Schwartzman dio el golpe ante Thiem y se clasificó por primera vez para la final en el ATP de Buenos Aires

"Síiiiiii", gritó Diego Schwartzman cuando vio que la pelota de Dominic Thiem se fue afuera de la cancha en el tie break. El Lawn Tennis Club explotó en cantos, aplausos y la tribuna coreó "¡Vamos Peque, vamos!" Fueron dos horas y media de juego y un vaivén de sensaciones. Un partido que comenzó con un juego incómodo de ambos y que de a poco se acomodó.

Así, enorme, gigantesco, el Peque avanzó a la final del Argentina Open al derrotar al austríaco por 2-6, 6-4 y 7-6 (7-5). Este domingo, no antes de las 14, el jugador formado en el Náutico Hacoaj se medirá con el italiano Marco Cecchinato, que en el primer turno derrotó al bahiense Guido Pella por 6-4 y 6-2, en una hora y nueve minutos.

Se trató de un duelo muy cambiante, Thiem dominaba con amplitud y llegó a tener ventaja de 6-2 y 4-2, pero el austríaco bajó su nivel y permitió la recuperación de Schwartzman, que ganó el segundo parcial y luego estuvo adelante 5-4 con su saque en el tercer set.

En un desenlace muy parejo y vibrante, el tie-break quedó en manos de Schwartzman, que ya había salvado un match-point cuando estaba 4-5 en el segundo parcial, y festejó luego de un gran partido que se extendió durante dos horas y 31 minutos. Para Thiem, 8 del ranking mundial y dos veces campeón en Buenos Aires (2016 y 2018), se terminó una excelente racha sobre el polvo de ladrillo argentino, donde llevaba 11 triunfos en fila. En tanto, el argentino buscará su tercer título ATP.

"En un momento del segundo set estaba tratando de ganar los games y entrando en partido porque (Thiem) me estaba dando una paliza, con un nivel impresionante. Yo no quería hacer un papelón frente a la gente. Jugamos un partidazo, él intentando arriesgar más. Ahora queda un pasito más", dijo el Peque, que agregó: "A veces hay que pelearla, ponerle huevo, porque la gente ayuda demasiado".

Respecto del partido decisivo, comentó: "Va a ser una final muy dura, pero me tengo mucha confianza. Ojalá que se vendan todas las entradas rápido. No sé cuántas veces más se va a dar de jugar con la cancha llena".

Schwartzman y el austríaco se llevan muy bien. Han compartido entrenamientos y en Buenos Aires juegan juntos el torneo de dobles. Se conocen las virtudes y los puntos débiles. Sabía el argentino que debía rendir al máximo ante un jugador que todavía estaba invicto sobre el polvo de ladrillo del Buenos Aires. Ganador aquí en 2016 -cuando venció a Nadal- y en 2018, Thiem acaso no venía rindiendo aún al ciento por ciento, pero es un adversario de primerísimo orden para las aspiraciones del Peque, que finalmente pudo imponerse en el tie break en un partido emocionante hasta el final.

Esta victoria convierte a Schwartzman, quien participó en ocho oportunidades del torneo de Buenos Aires y nunca superó la etapa de los cuartos, en el 9° argentino en alcanzar la final de este torneo. Hay que retrotraerse a 2015, cuando Juan Mónaco la disputó frente a Rafael Nadal y la perdió por 6-4 y 6-1, que un tenista local no llegaba a esta instancia. El último campeón nacional es David Nalbandian en 2008, luego de su victoria sobre José Acasuso por 3-6, 7-6 (7-5) y 6-4.

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