Sueños en Wembley

LONDRES.- La cita fue en la catedral del fútbol, el estadio de Wembley, en Inglaterra. La excusa, un triangular Sub 16 organizado por la Federación Inglesa como parte de su activa campaña por lograr ser sede del Mundial 2006.

La selección argentina, construida por chicos Sub 15, tuvo un desempeño ejemplar que despertó la admiración de los comentaristas de la televisión inglesa, que transmitía el partido en vivo a todo el país. Los ingleses ganaron por 2 a 1, beneficiados por dos faltas que parecieron penales y no fueron cobradas por el árbitro inglés. Pero les costó ganar a pesar de ser un año mayores que sus rivales. Ganaron en altura y en experiencia, pero futbolísticamente los pequeños embajadores argentinos les jugaron de igual a igual a estos rivales históricos.

"Más allá del resultado esto fue una experiencia única", comentó Hugo Tocalli, el director técnico del plantel, tras casi una semana de estada en Londres, durante la cual los chicos argentinos se entrenaron en Bisham Abbey, el predio de entrenamiento de la selección inglesa de mayores.

La Argentina viajó a Inglaterra con un grupo de chicos reunidos hace apenas seis semanas, cuya experiencia previa al partido que jugaron frente a 14.000 espectadores había sido un partido contra el Sub 16 de Francia el día anterior -en el que se impusieron por 1 a 0- y un único partido en la Argentina, en Villa María. "Lo más lejos que viajé antes de venir acá fue a Córdoba", comentó uno de ellos, y salvo los jugadores de Boca e Independiente que fueron una vez a Brasil, todos coincidieron. Citados por el técnico alterno, Miguel Tojo, son los primeros frutos de una búsqueda para armar el plantel que competirá en el Sudamericano Sub 17 del 2001, clasificatorio para el Mundial. "Es una gran alegría comprobar que son jugadores serios", dice Tojo.

Además del acceso a Bisham Abbey y del alojamiento en un hotel digno de estrellas, los chicos Boca, Newell`s, Independiente, Racing y Ferro visitaron el castillo real de Windsor acompañados permanentemente por una coordinadora de la Federación de Fútbol y una intérprete oficial. Tras el partido en Wembley fueron invitados al hall de banquetes y llevados en un tour por el estadio. Para todos, lo más emocionante fue salir a la cancha. "Cuando tocaron el himno, me acordé de mi viejo y casi me pongo a llorar", confesó Gabriel Juárez.

Campo de juego. Los argentinos dominaron bastante en el primer tiempo, pero unas llegadas inglesas despertaron al público local. El 1 a 0 en contra no los amilanó; por el contrario, hicieron notar más su fútbol. Segundo tiempo, empate y emotivo estallido argentino. Duró sólo diez minutos, hasta el nuevo gol inglés, pero el tanto de Ariel Lizardía quedó como un nuevo hito además de la expulsión de Rattín y la Mano de Dios de Maradona.

Quizás, en el 2006, el mismo estadio verá a los mismos chicos argentinos, jugando con la misma dignidad.

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