San Lorenzo - Godoy Cruz, por la Copa de la Liga: el Ciclón sufrió más de la cuenta con la ley del penal: Oscar Romero hizo uno, pero a Ángel le atajaron otro

Un triunfo para renovar el espíritu. Una victoria para recuperar la confianza. Una sonrisa en este San Lorenzo de las dos caras. El que está a un paso del objetivo de clasificarse a los cuartos de final de la Copa de la Liga Profesional. El mismo, también, que deambula en el fondo de la tabla de su grupo en la Copa Sudamericana. Del batacazo contra River a la actitud indolente ante Rosario Central. El que hoy superó a Godoy Cruz por 1-0 con un gol de Oscar Romero y atesoró en el Nuevo Gasómetro tres puntos de oro..

¿Cuál es la verdadera cara del club de Boedo? Hay una realidad: el equipo de Diego Dabove no termina de ser confiable, algo que ratificó en los últimos días cuando pasó de un gran triunfo en Núñez a una deslucida derrota contra Rosario Central por la Sudamericana. Los propios futbolistas azulgranas habían reconocido la apatía en Santa Fe y los altibajos propios de un conjunto que busca e intenta, pero no termina de asentarse. Y ese traspié en el Gigante de Arroyito complicó severamente las chances matemáticas de San Lorenzo en el plano internacional.

Lo mejor del partido

Se advierte en el Nuevo Gasómetro una autoexigencia para que no se cometan errores; más en este momento de definición. Y para soñar con dar pasos relevantes se exige rebeldía. Coraje para animarse, aún frente a las adversidades. Algo de eso mostró San Lorenzo en el primer tiempo contra los mendocinos. Así, el Ciclón tuvo su primera situación de riesgo a los 8 minutos. Ángel Romero desbordó por la izquierda, mandó el centro y el anticipo de ‘Uvita’ Fernández pasó muy cerca del arco de Juan Espínola.

El Ciclón apeló al corazón, al esfuerzo, al espíritu. No le sobró nada, como casi siempre. Pero a los 26 ensayó una buena maniobra que concluyó en un claro penal de Wilder Cartagena a Juan Ramírez, uno de los exponentes más regulares del conjunto azulgrana. Oscar Romero lo cambió por gol y la ventaja tranquilizó a los locales.

Cuando se juntaron los hermanos paraguayos se vio lo mejor de San Lorenzo en la primer parte. Si se iluminan, hay garantía de calidad. Con Oscar, convencido de que necesita ser el abanderado del medio campo. Con el talento de Ángel, convencido de que también debe correr e involucrarse en equipo.

Godoy Cruz, por su parte, se enfrentaba a su última posibilidad de pelear por un cupo en los cuartos de final. Huérfano de ideas, exhibió muchísimas dificultades para arrimarse al área de Sebastián Torrico. Tal es así que en los primeros 45 minutos no tuvo ni una ocasión manifiesta de gol. Jamás encontró el camino para imponer un juego claro y lució con una defensa demasiado permeable como para no ser lastimada.

No fue, tampoco, que San Lorenzo aplastó a Godoy Cruz. Pero sí resultó superior. En los momentos clave volvió a notarse que la jerarquía individual de cada uno resultó la diferencia. Y en ese terreno, el Ciclón contó con más herramientas. A los 5 minutos, Gabriel Rojas envió un centro que Ángel Romero bajó con el pecho, pero su derechazo de estrelló en el palo.

Con el dominio absoluto de los locales, el propio Angel Romero contó con una situación inmejorable para sentenciar la historia. Mauro Dos Santos derribó a ‘Uvita’ Fernández, pero el delantero paraguayo falló e hizo lucir al arquero Espínola en el penal. La salvada envalentonó a los mendocinos: rápidamente, Torrico -siempre vigente- le sacó el empate a Gonzalo Abrego, que había cabeceado con mucha potencia..

Se retrasó San Lorenzo en el campo de juego y el penal fallado resultó un punto de inflexión. Cambió totalmente el panorama. A decir verdad, motivos había para el nerviosismo de unos y otros en el Nuevo Gasómetro. A los 26, el arquero azulgrana, de 41 años, volvió a exhibir su estado pleno de forma: Tomás Badaloni definió de manera defectuosa, pero Torrico volvió sobre sus pasos y sacó la pelota sobre la línea de meta con unos reflejos inmejorables. Una de esas salvadas propias de este guardavallas que hace tiempo entró de lleno en el corazón azulgrana. Sin dudas, el gran artífice para sostener la victoria.

Ese penal no convertido le agregó suspenso al partido. Tal es así que Valentín Burgoa entró bien en Godoy Cruz y exigió una salvada en la línea, que evitaron entre Torrico y el palo.

“Tuvimos una chance para ampliar el marcador, pero entramos en un bajón futbolístico tras el penal que fallamos. Ahí se quebró el partido y ya no pudimos manejar el juego con tranquilidad. De todos modos, en el primer tiempo fuimos superiores. Personalmente me siento muy bien, con los objetivos claros; y uno de ellos era dejar atrás la lesión. En todo este camino es clave la confianza que me dan mis compañeros” analizó Sebastián Torrico, la figura del compromiso.

Hoy, San Lorenzo es esto: ilusiona o queda al borde al abismo en un mismo encuentro. Las dos caras de una misma moneda. Sufre en la Sudamericana, sonríe y espía con entusiasmo la siguiente instancia en la Copa de la Liga. El oxígeno de una victoria era vital para sostenerse.

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