los Juegos para compartir sus experiencias y motivar a los atletas. ¿Qué mejor figura que Gaby para que Lourdes Carlé encuentre inspiración? "No tuve la posibilidad de conocer personalmente a Sabatini, pero ha sido una gran jugadora y si el día de mañana alguna tenista argentina pudiera hacer al menos la mitad de las cosas que hizo ella, sería increíble", expresó Carlé, que desde los 8 años empezó a viajar desde Daireaux a Tandil para entrenarse en el Club Independiente, hasta que a los 12 se radicó en la ciudad serrana.

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