Un campeón mundial de surf pide que se pueda subir con tablas a los ómnibus de Mar del Plata

MAR DEL PLATA. Describe que el primer chofer, muy gentil, le dio algunas razones del no. El segundo, menos diplomático, le cerró la puerta en la cara antes de seguir su recorrido. Y el tercero, tajante, ni siquiera paró. Santiago Muñiz, marplatense y campeón mundial de surf, inició en su propia ciudad una cruzada que nació de su mala experiencia: pide que a los ómnibus del transporte urbano de pasajeros se pueda subir con tablas de surf.

"Nosotros no les decimos en cuántos micros podrían ir o dónde deberían ponerlas, sólo pedimos ayuda para desarrollar nuestro deporte", plantea este joven alterna residencia entre Mar del Plata y sur de Brasil mientras no está de viaje por el mundo, de torneo en torneo.

Muñiz se instala aquí durante los veranos en un departamento céntrico de sus abuelos, muy próximo a la rambla. Desde allí intentó, sin suerte, cargar su tabla de competencia (pequeña en comparación con los tablones de más de tres metros de largo) y viajar hasta las playas del Sur en un colectivo.

"Prohibido ascender al vehículo con tablas de surf", se lee en los carteles colocados en el interior de la unidad. Así queda claro que no es por una cuestión de comodidad –si hay pasajeros o no- sino que la restricción es clara y contundente.

La alternativa que queda entonces es trasladar ese equipo en automóvil particular, algún taxi que acepte la propuesta o, como lo hacen muchos, cargar la tabla como se pueda en una moto o bicicleta. "Si lo logramos, sería una gran motivación para todos y una forma de consolidar aún más a la ciudad como Capital del Surf", afirmó.

Mar del Plata es el gran epicentro de la práctica de este deporte en todo el país. De aquí también surgió Fernando Aguerre, uno de los pioneros de esta práctica y actual presidente de la Asociación Internacional de Surf.

Los ómnibus locales no aceptan cargar con las tablas. "Apenas si algunos están adaptados con rampas para pasajeros en sillas de ruedas", confiaron dos choferes de una de las líneas que recorren el frente costero.

Muñiz destaca que en otros países esta posibilidad está normada y reglamentada. Cada destino tiene sus particularidades. En algún caso dejan las tablas en soportes externos del colectivo, sostenidas por correas, o se asigna en el interior un lugar al efecto, como ocurre en los trenes urbanos de Capital Federal con rincones reservados para bicicletas o alguna carga.

Claudio Cambareri, director de Transporte y Tránsito del municipio, dijo que por redes sociales tomó conocimiento de este planteo que abrió Muñiz. "Tenemos un servicio de transporte urbano que es para pasajeros, pero siempre se puede analizar la propuesta y en la medida que la acerquen y formalice avanzar hacia una solución", aseguró a LA NACION.

La iniciativa que en persona asumió Muñiz no es nueva. Hace cinco años se instaló un debate sobre el tema, también desde redes sociales. A partir de allí hubo acciones más formales, entre ellas un pedido de la Asociación de Surf Argentino para que el municipio disponga por ordenanza la autorización para subir con tablas de surf a los ómnibus urbanos. Y la Defensoría del Pueblo local tomó el caso y sugirió implementar mecanismos para el transporte de tablas y bicicletas con soportes colocados en el frente de los micros.

Una vez más el debate quedó abierto, ahora desde el hashtag #SubamosLaTabla. "Creo que con un poco de buena voluntad de las partes se puede cambiar esta realidad injusta, no sólo para los surfistas sino también para la ciudad, que tiene una virtud hermosa, el mar", explicó Muñiz.

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