Sin africanos en lo que queda del Mundial: las razones de una despedida temprana

MOSCÚ, Rusia.- El Mundial sigue adelante sin ningún equipo africano en octavos de final. Se quiebra una secuencia que venía ininterrumpida desde 1986, cuando siempre hubo un seleccionado de ese continente en el momento en el que el Mundial propone los cruces directos. ¿Corresponde hacer una lectura global de la situación? ¿Se habla de lo mismo cuándo se hace referencia a los conjuntos africanos? Hay una combinación de explicaciones.

La mirada abarcativa indica que efectivamente ningún equipo llegó a octavos en Rusia 2018. Pero Senegal tuvo la misma cantidad de puntos y goles que Japón y se quedó afuera por más tarjetas amarillas. Las reglas son iguales para todos, pero el asunto constituye una rareza. Senegal fue mucho más que Polonia (le ganó 2-1), empató un partido algo alocado con Japón (2-2) y fue un rival difícil para Colombia (0-1). Hizo más goles que la Argentina y recibió menos en contra. Pero mezclar las realidades de los grupos es condicionar la mirada de la dinámica que tiene el campeonato en cada una de sus zonas.

Pero es suficiente con decir que Senegal fue más que Egipto . Y más que Túnez . Tal vez no mucho más que Marruecos que dejó una buena sensación contra Portugal (0-1) y construyó un empate 2-2 contra España en un partido muy atractivo.

Nigeria es otro ejemplo. Tuvo a la Argentina a cuatro minutos de la eliminación y de avanzar a octavos de la mano de Croacia, equipo que no hizo demasiado para superarlo en todos los aspectos del juego. Apareció Marcos Rojo y se esfumó Nigeria. ¿Debe ser juzgado el seleccionado nigeriano por esos cuatro minutos que le faltaron? El fútbol es cruel con esas sentencias. "Nigeria es un equipo imprevisible. Nunca se sabe que van a hacer. En el partido con Islandia, el que nos dio la oportunidad extra a nosotros, no se veía por donde podían conseguir ganarlo. Hacen un gol y todo cambia..", dijo Jorge Sampaoli, con Franco Armani sentado a su lado, cuando le preguntaron por los nigerianos antes del partido clave.

Eso fue exactamente lo que pasó. Tras el empate de Víctor Moses de penal, el ánimo los llevó a jugar por encima de su media. Difíciles de leer, algo caóticos en su preparación, probablemente ese sea el factor común que tengan los equipos africanos para describirlos como representantes de un estilo que no logra hacer una completa revolución.

Camerún fue sensación en Italia 90 desde que le ganó a la Argentina en el partido inaugural. Su aventura los llevó a cuartos de final. Senegal derrotó en Corea-Japón 2002 a otro campeón mundial, Francia y el envión se detuvo también en cuartos. Ghana fue otro equipo sensación justamente en Sudáfrica 2010, un equipo duro y representante de todo el continente, fue frenado por Uruguay en los penales. Estuvo al borde de las semifinales y de dar un paso gigante para el fútbol africano que se sentía representado en ese gran rendimiento.

El fútbol africano, esta vez, se quedó sin "embajadores" muy pronto. La reformulación que sufrirán los Mundiales en 2026 con un total de 48 equipos, cuestiona desde ya mismo el aumento de plazas para Africa; pasarán de cinco a nueve. Las razones de ese crecimiento (Asia tendrá ocho plazas y ahora tiene 3,5) no son puramente deportivas, sino de estrategia de mércado y del plan que tiene la FIFA para aumentar el volumen de sus negocios.

Africa ya forma parte del mapa del fútbol desde hace tiempo. El resultado que provoque la revolución y que cambie todo un paradigma, por ahora, debe esperar.

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